El estilo chino en los negocios internacionales destaca por la búsqueda de objetivos trasversales y estrategias de largo plazo. China evita cuestionar directamente la democracia occidental en su discurso público, presentando el modelo de "Socialismo con Características Chinas" como alternativa viable y atractiva, sin una imposición frontal; enfoque sutil y estratégico que permite a China avanzar en sus objetivos globales sin la confrontación que caracterizó a la era soviética.
Promueve los beneficios de su sistema político y económico, evitando críticas directas a la democracia occidental. La Iniciativa de Civilización Global es un ejemplo de esta estrategia, donde China muestra la eficacia de modelos alternativos sin especificarlos, mientras socava el capital moral de Occidente en temas de democracia y derechos humanos. Este enfoque contrasta con la promoción abierta y frontal del comunismo Soviético, mostrando tácticas discretas pero efectivas.
Con una visión de largo plazo y metas a más de 100 años, la perspectiva China se evidencia con proyectos de infraestructura y alianzas económicas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta para conectar Asia, Europa y África con redes comerciales. Este proyecto tiene implicaciones económicas y geopolíticas para fortalecer su influencia global también en Latinoamérica con estrategias de “soft power”.
China necesita demostrar su poderío para impresionar a otros estados como lo hizo durante la visita de la presidenta Dina Boluarte; evento cuidadosamente orquestado para destacar la autoridad e influencia china en el escenario global, proyectando sus capacidades de liderazgo internacional.
Sin embargo, hacer negocios con China presenta grandes retos, especialmente para los países del Sur Global. Las naciones en desarrollo suelen carecer de conocimientos sobre la idiosincrasia china, dificultando negociaciones y términos favorables, que a menudo resultan en acuerdos que benefician desproporcionadamente a China. La falta de conciencia sobre nuestras propias fortalezas e incapacidad para exigir contraprestaciones como tecnología y desarrollo se convierten en oportunidades perdidas. Por ello la importancia de contratos claros y la evaluación de los intereses chinos para asegurar beneficios adicionales, evitando desventajas de largo plazo. El Puerto de Chancay en el Perú es un proyecto con gran potencial de desarrollo para el país, donde los peruanos deben buscar obtener el máximo beneficio, asegurando acuerdos equilibrados y favorables en el mediano plazo para ambas partes.
Para maximizar los beneficios en las relaciones con China, los países del Sur Global deben tener claros los objetivos subyacentes, como la promoción del "Socialismo con Características Chinas", su régimen autoritario y sistemas de control de la población, que ya fueron exportados a Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba. Por ello es esencial tomar decisiones que protejan los valores y libertades individuales, evitando comprometer los principios democráticos, derechos humanos y autonomía. China busca la hegemonía mundial, promueve su modelo político como parte de sus negociaciones, más allá de los contratos.
Optar por una estrategia multialineada podría traer grandes beneficios para nuestra región; diversificando alianzas con otras potencias, fortaleciendo intercambios favorables y entendiendo las dinámicas globales para aprovechar oportunidades sin comprometer nuestros principios.
El estilo chino de hacer negocios, caracterizado por objetivos subalternos y estrategias de largo plazo, contrasta con el enfoque directo occidental. China avanza en sus metas estratégicas, mostrando su fortaleza para impresionar a otros estados, expandiendo su influencia. Sin embargo, los países del Sur Global deben estar preparados para negociar, asegurando acuerdos que beneficien sus propios intereses de desarrollo. No se trata de bloquear negociaciones, se trata de optar por estrategias multialineadas, trazando metas claras y comprendiendo los objetivos de la contraparte como paso esencial para maximizar relaciones beneficiosas.