En este mes de noviembre se cumplen 80 años del estreno de una de las películas más célebres de la historia del cine, me refiero a Casablanca, la romántica historia que protagonizaron las estrellas hollywoodenses, Humphrey Bogart (1899-1957) e Ingrid Berman (1915-1982), quienes dieron vida a Rick Blaine y a Ilsa Lund. La película fue rodada en plena efervescencia de la Segunda Guerra Mundial y fue un éxito rotundo, que con el tiempo se convertiría en un clásico.
Casablanca es una de esas miles de historias de amor –reales o inventadas- cuyos esperados finales felices se ven frustrados por la guerra, pero que sin embargo se hizo única gracias a las caracterizaciones de dos grandes íconos del cine en blanco y negro, renombradosademás por sus muy aplaudidos estilos y elegancias.
El escenario de esta ficticia historia tuvo lugar en la ciudad marroquí de Casablanca, en África del Norte, durante los días –en la vida real- en que las fuerzas aliadas al mando del Mariscal Bernard Montgomery arrinconaban en Egipto a las tropas del héroe alemán, Mariscal de Campo Edwin Rommel -El zorro del Desierto- tras tres durísimos años de disputa por el control del Mediterráneo y del canal de Suez en pos de las riquezas petrolíferas del oriente medio.
Pero además del toque irónico con voz de pato de Bogart, y de la dulce y encantadora personalidad de Berman, si Casablanca es tan recordada, en parte se debe a la maravillosa canción que compuso Dooley Wilson, As Time Goes By.
Tras su repentina aparicion en escena, la bella Ilsa le pide con insistencia al pianista del bar de Rick: tócala Sam….Y entonces Sam, que se rinde a la suplica melindrosa de la dama -arriesgándose a la furia de Rick- la toca y canta:
“Tu debes recordar esto: Un beso es solo un beso…. Luz de luna y canciones de amor nunca pasarán de moda….lamisma vieja historia, una lucha por el amor y la gloria, una historia de hacer o morir…”.
La melodía de As Time Goes By sonando en el bar de Rick, rememora los felices días en París de aquellos amantes, que la estridencia de las sirenas de guerra acaban abruptamente. De inmediato miles abandonan la Ciudad Luz. Reina la prisa por huir de la invasión nazi en las estaciones de tren parisinas. Ilsa jamás llega a la cita con Rick para escapar juntos como lo habían acordado. El vagón listo a partir, revela que aún, a los tipos duros como los que interpretó Bogart, también les rompen el corazón. Todo cambiaría con el inesperado encuentro en Marruecos años después.
Y la historia termina con la apresurada despedida de Blaine y Lund en el terraplén del aeropuerto marroquí, perseguidos por agentes de la Gestapo, que parecen acabar con la ilusión de una vida juntos. Sin embargo, es posibleimaginar un desenlace distinto, en el que un día los amantes se encontraran nuevamente, a lo mejor ya no en las rues de Paris, sino más bien en las góndolas de Venecia, incluso con otras identidades – Ángela y Alcides quizás- quien sabe en el ocaso de sus vidas, como Fermina Daza y Florentino Ariza, de El Amor en tiempos del cólera.
Pasadas ya ocho décadas del rodaje de Casablanca en los desiertos de Arizona, creemos con Sam, tarareando la famosa melodía, que el tiempo se va y que las cosas fundamentales pasan a media que pasa el tiempo…as time goes by … irremediablemente…