Hace pocos días, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha publicado la INVITACIÓN | RFQ Nº UNFPA/PER/RFQ/24/001 mediante la cual está solicitando que agencias de publicidad envíen sus cotizaciones para “diseñar una estrategia sostenida de sensibilización pública en torno a la Educación Sexual Integral (ESI) con el objetivo de generar corrientes de opinión ciudadana favorable a la ESI”. El objetivo de esta campaña, como veremos, es combatir a padres de familia que ejercen su derecho a ser los primeros educadores de sus hijos en temas relacionados con los valores y la formación de la conciencia. Como las bases del requirimiento indican, se debe poner el foco “en la deconstrucción de mitos y tabúes en torno a la educación en sexualidad que se han arraigado en el imaginario social”[1]. Esta campaña viene a fortalecer una alianza de ONGs feministas y proaborto.
Como se sabe, la educación sexual integral (ESI) no es sinónimo de educación sexual. Hay muchas formas de educar en sexualidad y la ESI es una de ellas. La ESI se basa en el enfoque de género, una teoría que parte de la premisa de que el sexo biológico no define la identidad sexual de la persona, sino que es la autopercepción la que rige la construcción de esta. Por lo tanto, según esta teoría, tener cromosomas XX o XY no sería determinante para el desarrollo de la personalidad y lo que prima es lo que cada uno decida ser (género) de acuerdo a factores culturales, entre otros. Es, como sus promotores lo afirman, un enfoque constructivista. La manera como se implementa el enfoque de género en la educación es precisamente a través de la educación sexual integral. Por tanto, no es simplemente educar en sexualidad. Es hacerlo desde una postura antropológica determinada que promueve una forma muy concreta de entender y vivir la sexualidad. La pregunta que habría que hacer es: ¿es la única forma de educar en sexualidad? Ciertamente no. Pero para sus promotores quien no se alinea con esta pedagogía es un “antiderechos”
En el Perú, sobre todo desde el año 2017 en que se publica el Currículo Nacional de Educación Básica Escolar vigente, la mayoría de padres peruanos se opuso a la implementación del enfoque de género obligatorio en la educación de sus hijos. Esto se vio plasmado en distintas manifestaciones tanto públicas como mediáticas. Sin embargo, el Estado peruano, a través del Ministerio de Educación, ha ido publicando sistemáticamente distintas normas de rango menor para tratar de introducir el género y la ESI en la educación escolar a pesar de la oposición de la mayoría de padres de familia y maestros que no comulgan con la propuesta antropológica de dicha corriente.
Y es precisamente esta oposición, que como confirma la UNFPA sería mayoritaria, la que está tratando de atacar con su habitual espíritu intervencionista, mediante el uso de distintos instrumentos comunicacionales, tildando a los padres de familia, a maestros y a autoridades opositoras de “antiderechos”. Como se menciona en los términos de referencia del requerimiento[2], “pese a que el país cuenta con un marco normativo internacional y nacional para la implementación de la ESI, esta ha sido muy limitada debido a múltiples factores entre ellos la presencia cada vez mayor de grupos anti derechos que han desarrollado campañas masivas de desinformación instalando en el imaginario social información errónea así como mitos en torno a la ESI que a pesar del nulo sustento en la evidencia han impactado negativamente en la ciudadanía provocando temor así como dudas respecto a sus beneficios e incluso rechazo de la misma”.
Para lograr este objetivo, luego de contratar a la agencia de publicidad escogida, en 180 días buscan tener videos testimoniales, flyers para redes sociales, infografías, llamadas a la acción, gestión de prensa, plan de monitoreo y evaluación, relacionamiento con el sector privado e influencers y pauta publicitaria en redes sociales y web. Todo esto tendría como público objetivo principalmente a integrantes de la comunidad educativa (padres, madres, directivos, docentes y estudiantes) ya que, como dicen en el requerimiento, “este grupo es esencial para combatir los mensajes de miedo y desinformación que han sido difundidos por grupos anti derechos”. También buscan impactar en la población general que puede no estar familiarizada con la ESI “o que tiene información errónea y mitos arraigados”. Otro objetivo son los tomadores de decisiones dentro del ámbito ejecutivo y legislativo aspirando a “influir en estos individuos para fomentar cambios legislativos y en la implementación de políticas públicas que apoyen la ESI”.
¿Qué tiene que hacer UNFPA en la educación peruana?
Como menciona en su página web, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) es el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva. “Nuestra misión es crear un mundo en el que todos los embarazos sean deseados, todos los partos sean seguros y se aproveche el potencial de todos los jóvenes”. En el Perú trabaja de la mano con distintas ONG feministas, promotoras del aborto y de la educación sexual integral. Como lo menciona en el documento de los términos de referencia, vienen apoyando a “una iniciativa de incidencia política y social por una Ley de Educación Sexual Integral impulsada por la Alianza SI PODEMOS por la Educación Sexual Integral, integrada por 13 organizaciones de la sociedad civil y personas naturales que trabajan en ese ámbito en varias regiones del país. Una de las actividades propuesta es el desarrollo de una estrategia comunicacional de sensibilización pública para generar corrientes de opinión ciudadana favorables a la educación sexual integral”.
Como se puede deducir, esta campaña busca para apoyar a una “iniciativa” que, por lo que se ha podido investigar, cuenta tan solo con una página de Facebook. En dicho espacio se puede constatar que, efectivamente, las organizaciones miembro están impulsando una ley para que la ESI sea obligatoria, violando derechos humanos y constitucionales como son la libertad religiosa y el de los padres como primeros educadores de sus hijos. Algunos de sus integrantes son Inppares, Amnistía Internacional, Asociación Kallpa, Manuela Ramos, Católicas por el Derecho a Decidir, Instituto de Educación y Salud, Centro de la Mujer Flora Tristán, Sociedad Peruana de Adolescencia y Juventud - SPAJ, Apropo, Red Interquorum y CEPESJU. Es importante recalcar que promover un ley que haga obligatoria la ESI es buscar imponer por la fuerza de la ley una única forma de educar en sexualidad. ¿Y donde quedan, entonces, la pluralidad, la apertura a otras formas de pensar?
Por otro lado, es importante señalar que la UNFPA, como señala en su página web, “compra anticonceptivos orales y medicamentos de salud materna que están preseleccionados por la OMS” y para eso “busca activamente establecer nuevas relaciones con proveedores de productos básicos de salud sexual y reproductiva”[3]. También interviene en centros de salud para que haya anticonceptivos disponibles y otros instrumentos de salud sexual y reproductiva para adolescentes[4]. También es importante recordar que el Gobierno del Perú ha adoptado, como parte de sus planes estratégicos al 2050, la Agenda 2030 de la ONU la cual incluye el enfoque de género y la educación sexual integral como ejes esenciales.
Finalmente, considerando que la UNFPA no genera su propio dinero sino que “moviliza recursos financieros procedentes de gobiernos y otros asociados para apoyar los programas”[5], la pregunta que queda es: ¿quién realmente financia entonces esta campaña que ataca derechos fundamentales subvencionando intereses de ONGs locales? Urge una revisión.
Link para leer los Términos de Referencia:
https://peru.unfpa.org/sites/default/files/submissions/anexo_iv_-_terminos_de_referencia.pdf
Link para leer las Bases:
https://peru.unfpa.org/sites/default/files/submissions/bases_unfpaperrfq24001_0.pdf