OpiniónDomingo, 8 de junio de 2025
Soplan vientos de unidad, por José Luis Gil
José Luis Gil
Analista político y ex GEIN

Todas las estimaciones sobre los peligros futuros para el país en el ámbito político, social y económico son preocupantes. El futuro incierto o con probabilidades de caer en una anarquía sin precedentes estaría signado por el fracaso en la lucha contra el crimen, y si caemos en un gobierno de izquierda o progre, débil, ignorante y sin medidas radicales que frenen el avance perverso. Como todos sabemos, lo que vivimos en la actualidad se debe al “ensamblaje” del crimen local y el internacional (de países como Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, México y China) en alianza con otras formas criminales como el narcotráfico y la minería ilegal, entre otros. Esta es la situación.

En el ámbito político, la campaña para las elecciones de 2026 ha empezado a trompicones en una parte de la derecha. Phillip Butters, precandidato de Avanza País, arremetió con algunos agravios verbales contra Rafael López Aliaga y empresarios como Roque Benavides, sin considerar que estaría dinamitando las posibilidades de la unidad. Como es obvio, López Aliaga ha salido a defenderse con ponderación, pero con contundencia. Dispararnos a los pies no es buen camino, el adversario está al frente, Phillip.

Por otro lado, la centroderecha también ha sufrido un revés con la renuncia de Hernando de Soto al partido Progresemos, quien no pudo consolidarse como candidato presidencial. Asimismo, surgieron noticias desalentadoras sobre una posible renuncia de Carlos Álvarez, aparentemente motivada por desacuerdos con el presidente del partido País Para Todos, Vladimir Meza, que esperamos pronto se resuelva. Estamos seguros de que Carlos Álvarez también estará de acuerdo con el desafío político de la unidad.

Respecto del espectro político de la izquierda, si bien es variopinta, “diversa”, incluidos los progresistas o “caviares”, con aparentes broncas, desavenencias o puyazos entre ellos, propios de celos por el futuro poder, tienen claro que todos son funcionales entre sí y que, de alcanzar el Congreso (más de 31 senadores), irían en automático hacia el “cambio de Constitución”. Esto, como es obvio, nos llevaría a la debacle, para terminar raídos, heridos y atrapados en socialismos como el venezolano, nicaragüense, cubano o norcoreano, en cuyo espejo estamos seguros de que ningún peruano de bien querrá mirarse jamás.

La UNIDAD de la derecha no debe ser entendida como “componenda” o “repartija”, como seguramente motejarán la izquierda y los caviares, sino como la estrategia política correcta para salvar al país. Felicitamos la voluntad y el desprendimiento de Rafael López Aliaga, quien ha dicho que está dispuesto a aliarse con otros candidatos, dejando abierta la puerta de la concertación, así como también la actitud magnánima de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien también ha comprendido que la unidad es una necesidad para el país, y la felicitamos por eso. Esperamos que pronto Phillip Butters reflexione y cambie de posición hacia la unidad por el bien de todos los peruanos.

Es una muy buena noticia que haya voluntad para las alianzas. Sabemos que el camino para decidir quién la encabezará y las fórmulas que deban usarse para distribuir proporcionalmente a los candidatos para ambas cámaras será difícil, pero creemos que este primer paso facilitará estas decisiones. La derecha peruana debe “saturar” todos los primeros puestos de las encuestas a punta de trabajo en las calles y de un discurso sin exageraciones, con la verdad, sin ofrecer lo que no se puede dar, pero principalmente garantizándoles a los peruanos que lucharán denodadamente, desde el gobierno y el Congreso, para frenar el avance criminal como prioridad. Con ello deben asegurar más de 30 senadores y la presidencia de la república. ¡Sí se puede!

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