La confirmación por parte del Tribunal Constitucional (TC) de inhabilitar a Inés Tello y Aldo Vásquez ha desequilibrado los planes del sector caviar que contaban con la participación de ambos magistrados para intentar destituir a la fiscal suspendida Patricia Benavides. Ante ello, nos comunicamos con el expresidente del TC Ernesto Blume, para analizar la inhabilitación de los mandatarios, así como para conversar sobre la Bicameralidad y las posibles reformas de cara a las elecciones del 2026.
El Poder Judicial declaró improcedente el hábeas corpus presentado por la presidenta que buscaba anular el allanamiento de su casa por el caso Rolex, ¿fue un exceso esta diligencia?
Veo el allanamiento de la vivienda de la Presidenta de la República con preocupación, no tanto por el hecho de que en un proceso promovido por la Fiscalía de la Nación se haya dispuesto por mandato judicial la efectivización de esa medida, sino la forma como la misma se llevó a cabo. Recurrir de forma intolerante a romper la puerta y hacer un espectáculo que dio la vuelta al mundo, me parece a mí preñado de un censurable afán de protagonismo, de un histrionismo que no le hace bien a ningún sistema constitucional. Las autoridades no deben recurrir a ese tipo de espectáculos porque dañan la imagen de la institución que estamos representando. Peor todavía, cuando el oficial Colchado luego publica una fotografía sobre su cumpleaños con una torta en donde hace prácticamente una parodia de este penoso espectáculo. Y, por lo tanto, creo que está muy bien procesado e investigado porque eso no se puede tolerar, más aún teniendo en cuenta que la Presidenta de la República, nos guste o no nos guste, por mandato constitucional, es la jefa suprema de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú.
¿Cree correcto que el Congreso solo inhabilitara a dos miembros de la Junta Nacional de Justicia?
Considero que hace tiempo todos los integrantes, excepto Falconí, quien ha entrado recientemente, eran pasibles de destitución. Básicamente, por dos motivos. Primero, porque consintieron la permanencia de Inés Tello a pesar del imperativo constitucional de que cesaba a los 75 años. Sin embargo, en forma expresa, clara e inequívoca, emitieron un acuerdo atribuyéndose prácticamente la calidad de supremos intérpretes de la Constitución y haciendo una interpretación de que esos parámetros regían para el acceso al cargo y no para la permanencia en el cargo. Es decir, han mantenido una situación irregular y de ese punto no se salva nadie. Por eso yo critiqué al Congreso de la República que solamente destituyó a dos y no a todos. Pero, además de eso, hace tiempo están en situación de responsabilidad de infracción constitucional porque han venido usando en forma irresponsable el nombre de la institución, el nombre de la Junta y el Pleno de la Junta, que es su máximo órgano de gobierno, como un mecanismo para defenderlos a ellos en su situación personal. Y han estado lanzando comunicados tremendistas para defenderse a título individual, señalando que cualquier medida que se adoptaba contra la Junta Nacional de Justicia ponía en riesgo el sistema democrático, rompiendo el juramento que prestaron al asumir el cargo de respetar, cumplir y hacer cumplir la Constitución.
El exmagistrado Ernesto Blume considera que fue un exceso la diligencia de allanamiento en la casa de la presidenta Dina Boluarte.
¿El TC hizo lo correcto en mantener la inhabilitación de Tello y Vásquez?
En la sentencia que dictó el Tribunal Constitucional, en el proceso competencial promovido por el Poder Legislativo contra el Poder Judicial, respecto a varios actos del Poder Judicial que menoscababan competencias del Poder Legislativo, el TC fue sumamente claro al establecer que el amparo no puede ser utilizado para cuestionar competencias propias, exclusivas y excluyentes del Congreso de la República, como por ejemplo la elección de una determinada autoridad, llámese miembro del Tribunal Constitucional o por decir defensor del pueblo. Y eso quedó claro. No obstante eso, actuando con contumacia, una sala de la Corte Superior de Justicia de Lima ha desacatado esa sentencia y en una decisión muy cuestionable de dos votos contra uno, ha ordenado la reposición del señor Aldo Vásquez y la señora Ines tello, alzándose y rebelándose contra el Congreso de la República en un acto de soberbia institucional y además de desacato al mandato del Tribunal Constitucional. Entonces, el Tribunal Constitucional debe disponer que se comunique al órgano de control correspondiente para que se procese a esos jueces que no obedecen los mandatos del tribunal y no entienden que deben seguir su accionar a los parámetros que da el tribunal como supremo intérprete de la Constitución.
Viendo esta situación de la Junta Nacional de Justicia, ¿usted consideraría pertinente reformarla?
Sí, en esa línea me adhiero a las reflexiones de la congresista Gladys Echáiz que ha planteado un proyecto de reforma constitucional para crear una escuela, una suerte de Academia Nacional de la Magistratura, que para acceder a los cargos de fiscal y de juez necesariamente se debe transitar por una etapa de entrenamiento y de preparación en principios, en valores y de orden doctrinario. Así podríamos evitar la existencia de órganos como la Junta Nacional de Justicia que se ha prestado a la manipulación política y han demostrado que son proclives a ceder frente a las presiones. La experiencia de la Junta ha sido realmente decepcionante, más aún cuando uno observa esta lucha tremenda que hay en el Ministerio Público y en la Junta por no perder el poder. Y sabemos quiénes están detrás, estos académicos e intelectuales entre comillas que practican lo que yo denomino el pernicioso relativismo conceptual y que lo justifican todo cuando se trata de auparse al poder y de mantener el poder.
¿Cree que el Poder Judicial está actuando de manera distinta dependiendo del investigado?
Es evidente. Creo que está probado por los hechos que tanto en el Ministerio Público como el Poder Judicial y en otros sectores hay una marcada intervención de este sector que aquí en el Perú hemos denominado el sector caviar, que no le interesa para nada el país, sino el poder. Aquí hay una lucha entre quienes quieren rescatar el Estado constitucional y los caviares. Por eso son capaces de desprestigiar al Perú y decir que hay una dictadura del poder legislativo, un gobierno ilegítimo. Se desesperan hasta la locura prácticamente para adelantar elecciones, lo cual yo creo que sería un error gravísimo, porque es el caldo de cultivo para el enfrentamiento, para seguir creando el odio, el divisionismo entre peruanos y seguir sembrando el caos.
¿Cree que la bicameralidad será positiva ante estos problemas?
Totalmente. Desde que se implantó la única bicameralidad, el nivel de calidad de las leyes y el nivel del ejercicio del cargo de miembros del poder legislativo y de eficiencia en el control y en la fiscalización han bajado enormemente, basta comparar. Definitivamente, la bicameralidad no solamente es positiva, sino que responde a lo que se denomina la constitución histórica peruana, y además, por una razón elemental, es mejor que el producto legislativo salga fruto de una doble revisión a que salga solamente con una revisión. Es decir, si vamos a hacer una ley con vocación de permanencia, hay que trabajarla bien. Así es mejor con dos cámaras, ya que lo que hace uno lo revisa la otra. ¿Cuál es la ventaja de una cámara? Si hemos visto esta incontinencia normativa que ha vivido el país la cual ha llevado a un sistema legal enmarañado, complicado, lleno de contradicciones. Acá estamos realmente en la teoría del absurdo. Incluso algunos miran al congresista por la cantidad de proyectos que ha presentado. Como si fuera una carrera de presentación de proyectos y el que presenta más proyectos de ley gana.
¿Será necesario que impidan, para ver estas mejoras, que los condenados por delitos graves no puedan ser candidatos a la presidencia?
Un elemento que hace al núcleo del Estado constitucional es la participación ciudadana en el ejercicio de sus derechos políticos a través de ciudadanos, probos, que califiquen y que sean obviamente personas correctas, sanas y obviamente si tenemos gente depravada, inconducta, el sistema tiene que reprobarlos y ahí el Congreso tiene que tener la fuerza suficiente para decir hasta acá nomás. Un delincuente o un ex delincuente o alguien que ha sido terrorista o ha sido narcotraficante o está condenado por actos de corrupción no puede ser candidato ni debe ser candidato. No califica. Y en eso el país tiene que ser draconiano
¿Difícil que se cumpla la resocialización del reo con ellos?
Es cierto que la resocialización del reo va a implicar un perdón y su reincorporación a la sociedad. Pero no seamos cándidos. Mantengamos los principios y valores, pero a un ex terrorista que trató de desestabilizar al estado constitucional, que no tuvo reparo en concursar en atentados, en dañar bienes públicos y vidas humanas, ¿A esa persona vamos a dar la oportunidad de ser candidato? Por favor. No podemos llegar a ese extremo.
Queremos darle poder en democracia a personas que no creen en ella.
A los enemigos de la democracia no se les da oportunidad. Y el Jurado Nacional de Elecciones hizo mal, con el señor Salas a la cabeza, en aprobar el plan de gobierno de Perú Libre, que era un plan antisistema y un plan preñado de ideas de odio y de violencia contra el sistema constitucional peruano. Y esa es una responsabilidad que este señor en algún momento, y quienes lo acompañaron en la decisión de inscribir a ese partido, deberían dar cuenta a la república.
Expresidente del TC considera que los condenados por homicidio o terrorismo no deberían poder postular a la presidencia.
Es uno de los principales cambios que necesitamos para la estabilidad del país.
Necesitamos cambios para llegar al año 2026 en un clima de estabilidad.No se puede vivir en enfrentamientos y luchas fratricidas. Considero que existen cinco puntos concretos para una mayor estabilidad en el país: crecimiento económico, seguridad ciudadana, reforma electoral, educación y salud. En el tema del crecimiento económico, hay que procurar generar empleo. Hay que impulsar las actividades empresariales, exportadoras, mineras, industriales y de servicios. Hay que promocionar la inversión privada nacional y extranjera e impulsar las mypes. Debemos implementar una política consciente de apoyo abierto y claro a la inversión nacional y extranjera en el marco de la Constitución y de la ley. En el tema de la seguridad ciudadana, hay que optar por fortalecer a la Policía Nacional. Debe procurarse la participación de las Fuerzas Armadas para derrotar al crimen internacional y nacional que quieren desestabilizar el país. Sobre la reforma electoral, necesitamos elecciones justas y transparentes. Hay que cambiar a las autoridades Jurado Nacional de Elecciones, de la ONPE y RENIEC, además de impedir la postulación de asesinos y criminales. El país, asimismo, debe invertir en educación, aumentar el presupuesto y despolitizar la educación, expulsando a los profesores vinculados a grupos terroristas. En el tema de salud, hay que invertir para derrotar la desnutrición y la anemia. Necesitamos un aumento sustantivo del presupuesto destinado a la salud, incorporación de nuevos profesionales a los centros de salud, e invertir en infraestructura.
¿Qué imagen le da la derecha de cara a unas próximas elecciones?
Dividida por ahora, creo que hay que hacer un intenso trabajo para unificarla. Más que la derecha, digamos los partidos democráticos. Y lograr un candidato de consenso que aglutine todas esas opciones y que sea abiertamente un liberal. Yo creo que la derecha o la posición liberal va a arrasar con la izquierda en las próximas elecciones en el Perú. Como está ocurriendo en varios países. Me parece a mí que la izquierda ha entrado en su propio entrampamiento por los resultados terribles que ha tenido en donde ha estado presente. El tema está en salir a contrarrestar y convencer. Porque la gente se da cuenta. En la medida en que nos unamos y tenemos todo para unirnos y que busquemos un candidato, que no sea ninguno de los que está en cartera entre los políticos. Estoy convencido que ese movimiento, que podemos decirle democrático, liberal, libertario, como quieras llamarlo, puede arrasar a la izquierda y puede casi borrarla del mapa. (Franco Consoli)