La elección del congresista José Jerí, de Somos Perú, como presidente del Congreso, nos impulsa a manifestar y evocar que las elecciones generales del 2021 no estuvieron exentas de diversos señalamientos y observaciones por el desempeño irregular del Jurado Nacional de Elecciones, en especial por la inconducta del magistrado Jorge Salas Arenas, que, en su condición de presidente, emitió voto (doble) dirimente en causas decisivas que limitaron la participación política de partidos como el APRA o el Partido Popular Cristiano.
Más aún, con el voto doble del señor Salas Arenas se decidió que la actual presidenta de la República quedara habilitada como integrante de la plancha presidencial de Perú Libre, a pesar de haber sido excluida de la lista congresal de Perú Libre por Lima. Estas decisiones, en mi concepto, fueron determinantes en un proceso electoral que generó dudas fundadas sobre su transparencia. La diferencia a favor de Pedro Castillo fue de algo más de cuarenta mil votos a nivel nacional, lo que representa el volumen de electores de aproximadamente 200 mesas. El país recuerda cómo el "fraude en mesa" se consumó de manera tan burda, con resultados inconsistentes en centenares de mesas de sufragio, que registraban cero votos para la candidata de Fuerza Popular en la segunda vuelta electoral, a pesar de que en la primera vuelta tuvo sufragios en las mismas mesas. Más aún, el jefe de la ONPE no facilitó los padrones de las mesas de sufragio, impidiendo que se cotejen los padrones con las actas. Una muestra aleatoria a nivel nacional, estoy seguro, hubiera permitido corroborar o no vicios de fraude.
Pedro Castillo fue proclamado presidente de la República, presidiendo un gobierno que se propuso dinamitar la economía nacional y convocar a una Asamblea Constituyente. El fallido golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022 demostró la vocación autoritaria de Pedro Castillo, por un lado, y, a la par, el respaldo de las instituciones tutelares del país en defensa de la democracia. La intromisión del gobierno de López Obrador fue manifiesta. La vacancia de Pedro Castillo fue aprobada por más de cien congresistas, incluyendo a la amplia mayoría de los integrantes de Perú Libre.
Dina Boluarte preside un gobierno sucedáneo de Pedro Castillo, que ha tratado de diferenciarse de la administración anterior. El Congreso de la República ha evitado en todo momento desenlaces políticos que pongan en riesgo la estabilidad del país. Entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, las movilizaciones violentas trataron de desestabilizar al gobierno de Boluarte.
Para garantizar la estabilidad política del país ha sido fundamental el concurso de las sucesivas Mesas Directivas del Congreso y el apoyo tácito de grupos parlamentarios como APP, Fuerza Popular y Perú Libre, que han integrado dichas mesas. La presencia reiterada de Waldemar Cerrón como integrante de la Mesa Directiva explicita un acuerdo tácito entre Perú Libre y Fuerza Popular. Por su parte, Vladimir Cerrón se encuentra en calidad de "prófugo", evidenciándose cierta complacencia por parte del gobierno y la PNP. Vladimir Cerrón es un actor político "en la sombra", ávido de poder y decidido a compartir cuotas de poder con otras fuerzas políticas.
La elección del congresista Jerí como presidente del Congreso para presidir la Mesa Directiva en el tramo final del gobierno de Dina Boluarte puede tener varias lecturas.
No olvidemos que Somos Perú, en las elecciones generales de 2021, incluyó como candidato al Congreso al procesado Martín Vizcarra e incluso postuló a la presidencia de la República al expresidente del Congreso Daniel Salaverry. Martín Vizcarra, desleal y sin escrúpulos, fue capaz de urdir una "coalición" durante su gobierno que incluyó a los grandes medios de comunicación, receptores de generosos fondos por concepto de publicidad estatal. Vizcarra, de modo absolutamente irregular, fue candidato al Congreso de la República. El JNE esperó la hora final para cumplir con la inhabilitación política por diez años aprobada por el Congreso contra Martín Vizcarra. El JNE le entregó las cartas credenciales al congresista Jerí para que ocupe la curul que, en un primer momento, supuestamente le hubiera correspondido a Vizcarra. Hoy, Somos Perú asume un protagonismo político singular.
Actualmente, Martín Vizcarra tiene su propio partido y no desiste en seguir haciendo proselitismo político por todo el país. No se puede obviar la cercanía política entre Vizcarra y el electo presidente del Congreso. El Poder Judicial trata de modo singular al procesado Vizcarra. El juicio oral se desarrolla lentamente —apenas se realiza una audiencia por semana—, el procesado solo tiene impedimento de salida del país, y se desplaza sin restricciones por diversas ciudades del Perú, a pesar de estar inhabilitado políticamente. Vizcarra goza de impunidad, juega con diversos escenarios que oscilan entre la absolución por parte de la Sala, la condena a pena privativa de libertad, la posibilidad de solicitar asilo diplomático o, en su defecto, lograr que la Corte Interamericana de Derechos Humanos disponga medidas cautelares a su favor.
La reforma política que promovió Vizcarra durante su gobierno ha generado caos y anarquía electoral. Su estrecha colaboradora, Fiorella Molinelli, también ha logrado el sueño “del partido propio”. Fernando Tuesta, entre otros, como autor intelectual de la nefasta reforma política, apuesta por el caos y la desinstitucionalización de la política en las próximas elecciones generales. El apoyo de Fuerza Popular al congresista Jerí, de Somos Perú, demuestra la falta de convicciones de una agrupación sin un derrotero seguro.
La victoria de José Jerí representa una victoria tácita del inhabilitado Martín Vizcarra y de varias fuerzas políticas que tienen el pragmatismo como bandera. Fuerza Popular, Somos Perú, APP, Acción Popular y otros partidos carecen de doctrina, historia, militancia con trayectoria y lealtad partidaria. Son los tiempos del transfuguismo.
Una vez más, se hace evidente que la política se ha convertido en un medio transable y una mercancía, a pocos días de celebrarse el 204.º aniversario patrio.