Se ha cumplido un mes del fallecimiento de don MarioVargas Llosa uno de los más renombrados escritores contemporáneos, cuya extraordinaria obra literaria le valió ser reconocido con el Premio Nobel de literatura en el año 2010. Rasgos y episodios de su vida personal,como la mala relación con su padre o sus amoríos con la tía Julia, fueron importantes ingredientes de sus libros y novelas.
Su desaparición apenas antecede una semana a la del Papa Francisco, con quien comparte el mismo año de natalicio, 1936. Uno agnóstico, el otro representante de Dios en la tierra. Fueron ambos figuras que handesatado mucha polémica.
En estas últimas semanas he leído y visto, muchos artículos, videos, comentarios en redes sociales del país y del extranjero, aplaudiendo el legado de la gran figura que fue MVLL tanto literaria como política.
Sin embargo, como suele suceder con figuras que generan controversias,tras su muerte no han faltado detractores ni ataques, como algún socialista que ha aprovechado para recordar, en desmedro de MVLL, a José María Arguedas quien fue un importante escritor y novelista de otra generación, cuya valiosísima obra no alcanza las dimensiones universales del célebre escribidor arequipeño. ¡Que en el reino de la envidia, el éxito del otro es siempre digno de ser ignorado o ninguneado, en consecuencia con la mediocridad ramplonaque nos consume!
Una de las razones por las que me tomo la libertad de escribir estas líneas, es porque tuve la suerte de conocerlo hace unos quince años, cuando lo aborde en un restaurante una tarde limeña. Su respuesta fue muy cordial y caballerosa. Fueron apenas unos momentos pero los recuerdo con mucho aprecio. Esa tarde me di más que con un célebre y exitoso escritor, con un tipo amable, sencillo y simpático. Cuanta diferencia con sujetos sin clase de nuestro medio, más que figuras, figurones, parafraseando a Gonzáles Prada, que he conocido, desbordados de soberbia y que no lellegana los talones, ni a su personalidad ni a su éxito, pero que son capaces de conversar hasta con terroristas si con ello beneficia sus intereses particulares.
Su actuación en política fue compleja y variopinta, por lo fue blanco de críticas demoledoras algunas, hepáticas otras, pero que tampoco puede negarse queno pocas veces obedecieron a razones valederas. Del rol que cumplió en ella, tanto fuera como dentro del país, me ocuparé apretadamente en estas líneas.
Muchas de las grandes figuras de la historia suelen ser controversiales, por sus grandezas y pequeñeces. Seres humanos al fin y al cabo. Don Mario no escapó a esta sentencia.
Sobre lo dicho, recientemente el ex presidente del Consejo de Ministros Pedro Cateriano Bellido, fiel amigo y cofundador con el célebre escribidor del MovimientoLibertad, ha escrito un interesante libro sobre nuestro Premio Nobel titulado “Vargas Llosa –biografía política- su otra pasión” que fuera presentado por la conocida periodista Mávila Huertas y por el destacado abogado y derechista liberal Enrique Ghersi. Obra imprescindible para conocer a profundidadla actuaciónpolítica de MVLL y también por su aporte a la historiografía de la políticaperuana contemporánea.
En esa dirección intentaremos ir.
Don Mario pasó de comunista juvenil a maduro derechista liberal admirador de la conservadora Margarte Thatcher y sus medidas neoliberales que en los 80 habían liberado al Reino Unido de la ineficiente economía keynessiana. También el Nobel de literatura tuvo coincidencias con la izquierda liberal –Stuart Mill, Rawls- y la cosmopolita –Ulrich Beck- por sus posiciones libertarias. Ambas corrientes de pensamiento son las que principalmente nutren -consciente o inconscientemente- a los que en el Perú se les conoce como caviares. Asimismo don Mario expresó su simpatía política por Tony Blair –al cual apoyó en los 90- y su puesta en práctica de la Tercera Vía teorizada por Anthony Giddens que significó un renacer para la socialdemocracia británica (el laborismo).
Por esa época también arremetió con duras críticas contra el socialista Rodríguez Zapatero y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), mientras fortalecía su amistad con José María Aznar y la derecha liberal española del Partido Popular (PP) –la derechita española como la llama despectivamente Santiago Abascal líder de Vox- apoyando a dos de sus másconspicuaslideresas, Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Ayuso. En Latinoamérica estuvo a favor de los derechistas (liberales y conservadores) Jair Bolsonaro, Iván Duque -alfil de Álvaro Uribe quien desde mi muy modesto punto de vista es el líder conservador más importe de las últimas décadas en América- José Antonio Kast y Javier Milei.
En su libro La llamada de la Tribu (Alfaguara, 2018), MVLL expresa su admiración por los más grandes pensadores liberales como Smith, von Hayeck, Popper y Berlin, a quien el también autor de Pantaleón y las visitadoras conoció personalmente según se señala en la referida obra de Pedro Cateriano. En la Llamada de la Tribu don Mario marca distancias tanto de los socialistas y socialdemócratas como de los conservadores, ubicándose en la derecha liberal.
La derecha liberal, desde mi punto de vista es fundamentalmente economicista pero también suele batallar por los derechos humanos perocon menos ahínco que la izquierda liberal, para la cual aquellos son su principal estandarte. Algunos entendidos llaman a aquella derecha, neoliberal. En esa ubicación del espectro político tambiénse aúpa el libertarismo y la defensa a ultranza de la democracia que en su discurso rechaza toda dictadura sea esta socialista o conservadora.
En el Perú, la derecha liberal –aun hoy en estado embrionario- empezóa gestarse con don Pedro Beltrán Espantoso –adalid del liberalismo económico como lo llamanlos historiadoresCarlos Contreras y Marcos Cueto, (IEP 2000)- cuando estuvo al frente del Banco Central de Reserva (1949-1950) siendo el principal promotorde las políticas económicas librecambistas que se aplicaron por primera vez en el país, tiempo antes de que naciera su actual y tan exitoso presidente, don Julio Velarde Flores. Estas políticas tuvieron significativo efecto en el ámbito de la tecnocracia estatal aunque por corta duración, lo que pienso desfavoreció nuestro desarrollo. Es por ello que las ideas en la política tienen que ser sostenidas en el tiempo por los partidos políticos –que en el Perú casi no existen por regla general, en el sentido de la teoría política de reputados politólogoscomo Giovanni Sartori- más que por los tecnócratas o funcionarios públicosque las profesen circunstancialmente. Al no haber partido liberal en el Perú –hubo uno con ese nombre muy efímero fundado por el general José Miguel Medina Elera a fines del siglo XIX- el modelo económico librecambista llevado a cabo durante el ochenio del gran presidenteManuel A.Odría (1948-1956), pronto perdió protagonismo.
No sería hasta 1987 con Mario Vargas Llosa que las ideas liberales de derechas llegarían a la arena política en nuestro país, logrando una gran acogida en la multitud. Estas ideas resultarían providenciales parael Perú, pocos años más tarde. Ni Alberto Fujimori, ni Juan Carlos Hurtado Miller,ni Carlos Bologna, con losméritos indiscutibles que para mí toca a cada uno en ello,fueron quienes las estrenaron en el debate político nacional,sino MVLL. Al César lo que es del César y Dios lo quees de Dios.
Como libertario, MVLL apoyó causas que muchos rechazamos y nos oponemos, como el aborto.Pese a ello, en la línea de Agustín Laje y otros jóvenes intelectuales conservadores, es conocida su oposición radicalmente opuesta al llamado lenguaje inclusivo, en contra de la corrección política, de la cual se burló y hasta calificó de estupidez, para horror del feminismo fanático que lo considera algo así como uno de los ángeles caídos de Lucifer. Este feminismo se ha convertido en el arma relámpago dela izquierda neomarxista y gramsciana,en la batalla cultural que actualmente seluchaen occidente y quepor su impacto parece rememorar alospanzer de la Blitzkrieg alemana de 1939 por su efectividad.
MVLL no será la única personalidad notable de nuestra historia perpetuador de mutaciones ideologías radicales. Mucho antes que el célebre escribidor, Eudocio Rabines –personaje sobre quien recientemente ha iniciado una saga el destacado novelista peruano Rafael Dumett- paso del aprismo al comunismoy de ahí se convirtió en un derechista conservador y furibundo detractor del gobierno socialista de Juan Velasco.
Recibió duros ataques de diferentes signos políticos, y en respuesta a ello siempre defendió con firmeza sus posturas, lo que es digno de ser emulado por aquellos jóvenes que,con legítima y honesta vocación de servicio, desean incursionaren la política, lo que no es otra cosa que servir a la Patria. Defender con convicción y pasión sus ideales y no arredrarse ante las presiones y las posiciones circunstancialmente mayoritarias, requiere mucho coraje, y ese es uno de sus principales legados.
Uno de los ataques más despiadados contra él provino de las izquierdas -aprista ycomunista- en 1983, por los sucesos sangrientos de Uchuraccay. Sin embargo, con algo dedesmemoria don Mario estuvo más tarde a favor de la Comisiónde la Verdad y Reconciliación (CVR), posición que puso de manifiesto en una entrevista con la reconocida periodista CeciliaValenzuela en canal N previa a la emisión de su informe final (2003). Por otra parte, en esa misma entrevista, don Mario hizo una recomendación importantísima para el país, pero principalmentepara su clase política: la necesidad de reformar profundamente la administración de justicia en el Perú. En ello no se le hizo caso, ni a otras voces sensatas, y hoy la situación está llegando a extremos que están poniendo en riesgo la continuidad del sistema democrático, como cada vez más fuerte se viene reclamando.
Hubo buena fe y hasta diría ingenuidad de parte de nuestro Premio Nobel frente a laCVR, como muchos otros, entre ellos el comisionado Teniente General FAP Luis Arias Graziani quien al concluir su labor en ella firmó una carta manifestando su desacuerdo con el informe.
En efecto, la CVR fue injustamente muy crítica de la comisiónque MVLL presidió por el caso Uchuracaypor encargo del gobiernodel arquitecto don Fernando Belaunde, puesto que según su interpretacion sesgada de los hechos, la Comisión Vargas Llosa: “busco explicar el caso mediante interpretaciones que enfatizaron la diferencia cultural de los campesinos quechuas respecto al conjunto del país como causa fundamental de la tragedia. Tal perspectiva no sólo contribuyó a bloquear el acercamiento a la realidad de los hechos, sino también a reforzar la imagen paternalista según la cual los campesinos —considerados como seres «extraños» e «incapaces» pero en el fondo «buenos»— no podían actuar ni pensar por sí mismos”.
Pero lo que realmente los comisionados más influyentes de la CVRrepudiaban, sin atravesar a expresarlo, fue la siguienteapreciación de comisión Vargas Llosa: “la Comisión concluyó que dicha incitación no fue sistemática, ni respondió a una política implementada por el Comando Político Militar, excluyendo de esa manera a los altos mandos militares de cualquier responsabilidad”.
En ese caso –como en otros- la CVR llegó a acusar miserablemente a la Marina de Guerra del Perú y al presidentedon Fernando Belaunde, más tarde aliado suyo en el FREDEMO, de haber sido los instigadores del trágico asesinato de los periodistas y guias en aquel poblado andino a manos de los pobladores que tomaron la justicia por su propia. Dice la CVR: “el jefe del Comando Político-Militar y el propio Presidente de la República, que deberían hacer los «distingos jurídicos clara y precisamente establecidos en nuestra Constitución y nuestras leyes», saludaron los asesinatos de presuntos miembros del PCP-SL en Huaychao y alentaron sucesivamente a los comuneros de las alturas de Huanta a tomar la justicia en sus propias manos”. (págs. 121 a la 182, IF CVR). Y pensar que infelizmente –siendo generoso con el termino- hay acciopopulistas entre ellos Valentín Paniagua –aunque en stricto sensu, perteneció a la zurda Democracia Cristiana- que contribuyeron a los propósitosreprobablesde la malhadada comisión de pretender que las responsabilidades de las organizaciones terroristas sobre el horror de las últimas décadas del segundo milenio, fuese compartida con las Fuerzas del orden y los Comités de Auto Defensa, CADs.
Dudo que don Mario haya estado muy de acuerdo con estas afirmaciones que en todo caso aludían a él directamente. Por otra parte, porlo de Uchuraccay, los partidos y prensa zurda fueron implacables con él, porque a toda costa querían que Vargas Llosa encontrase responsabilidad en las fuerzas del orden en aquellas terribles muertes.
Casi un lustro después, Vargas Llosa tuvo las agallas para enfrentarse a Alan García en 1987 frustrándole su abusivo plan de estatización de la banca. De haber tenido éxito el semejante despropósito de aquel nefasto gobierno,hubiese perjudicado más aun a lareducida clase media peruana de la época. Hoymuchos que lo vivieron –y sufrieron- parecen haberlo olvidado convenientemente.
El Movimiento Libertad que lideró don Mario introdujo al debate político la propuesta del modelo económico que hoy nos rige. Desafortunadamente sus correligionarios no supieron conservarlo. ¡Cuánta falta hace hoy!
Tres años después, MVLL compartió la candidatura presidencial junto a Eduardo Orrego y a Ernesto Alayza Grundy, destacadas figuras de la política peruana, y a la vez fue secundado por un importante grupo de “pituquitos” -como más de algún acomplejado refunfuñara- que se agruparonenel FREDEMO. La importante presencia aunque efímera del Movimiento Libertad y del ejemplo de desprendimiento patriótico que se hizo para constituir el FREDEMO,son señerosen la historia de la política peruana. El FREDEMO fue una fuerza política que vigorosamente, más allá de los errores principalmente publicitarios de la campaña, se enfrentó a las izquierdas peruanas de la época, compuestas por el aprismo y los comunistas que tanto daño le habían hecho al país, y que pareciera estar borrada, reitero, de la memoria de la gran mayoría que vivió aquella década perdida.
He escuchado muchas veces decir que MVLL fue un mal político, pero la verdad es que no encuentro razones contundentes que justifiquen tal afirmación. ¿Por hablar con transparencia y decir con claridad lo que se proponía hacer como gobernate?, ¿O es que acaso hacer políticasignifica engañar o decir medias verdades?, ¿Eso es ser buen político?, ¿O tal vez lo sea ser buen demagogo como García que acusaba a la“derecha” (¿cuál?) de querer desestabilizar al país e inventarle acusaciones de rapacerías, lo que incluía soterradamente a la Marinade Guerra con su discurso de los“profesionalesde la violencia” (Oiga, 1986)?
Muchos repitieron, irreflexivamente, la falsa premisa de que profesaba un profundo odio al Perú y a los peruanos, lo que me parece más bien una leyenda urbana promovida por el delincuente Montesinos, y su infructuosa campaña para desprestigiarlo. Más bien al gobierno de los 90 le falto inteligencia emocional –en ese y otros temas- para tratar el asunto deMVLL y revertirlo asu favor.
Muchos de sus detractores,empresarios, fujimoristas, y apristas y otros -entre los que se cuenta un desfachatado y cínico responsabledeldescalabro económicodel fines de los ochenta- se rasgaban las vestidurascriticándolequehubiese tomado la nacionalidad española, peronada dijeron cuando don Alberto pretendió ser senador de Japón, quien también cometió no pocos errores políticos, siendo uno de los más graves, en mi opinión por ingenuidad y falta de lectura de escenario político regional, viajar aChile y así convertirse en un verdadero preso político, producto de una inicua y abominable sentencia.
Más aún apenas unas décadas después muchosde sus críticos han buscado -y obtenido- para ellos y sus hijos no solo la nacionalidad española sino también la italiana.
Incluso, algún general de triste recordación afirmó que Vargas Llosa había nacido en el Perú por un accidente de la geografía, obviando que el célebre escribidor partencia a una de las familias más antiguas y respetadas de la ciudad blanca, cuyos orígenes en Arequipa datan de fines del siglo XVII con el arriboa tierras del Misti, del hidalgo vizcaíno don Juan de la Llosa y Llaguno, maestre de campo de los Tercios de su Majestad Católica, a quien don Mario menciona en su obraEl pez en el Agua, memorias (Seix Barral, pág. 14).
Nuestro Nobel se opuso al 5 de abril de 1992, adoptando posiciones principistas y democráticas inclaudicables como las de personalidades tan honorables y decentes como la de don Alfonso de los Heros o la de don Raúl Ferrero Costa y muchos otros, que tanta falta nos hacen en la política en estos tiempos que se ha tenido a bien en motejar de Republica Caviar y que va camino a convertirse en una segunda prosperidad falaz.
Algunos estuvimos de acuerdo ante los hechos consumados y aplicamos el seudo maquiavelismo de la justificación de los medios, cuando vimos con claridad que el fin sería alcanzado, es decir salvarnos del terror y de la quiebra económica. Sin embargo este hecho no descalifica a quienesse opusieron, con valentía y honestidad al quiebre constitucional. ¿Pudohaber sido de otra manera? No existe respuesta certera para esa pregunta a mi entender. Lo que sí tengo claro es que nos urge madurez cívica y mayor fe en el sistema democrático para que nunca más se repita una ruptura del orden constitucional, como recientemente ocurrió con el sinvergüenza y funesto Martin Vizcarra. Dicho sea de paso, fui testigo de excepción en el 2020 cuando me encontraba sirviendo en Iquitos, de la ineptitud de su gobierno para afrontar el problema de seguridad nacional que significó el COVID.
Don Mario, a mi parecer, se equivocó profundamente en prestar sus apoyos a las diversas candidaturas que rivalizaron con el fujimorismo, entre ellos al rojo velasquista convenientemente acaviarado de Ollanta Humala y al ruin, patético e irresponsable cuando no sinvergüenza, de Pedro Pablo Kuczynski –el mismo de los “gabinetes de lujo”, dicho que gráfica muy bien la ingenuidad e ignorancia en política de buena parte de los sectores A y B limeños- y de las satrapías de Vizcarra, porque equivocadamente creyó que el fujimorismo resultaría catastrófico. Es evidente que se equivocó.
En las elecciones del 2021 donde triunfo –muy probablemente con fraude- el mequetrefe y marxista de kindergarten Pedro Castillo, pienso que don Mario fue consciente de su error y hubo de enmendarlo a su manera, apoyando la insistentementemediocre candidatura de Keiko Fujimori, de la mano de su hijo el escritor y periodista Álvaro Vargas Llosa, en gesto que los enaltece. Pero de sostener de que tuvo, como dicen algunos de sus afiebrados y borreguliescríticos, el poder de imponer a Humala, haciéndolo girar a posiciones de centro izquierda o al senil y frívolo PPK, es asumir que tuvo un poder inusitado de convencimientoen el electorado nacional–lo cual dudo muchísimo- lo que además contrastacon el calificativode mal político que leendilgan, porque puesto que obtuvo el éxito que buscaba, aunque a muchos no nosagradasenninguno de esos resultados.
Soy un derechista conservador sin ambages, y no comparto muchas de sus posiciones políticas. No puedo estar más en contra de su apoyo a la creacióndel Lugar de la Memoria (LUM) que, como en otro espacio he mencionado, fue un regalo de Alan García a la izquierda cosmopolita, así como también lo fue el Ministerio de Cultura. A ello se suma, dicho sea de paso, en ese gobierno, que se continuase permitiendo la hegemonía zurda en el Ministerio de Educación –los textos colegiales con grosera tergiversación de los años del terrorismo se dieron en ese gobierno sin mayor oposiciónsalvo la firme voz del Almirante Giampietri y algunos otros pocos- así como en el Ministerio de Justicia-¿a qué ministerio le toca construir cárceles acorde a la desabordada criminalidad que sufrimos ya desde esos días?- es decir alcahuetería desfachatada en favor de la caviarada, aunque muchos hoy no quieran recordarlo.
Es verdad que como político tuvo declaraciones poco felices respecto al país que generarongenuino y justificado rechazo, pero tambiénes cierto que como literato –e incluso a veces como político- las tuvo en sentido contrario. En una de sus últimas apariciones públicas cuando fue condecorado por el alcalde Rafael López Aliaga, expresó sus sinceros deseos para que el país tenga un mejor futuro, rechazando a su vez las lecciones que pretenden darle al Perú gobiernos de países de la región donde la tiranía, la falta de libertad o el populismo infantil imperan, como Cuba, Nicaragua, Venezuela, México, Colombia, o Bolivia, es decir expresó tácitamente su rechazo al eje del mal: el Foro de Sao Paulo-Grupo de Puebla.
Aunque son innegable sus orígenes castristas y velasquistas y su apoyo errado a la izquierda cosmopolita en nuestro país siendo un hombre de derechas, en las sumas y restas, yo me quedo con lo positivo: su invalorable legado intelectual y la paternidad del más importante impulso de la derecha liberal –pese a ello aún embrionaria- en el Perú, el Movimiento Libertad y todo lo bueno que este aporto a la política nacional, y por supuesto con su valentía y su honestidad ciudadana, profesional y política.
Su lugar de privilegio ganado con esfuerzo, disciplina y talento permanecerán siempre en la literatura como escritor, novelista e intelectual. Su papel en la política, su otra pasión,como la llama acertadamente Pedro Cateriano,la historia juzgará, aunque tengo la convicción de quesu veredicto será más que absolutorio. Descanse en paz don Mario.