OpiniónSábado, 7 de junio de 2025
¿El Papa León XIV podría ser más pro vida?, por Steven W. Mosher
Steven W. Mosher
Fundador de Population Research Institute

Cada palabra del nuevo Papa, León XIV, es hoy objeto de un minucioso análisis. Muchos católicos esperan que su pontificado sea un firme testimonio de la fe, sin concesiones ni ambigüedades. Y las señales, hasta el momento, son alentadoras.

Desde Population Research Institute (PRI), organización pro vida y pro familia que ha colaborado estrechamente con dos de los tres pontífices anteriores, seguimos con esperanza este inicio de pontificado. Personalmente, rezo para que el Papa León XIV asuma una posición valiente frente a los grandes pecados de nuestro tiempo.

Y no hablamos de los supuestos “pecados” del cambio climático, las fronteras cerradas o la superpoblación. Nos referimos a realidades que cobran millones de vidas: el aborto, la eutanasia, el desprecio por el matrimonio, la promoción de la anticoncepción y el rechazo a la maternidad y la vida.

El compromiso pro vida de León XIV no es reciente. Se remonta a sus años de estudiante en la Universidad de Villanova (EE.UU.), sede del club pro vida universitario más antiguo del país, Villanovans for Life, fundado en 1974, en cuya creación participó el entonces joven Robert Prevost —hoy Papa León XIV— cuando estudiaba matemáticas.

En su etapa como obispo de Chiclayo (Perú), Prevost apoyó activamente la Marcha por la Vida, principal evento provida del país, organizada con el impulso del entonces Cardenal Juan Luis Cipriani. Carlos Polo, director de la oficina de PRI para Iberoamérica, recuerda de primera mano este compromiso desde la diócesis de Chiclayo.

Su cuenta de X (antes Twitter) también ofrece pistas: publicaciones en apoyo a figuras como Mike Pence durante la Marcha por la Vida en Washington, y críticas abiertas al activismo abortista de políticos como Hillary Clinton.

Un discurso menos conocido, pero revelador, fue el que pronunció en 2023 al recibir un doctorado honoris causa en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (Perú). En un país donde el aborto genera fuerte debate, el ya cardenal Prevost defendió con firmeza el derecho de todo niño por nacer a venir al mundo y llamó a construir un consenso social para proteger esta vida.

Su primer saludo provida como Papa no tardó: en el Regina Coeli del balcón central de San Pedro, envió un mensaje de apoyo a los participantes de la Marcha por la Vida en Roma. Un gesto que fue recibido con entusiasmo por los defensores de la vida.

El 16 de mayo, en su discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, León XIV fue aún más claro:

“Los líderes gubernamentales deben trabajar por sociedades armónicas y pacíficas. Y esto se logra invirtiendo en la familia, fundada en la unión estable entre un hombre y una mujer, ‘una pequeña pero verdadera sociedad, anterior a toda sociedad civil’.”

El mensaje, dirigido no solo a católicos sino a los gobiernos del mundo, marcó una posición contundente en defensa de la familia natural. Como bien dijo el Dr. Carlos Beltramo, director de la oficina europea del PRI:

“Cualquier periodista que siga diciendo que el Papa León XIV es progresista, después de este discurso, ha perdido contacto con la realidad.”

Ese mismo día, el Papa agregó otra afirmación clave:

“Nadie está exento de asegurar el respeto a la dignidad de toda persona, desde el no nacido hasta los ancianos, desde los enfermos hasta los desempleados, tanto ciudadanos como inmigrantes.”

La causa pro vida quedó así en primer plano, por encima de cualquier intento de diluirla en una agenda de “justicia social” ideologizada.

Y el pasado 1 de junio, en la celebración del Jubileo de las Familias, el Papa volvió a reafirmar la enseñanza católica sobre el matrimonio:

“El matrimonio no es un ideal, sino la medida del verdadero amor entre un hombre y una mujer: un amor total, fiel y fecundo.”

El Dr. Beltramo subraya el peso de esta afirmación:

“Total, fiel y fecundo” es doctrina católica pura. El matrimonio es amor que se entrega plenamente, es fidelidad, y es apertura a la vida. No se puede reducir a un ideal inalcanzable ni redefinir arbitrariamente.”

Además, al afirmar que el matrimonio es un modelo concreto y no un “ideal abstracto”, el Papa responde directamente a los argumentos progresistas que pretenden vaciar de contenido la enseñanza de la Iglesia en este campo.

Desde PRI, vemos con satisfacción cómo León XIV afronta, con claridad y sencillez apostólica, el reto de sanar las divisiones que dejaron huella en la Iglesia. Y aún más, cómo lo hace guiado por la Verdad.

Porque, al fin y al cabo, la Verdad es una Persona: Jesucristo.

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