El Perú viene afrontando una fuerte crisis social con respecto a la ola criminalidad, por ello, desde El Reporte dialogamos con Cluber Aliaga, destacado general de la Policía Nacional del Perú y exministro del Interior, a fin de determinar eventuales soluciones ante esta ola delictiva. Además, quien optó por renunciar al cargo por principio democrático y falta de apoyo de aquella gestión ilegitima, cuestionó severamente la inacción de la cartera que dirige Juan José Santiváñez y el gobierno de Dina Boluarte, sucesora de Pedro Castillo. Manifestó que no existe una clara estrategia para combatir el índice de delincuencia, sostuvo que el estado de emergencia no sirve en el Perú.
Hablemos un poco de esta situación de estado de emergencia que hay actualmente.Se han decretado 13 distritos en estado de emergencia a raíz de la ola de extorsiones que están ocurriendo en la capital.
Mi posición personal es que cuando un gobierno declara un estado de emergencia, está admitiendo que no puede resolver los problemas dentro del marco legal y constitucional, es decir, con pleno respeto a los derechos y libertades. ¿Cuál es la premisa? Todos los ciudadanos peruanos tenemos derecho a la seguridad, pero respetándose nuestras libertades fundamentales, nuestros derechos humanos. Entonces, ir a declarar un estado de emergencia es reconocer que, con las normas regulares, no es posible enfrentar la ola criminal y también es reconocer que se ha perdido la batalla. Se supone que es el último recurso que tiene el gobierno, para defenderse frente a una situación imprevista.
Luis González Posada, el ex canciller, nos mencionaba que, uno, la ola de criminalidad ha incrementado a raíz de la migración venezolana y lo segundo es que la Fiscalía y el Poder Judicial no están actuando como deberían porque detienen a los delincuentes y de inmediato son liberados.
El Congreso parece que no se preocupa de lo que hay que optimizar es la calidad del servicio de justicia. Si es que nosotros seguimos viendo que la Fiscalía y el Poder Judicial actúan con discrecionalidad absoluta y no hay responsabilidad por las libertades que dan a delincuentes, no sabemos si lo harán de buena o mala fe o habrá otro tipo de interés económico en promedio, pero lo cierto es que se constata objetivamente que liberan a los delincuentes. Entonces, si siguen trabajando de esa manera, el Estado, en su conjunto, no está yendo a cumplir sus fines. La policía los captura y ellos liberan.
Hablamos un poco del actual Ministerio del Interior, hay bastantes cuestionamientos sobre el ministro Santiváñez. ¿para usted como ex ministro, se está actuando bien?
No, para nada. La visión que tengo es que no hay estrategias, que no saben cómo resolver el problema. Indudablemente, el ministro es abogado, pero nunca ha trabajado contra la delincuencia. Ha sido abogado administrativista, pero parece que no conoce el monstruo por dentro, no conoce cómo es el fenómeno criminal y ha dado unas propuestas totalmente absurdas, que no aseguran ningún éxito.Por ejemplo, los operativos Amanecer Seguro, Atardecer Seguro, Marcha por la Paz. Es decir, si supiera el ministro, los delincuentes son personas que tienen problemas de personalidad. O sea, la mayor parte de los delincuentes, más del 80%, son sociópatas, gente que no tiene sensibilidad, te hace daño y no tiene ningún remordimiento. Tú le hablas, enmiendas tu vida y a ellos no les interesa, no escuchan. Entonces, una Marcha por la Paz o cualquier reconvención u otra, o sea, no pasa nada, les resbala, y eso estamos hablando de la mayoría general de delincuentes.
¿Por qué cree usted que le pesa la mano a la presidenta Boluarte sacar a Juan José Santiváñez del Mininter? Está demostrando total ineficiencia dentro de la cartera y hay serios cuestionamientos tras la fuga de Cerrón.
De ser ciertos los audios que se han escuchado en los que para asumir el cargo de ministro ofreció desmantelar la Diviac o dar de baja a ciertos oficiales, entonces hay un compromiso entre ellos prácticamente.Están involucrados en las mismas denuncias y eso debe ser el factor principal que hace que la presidenta no lo retire del cargo.
En su análisis, ¿este estado de emergencia está dando cambios positivos con respecto a la ciudadanía?
Bueno, para empezar, en el Perú creo que está totalmente demostrado que los estados de emergencia no funcionan. El ejemplo clásico y primario, es el tema del Vraem. ¿Cuántos años tenemos en estado de emergencia ahí? Entonces, los que hemos estudiado derecho sabemos que los estados de emergencia son una modalidad de los regímenes de excepción cuya naturaleza es que sean de corta duración, lo más breve posible, pero acá se declara en estado de emergencia como si fuera cualquier cosa, afectando los derechos fundamentales de las personas, que es sumamente grave, y no pasa nada.No tienen resultado, pero se siguen declarando en estado de emergencia y yo creo que ahí falta el control político.
Hablemos de posibles soluciones a esta crisis de seguridad que vivimos. Usted ha estado dentro del Ministerio del Interior y ha visto el tema muy de cerca. ¿Cómo podría haber una solución fructífera para esta situación actual que tenemos nosotros?
Yo estoy con la experiencia profesional, te quiero decir que sí hay experiencias prácticas de resultados positivos en la lucha contra la delincuencia. Para hacer frente a una delincuencia empoderada, ¿qué necesitas? Una policía empoderada. Si no tienes una policía empoderada, tienes una policía débil, sin capacidad de actuación, que todo tiene que pedirle permiso al fiscal, que todo tiene que comunicar al fiscal. El fiscal se ha puesto como una barrera burocrática, administrativa, innecesaria. Hay que permitirle a la policía que pueda actuar con autonomía y libertad.
La policía está, hoy por hoy, minimizada por tantas acusaciones. Por ejemplo, un policía no está permitido disparar a un delincuente, si lo ve en estado flagrante, porque automáticamente el policía es juzgado, pero también existe esta controversia en que la gente considera que los policías son corruptos y lo generalizan de tal forma de que ya el peruano no está confiado.
El problema está en la generalización. Yo he comandado unidades policiales. Entonces, ¿qué es lo que hacía? Buscaba a los buenos policías, los que tenían vocación, los que tenían corazón, les gustaba ser policías, cazadores de delincuentes. Entonces, juntas a los buenos y los haces trabajar. Y claro, tienes que separarlos de los malos efectivos, que los hay también. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es reconocer que hay buenos y malos policías. Hay que apoyar a los buenos y hay que reprimir a los malos, pero tú no puedes sancionar a un buen policía, castigarlo, por culpa de otro.
La labor de la policía en función de las protestas ha sido muy politizada. A los policías los han visto como violentistas, incluso dentro de estas manifestaciones, cuando lo único que hacían era tratar de controlar la efervescencia de aquel momento.
A los policías los ven como si fueran los villanos de la historia y no les dejan tener esa autonomía que deberíamos tener. Yo creo que ahí ha habido un juego de la izquierda radical, que odia a la policía, porque si no ya estuviéramos en un gobierno absolutamente izquierda, en una dictadura, pero la captura de Sendero Luminoso, de los líderes de Sendero Luminoso y de la MRTA frenó toda esa intención de generar una nueva república. Entonces, en el caso de las manifestaciones, lo que hay que tener en cuenta es, primero, que la policía se atacaba con un discurso de odio por parte de los partidos de extrema izquierda. Segundo, que esos mismos políticos no le han dotado de los medios necesarios para que la policía pueda controlar la alteración del orden público sin costo social.
Hablemos un poco de la próxima campaña electoral. Tenemos ya una alta oferta de partidos políticos y se avizora tener más todavía para las elecciones del 2026. ¿Cómo lo ve usted desde su tribuna?
Bueno, mucha gente comenta y dice que, si Pedro Castillo ha sido presidente, cualquiera puede ser presidente. Parece que para ser presidente del Perú no se considera que hay que estar preparado. Yo creo que es fundamental para gestionar, para poder resolver problemas, estar debidamente preparado. Yo soy de la idea de que hay que prepararse mucho, hay que prepararse mucho, hay que saber, no basta desear.
¿Usted regresaría al panorama político quizá al Congreso o tal vez aspirará a la Presidencia?
A mí me paran presionando los colegas, los policías que me dicen postula al Congreso, porque tú eres abogado, eres doctor en Derecho y ellos saben que yo he promovido muchas iniciativas legislativas, inclusive estaba en el equipo de la última ley para modificar el Código Procesal Penal, entonces a mí me gustaría poder participar ya sea del Congreso o en otra instancia, me gustaría ir en una plancha acompañando a alguien para poder resolver el tema de la seguridad del país y yo sí sé cómo hacerlo y lo he demostrado. Actualmente, estoy, digamos, como independiente, pero estoy escuchando propuestas y alternativas. Para poder ir como invitado tal vez, pero si no, ya tendría que inscribirme a algún partido.
Digamos que Dina saca de su gabinete a Juan José Santiváñez y lo llama usted para poder asumir y tratar de solucionar el tema de seguridad ciudadana. ¿Acude?
En la medida que me dé la confianza en el sentido de que si ella quiere pasar a la historia y dejar que el tema de seguridad ciudadana haya mejorado en su gestión, lo haría con mucho gusto. No lo descarto, porque acá primero es el país, no hablemos de personas. Ya sabemos que Dina tiene su problema, lo tendrá que afrontar en su momento, pero un buen gesto podría ser el de tratar de mejorar el tema de la seguridad que afecta a todos los peruanos.
Abrir las puertas y no solamente tener a ministros que son sus ayayeros, como es el caso de Juan José Santibáñez, que le ha estado defendiendo muchísimas veces
Claro, un escudero. El ministro del Interior está para eso. El ministro del interior está para darle seguridad a todos los peruanos y para su defensa está el ministro de Justicia.