Estos días he estado escuchando un recuento de los congresistas que apoyan la tercera vacancia contra el presimiente Castillo, que es promovida por el parlamentario Edward Málaga. Hasta ese momento, superaban apenas las 60 firmas. Necesitan 87 para hacer efectivo el trámite.
Al respecto, luego de pensar fríamente, cuáles serían las causales para vacar a Castillo, me quedé pensando incluso si el caso del actual presimiente correspondía o se ajustaba al tipo constitucional para proceder con la correspondiente remoción del cargo.
Así, creo que lo justo sería que pasemos a revisar rápidamente el texto constitucional, contrastarlo con la realidad para, posteriormente y sin apasionamientos (tarea difícil), definir si corresponde o no que el ocupante de la Casa de Pizarro sea echado del cargo o si debe continuar hasta el término de su periodo.
De acuerdo con el inciso 2 del artículo 113 de la Constitución: “La Presidencia de la República vaca por: …Su permanente Incapacidad moral o física declarada por el Congreso”. Así, no habiendo duda de la capacidad física del primer mandatario, sólo queda analizar si en verdad tiene o no “Capacidad Moral” para ocupar el cargo para el que fue elegido por el pueblo. Y como hay obtusos a los que les gusta poner en duda el contenido de nuestra Constitución, junto con la intención de los constituyentes en la concepción de la “Capacidad Moral” como causal, lo justo es evaluar todas posibilidades que puede englobar la norma constitucional y de allí tomar la decisión correspondiente.
Si queremos entender la “Capacidad Moral” como una relación con la integridad personal de ciudadano en cuestión y, por ende, con lo “…Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva”[i][1], solo deberemos revisar y sopesar la conducta de Pedro Castillo en relación a los procesos penales en los que está involucrado, sus acciones para proteger, sustraer u ocultar personas/familiares que tienen problemas con la justicia; las declaraciones y testimonios concordantes de los colaboradores eficaces que forman parte de las tantas carpetas fiscales por actos de corrupción; y por mucho que el Premier exija la aplicación de la presunción de inocencia a la Fiscal de la Nación (presunción imperativa sólo para los jueces), cualquier persona decente verificará que con dicho actuar existen muy pocas opciones para poder defender al presimiente de ser vacado.
Por otro lado, si queremos ser más formalistas e ir por la concepción histórica de la Capacidad Moral, es decir como “capacidad intelectual” o de discernimiento para el correcto desempeño de sus funciones, entonces deberíamos reflexionar sobre la cantidad de ministros que lleva su gestión y la nula idoneidad que Castillo tiene para reconocer aptitudes y antecedentes en los que resultan nombrados; su incapacidad para reflexionar sobre la dimensión de las cantidades de dinero que se escriben en un cheque de donación; la poca coherencia que mantienen sus ideas al narrar una historia o diferenciar a una persona de una ciudad; entender sus obligaciones sobre la defensa de nuestra soberanía, o las raras interpretaciones que tiene sobre las manifestaciones de su aclamado pueblo (ese mismo que le pide se vaya, y él le responde llamándolo corrupto, como acaba de suceder en el hospital Rebagliati). Entonces, y aun queriendo ser amables o paternalistas, resulta inevitable llegar a la misma conclusión que para el primer concepto.
Siguiendo esta línea de ideas y no siendo la opinión de expertos o de terceros un requisito para la determinación de la capacidad moral del presidente de la República por parte del Congreso; salta a la vista una pregunta evidente, ¿Es que acaso hay poco más del 50% de parlamentarios con los mismos problemas de “capacidad moral” que nuestro presimiente? Si es así, el que se vayan todos viene siendo la única solución.
*Nota: en esta columna seguiremos refiriéndonos a Pedro Castillo como “Presimiente” de la República hasta el momento en que salga a decir/declara LA VERDAD ante las autoridades Fiscales y Judiciales sobre todas las acusaciones en su contra.
[i] Moral Rae: https://dle.rae.es/moral