OpiniónMiércoles, 24 de julio de 2024
Escenarios para Begoñísima, por Juan Manuel de Prada*
Juan Manuel de Prada
Escritor y crítico literario

Como la misión del periodismo es alumbrar la verdad nos decidimos a exponer los distintos escenarios que se le presentan a la catedrática Begoñísima, después de que el juez Peinado haya decidido investigarla por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Por supuesto, sólo respondemos de la infalibilidad de nuestros vaticinios «rebus sic stantibus» (es decir, mientras en España impere el Régimen del 78). Los distintos escenarios que a continuación exponemos están numerados en un estricto orden de probabilidad:

1. Que la instrucción no permita que Begoñísima sea encausada. El juez Peinado no tendrá que volver a peinarse nunca más, porque se le caerá el pelo; y Begoñísima resplandecerá como una mártir de la democracia.

2. Que la instrucción permita el encausamiento de Begoñísima, pero resulte absuelta. El juez Peinado (o su calavera) también podrá lucir su calvicie; y Begoñísima resplandecerá como una mártir de la democracia.

3. Que Begoñísima resulte condenada en primera instancia, porque la causa caiga en manos de algún raro juez independiente que no pertenezca a ninguna de las asociaciones que disfrutan de las mamandurrias del Régimen del 78. En este caso, la sentencia sería recurrida y en instancias superiores (donde proliferan los jueces sistémicos) revocada. En este caso, al juez Peinado lo acompañaría en el cementerio de jueces sin pelo el juez que haya osado condenar en primera instancia; y Begoñísima resplandecerá como una mártir de la democracia.

4. Que Begoñísima resulte condenada en todas las instancias, porque su caso se sustancie ante tribunales formados por jueces al borde de la jubilación o que deciden ponerse el mundo por montera, después de una noche de farra. En este caso, el cementerio de jueces sin pelo tendrá que sufrir una necesaria ampliación y el Tribunal Constitucional saldrá al quite para anular la condena; y Begoñísima resplandecerá como una mártir de la democracia.

5. Que el Tribunal Constitucional de mayoría progresista (o conservadora modosita) esté en cuadro, porque a la mayoría de sus miembros y miembras les haya dado un cólico miserere, después de una noche de farra, de tal modo que tengan que sentenciar unos pocos magistrados todavía resacosos que deciden también ponerse el mundo por montera y confirmar la sentencia condenatoria. En este caso, la ampliación del cementerio de jueces sin pelo tendría que incluir un columbario para los miembros y miembras del Tribunal Constitucional. Por supuesto, si para entonces gobierna la derecha, Begoñísima sería indultada; y si gobierna la izquierda, se aprobaría una ley de amnistía que la deje limpia de polvo y baja. Y, en cualquier caso, Begoñísima resplandecerá como una mártir de la democracia.

Dejémonos de pamplinas. El Régimen del 78 fue diseñado para que rapiñas como las que se atribuyen a la catedrática Begoñísima queden impunes. Todo lo demás es marear la perdiz y querer engañar a la gente.

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