Vistos los resultados de la última marcha del 05 de noviembre, me quedan claras 2 cosas: 1) Por primera vez se puede apreciar que el Ejecutivo tiene miedo a la calle. 2) El condicionamiento de la “centro/izquierda” para que la marcha se ajuste exactamente a sus intereses y si no, no van; resultan siendo un duro cómplice del régimen corrupto que nos gobierna.
Sabemos que Castillo teme a la calle, porque de no ser así, no hubiera empezado a insultar a los pacientes, doctores y familiares que le pedían la renuncia durante la visita al hospital Rebagliati. Sabemos que tiene miedo porque, como nunca han utilizado su costosa artillería de trolls para bajar los ánimos de la gente, está asustado, porque de otra manera no hubiera instruido a la Policía para que lance bombas lacrimógenas a una marcha pacífica, ni mucho menos se hubiera instruido a los agentes policiales montados en caballaos para que arremetiera innecesariamente contra los civiles y así dispersarlos. Les aterra saber que las pifias que se vienen ganando no responden más que la insatisfacción que existe en la población por cuenta de su incapacidad; y, sobre todo, teme a la calle porque sabe que si la situación se desborda cuando llegue la OEA y esta logra escucharlos, no tendrá mucho espacio para cubrir o justificar el meollo de sus fechorías ante la Fiscalía.
Aun así, el presimiente tiene suerte: los tibios y caviares aún no han concluido con las 5 fases del “duelo” que les corresponde por el resultado de sus votos en la última contienda presidencial/congresal. Entonces, como aún se encuentran en la fase de “negociación”, pretenden exigir a los marchantes que las protestas deben realizarse a su modo o, de lo contrario, no se unen a la misma. Es decir, que debe salirse a la calle a exigirse “que se vayan todos”, y obviamente “sin que participen los políticos”, todo debe cambiarse y no podemos volver a entregar las riendas del país a los políticos tradicionales del pasado que sólo representan y enarbolan valores de corrupción —por decirlo de alguna manera—.
Sin embargo, creo que es importante acotar que esto no es más que el mismo discurso de siempre para recuperar su cuota de poder. Porque ellos solo buscan nuevas elecciones habida cuenta que sólo entonces nuevamente tendrán una oportunidad de hacerse del poder que tan esquivo les fue en la misma elección. Todo ello, por supuesto, sin pensar que cuanto más dudan, cuestionan y negocian las condiciones para “ponerse las zapatillas” y empezar a “lavar banderas” más fortalecen y prolongan el duelo que viene pasando; al mismo tiempo, que generan más división entre los peruanos y dan más oxígeno a Castillo.
Como bien comentábamos el último fin de semana con PTCS, más efectivo que hacer las marcha, son las manifestaciones espontáneas de rechazo, si la población logra mantenerse en esa línea para cada discurso, presentación, inauguración y demás actos públicos a los que tenga acceso; seguramente lo obligarán a guardarse en palacio, hacer el ridículo en eventos vacíos y si se ve forzado a pagar portátiles. Será la prensa la encargada de dejarlo en evidencia.
Con este escenario, nos queda recordar aquella frase de Albert Einstein que dice: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Si esto lo sumamos al famoso “quienes no aprenden de su historia están condenados a repetirla” y las extrapolamos a nuestra política nacional, lo que de verdad debería proponerse en las calles es un gobierno de transición que en coordinación con el Congreso actual le ponga fin al presidencialismo. Como bien afirma el actual premier en su artículo para que, de una vez, se acabe el círculo vicioso que constantemente estamos viviendo a razón de las tan afamadas victorias que viene cosechando el ya famoso, poco objetivo y muy emocional antivoto.
i) Fases del duelo según Kübler-Ross: negación, ira, pacto/negociación, depresión y aceptación.
ii) https://www.etorresvasquez.com.pe/terminemos-con-el-presidencialismo.html