Pocas veces en la historia ha sido tan esperado un discurso del 28 de julio como el del día de hoy. El silencio de la presidenta y la incertidumbre política que nos envuelve han creado una expectación sin precedentes entre los peruanos, quienes anhelamos, sin duda alguna, un destello de esperanza en las palabras de nuestra mandataria. Todos queremos al menos ilusionarnos con un panorama mejor del que estamos viviendo actualmente, pero desde este diario tampoco queremos infundir falsas esperanzas.
¿Qué dirá la presidente?
No cabe duda de que uno de los temas que más urge escuchar en este 28 de julio es cómo su gobierno abordará la creciente inseguridad que azota y se intensifica en nuestro país. Ciertamente, no buscamos un discurso irreal, sino una exposición sincera sobre cómo pretende enfrentar este problema. Queremos conocer el verdadero plan de acción de este gobierno, si es que existe.
El Perú no es un país seguro, y las medidas implementadas durante el mandato de Boluarte no han producido el efecto esperado. Los numerosos estados de emergencia decretados no han logrado mejorar la situación apremiante en la que nos encontramos, con el crimen apoderándose cada vez más de nuestras calles. La percepción de inseguridad en el país supera el 95%. Las mafias se adueñan de la libertad de los negocios que subsisten día a día, y hasta ahora, no ha habido un freno efectivo por parte del Estado.
Mientras tanto, la minería ilegal constituye otro problema clave que este gobierno debe enfrentar. Las mafias dominan el sector minero, mientras los proyectos que podrían tener un impacto realmente positivo esperan ser formalizados (a excepción de Tía María, que es quizás el mayor logro del gobierno en este año).
¿Cuál será el plan de acción de Boluarte?
La estrategia para combatir la minería ilegal es esencial para el futuro del país. Entre el 20% y el 30% del oro peruano se contrabandea por Bolivia debido a la actividad de miles de mineros informales. La forma en que el gobierno abordará este problema nos lleva a otro punto crucial que esperamos que la presidenta detalle en su discurso: la reactivación económica y la inversión privada. Actualmente, los incentivos para invertir en el Perú son insuficientes, por no decir deprimentes. El país se vuelve cada día menos atractivo para la inversión, y esto se refleja en nuestro crecimiento. No haber superado el 5% de crecimiento en los últimos años evidencia la debilidad del gobierno en este asunto. No es casualidad que, en un año y medio de gobierno, la mandataria haya nombrado a tres ministros distintos. No existe un clima de confianza, y la jefa de Estado debería, en su nuevo pronunciamiento, explicar cuál es su plan para revertir esta situación.
¿Qué dirá Boluarte? Esperamos que su discurso no solo proponga un plan favorable para el futuro del país, sino que también demuestre una capacidad real para implementar y materializar estos cambios que son sumamente necesarios. Más allá de palabras vacías y promesas incumplidas, necesitamos acción concreta por parte del gobierno.
¡Felices Fiestas Patrias!