OpiniónDomingo, 25 de mayo de 2025
Ya no por el mal menor, por Sergio Alva
Sergio Alva
Periodista de El Reporte

Parece mucho, pero en realidad no es tanto. Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y ya se están armando los cuadros precisos para la contienda electoral que puede o no determinar el futuro de nuestro país en este caótico contexto de crisis social y política que venimos afrontando hace muchísimo tiempo.

Bajo esta premisa, es necesario entender que las elecciones anteriores han sido o debieron ser el punto de quiebre para que los candidatos de derecha empiecen a tomar más ímpetu en la campaña y hacerles frente a los opositores progresistas que han logrado a acaparar las esferas más altas de poder y convertir al Perú en este terrorífico contexto en el que nos encontramos.

Durante los últimos años, desde Toledo en adelante, exceptuando a Alan, el Perú fue gobernado por candidatos que juraban hacerle frente a todos los problemas del país, sin embargo se volvieron parte de él. Hoy tenemos presos a Toledo y Humala por casos relacionados a la corrupción, el cuál es el principal demonio que acecha a la política peruana. Ellos, quienes se abanderaron de ser la esperanza para un país que empezaba a decaer, se convirtieron en una paria más.


A eso, no debemos olvidar que PPK y Martín Vizcarra quien es, a mi parecer, el político más nefasto de los últimos tiempos del Perú, son figuras cuestionadísimas en el espectro gubernamental. Personajes ligados a la corrupción del poder y lado oscuro de la política de nuestro país.


No obstante, el caso de Vizcarra es incluso más crítico, porque él no solo incurrió en temas relacionados a la corrupción, sino también a quebrantar con total desfachatez a la confianza de millones de peruanos y quitarnos la esperanza en una situación de emergencia para todo el planeta. Vizcarra no solo se burló de los peruanos, sino que también busca nuevamente llegar a ser presidente del Perú, esta vez bajo el voto popular, con mentiras y ridiculeces como emblema de campaña.


Eso es, con respecto a los líderes que los peruanos hemos elegido, pero no debemos pasar por alto el gobierno de transición de Francisco Sagasti, quien, de manera indirecta busca llegar al poder en esta nueva elección. Desde acá no olvidamos la implantación de ideologías progresistas y mal diseñadas para un país que respeta las buenas costumbres y tampoco pasamos por alto las muertes durante su gestión en el paro agrario que, para la prensa tradicional y manipulada, no tienen ningúna relevancia.


La similitud que tienen todos estos gobierno es simple y fácil de entender, todos han entrado con el discurso esperanzador de querer solucionar todos los problemas del Perú y se han convertido en el principal incitador de todo ello, pero al margen de esa retórica bananera, el principal punto en común es que siguen el modelo progresista, imponiendo agendas ideológicas y proyectos que no funcionan en la praxis. Y sobre todo, estos políticos fueron puestos en el poder debido al odio y resentimiento que muchos tienen por el fujimorismo, pero de eso hablaremos en otra ocasión.


Acá la cosa es simple, todos estos políticos han dejado de lado la identidad de país y han querido replicar modelos ridículos socialistas que no han funcionado. El progresismo que ha intentado implantar en cada una de las gestiones no ha significado más que la ridiculez hecha política, hechos que han demostrado abiertamente ser huevo en ceviche y un sin sentido para la realidad peruana. La pregunta es, ¿de verdad queremos que esto siga?


Es hora de qué los peruanos nos demos cuenta de lo que está pasando y ya dejemos de esa absurda narrativa conformista que nos ha embargado durante años:“votar por el mal menor”.


Ya es momento de que pongamos nuestro granito de arena y, en lugar de estar quejándonos por todos los políticos que hay en el país, acudamos a las urnas con convicción y con sentido de patriotismo, para así elegir; no por el mal menor, sino por la mejor opción. Ya dejemos de ser conformistas y salvemos al Perú.


Si tanto nos quejamos de estos malos políticos y que se debe cambiar de autoridades, comencemos el cambio desde nosotros mismos, votemos por el mejor perfil político y la mejor idea de país y no por el que me vende una idea que en la práctica es insostenible, pensemos en el futuro, en lo que queremos y lo que valoramos; pensemos en nosotros, pensemos en el Perú.