En los últimos meses hemos podido ver una conducta ajenamente deplorable y preocupante por parte del presidente Joe Biden. Está jugándose una de las elecciones más importantes de la historia de los Estados Unidos y no tiene ni la salud mental ni la energía para afrontarla.
Hubo un video en el que se quedó estático mirando hacia el cielo; en otro evento para la comunidad afroamericana mientras todo el mundo baila, se cae de las escaleras de los aviones, no sabe por dónde entrar o por dónde salir, agrede a los periodistas como un típico viejo cascarrabias y se desconecta a menudo de la realidad.
Hay un asunto crucial aquí: Joe Biden está en una edad crítica. De hecho, si no lo procesaron fue justamente porque el fiscal y los jueces a cargo del caso en que se le acusó de ocultar información federal, determinaron que estaba demasiado senil para ser culpable o recibir una condena. Así de simple. Y simplemente recuperaron toda la información.
Hace tres días, un abogado se enfrentó a la primera dama, Jill Biden, diciendo que Joe no estaba condiciones de hacer una campaña electoral y menos de dirigir un país, que ella está aprovechándose de su marido y que junto al partido demócrata, estaban abusando de un adulto mayor que necesita descansar. Y bueno, punto para el abogado, todos podemos ver que es cierto.
Si bien nuestros mayores están llenos de sabiduría, para algo existía el senado. El Senado es donde corresponde la experiencia senil, de ahi su nombre. No está bien candidatear adultos mayores enfermos para que, en el ocaso de sus vidas, carguen la responsabilidad de un país entero.
Por eso me sorprende poderosamente la actitud de Fuerza Popular. Siempre creí que si había un partido de "demo-dura" (democracia dura) era ese. Pero siento que, si le quieren hacer al Ingeniero Alberto Fujimori, lo mismo que los demócratas a Biden, tenemos un serio problema. El ex presidente tiene cáncer en la boca, ha pasado durísimos años en prisión y merece disfrutar de su familia y de su paz en esta etapa de su vida. Por último, servir como senador, aportando su gran experiencia y lo que todos los peruanos agradecemos de él.
Enfrentar al ingeniero contra Antauro y luego darle la gigantesca presión de gobernar el país, podría tener consecuencias desastrosas para su salud, sin mencionar que se va a acrecentar la polarización que nos viene condenado a gobernantes como PPK-Vizcarra-Sagasti o Pedro Castillo-Dina Boluarte. Y obviamente sí, votaríamos por Alberto Fujimori a ojos cerrados, pero ¿qué tan humano sería llevarlo a esa situación?
No abusen de los adultos mayores por hambre de poder.