Hegel y la alienación. George W. F. Hegel acuña el término “alienación” explicando que “una vez que mis palabras salen de mi boca dejan de pertenecerme, pudiendo ser usadas por cualquiera, inclusive en mi contra”. Ludwig Von Feuerbach y Karl Marx aplicaron el concepto a las religiones y a la economía, respectivamente: el hombre inventó tanto al ídolo como al dinero para que lo sirvieran, pero estos adquirieron vida propia y el hombre terminó sirviéndolos.
El ídolo fue creado para que sirviera de refugio y consuelo al hombre en épocas de incertidumbre.Sin embargo, se crearon las religiones alrededor del mismo, las cuales en su nombre dictaron normas de comportamiento y penalizaron a quienes se desviaban de las mismas. Sigmund Freud explica que la religión es una ilusión inventada por el hombre, pero quena es necesaria porque la masa necesita ser controlada.
Por otro lado, el dinero fue inventado para facilitar el intercambio de bienes y servicios.Empero, hizo que el hombre se dedicara a laborar por dinero para labrarse un futuro y poder sostener a su familia dejando de lado casi todo lo demás, ergo, perdiendo la habilidad de desarrollar su potencial.Marx propone que el hombre se alienó de su humanidad y su labor se convirtió en una materia prima más, sujeta a la oferta y la demanda. En su teoría de la alienación el hombre se alienó (1) del producto de su trabajo sobre el cual perdió control, puesto que hacía solo una parte y su salario no equivalía al valor de su trabajo. Su patrón comercializaba el producto llevándose la diferencia entre lo que le pagó por su trabajo y el precio por el cual vendía el producto, (2) de sí mismo, porque al desarrollarse unidimensionalente para trabajar y mantener a su familia dejó de lado su potencial total. (3) De otras personas, a quienes veía como competidores por los puestos de trabajo y no como colaboradores para lograr objetivos en conjunto, que favorecieran a la humanidad y (4) de la naturaleza, de la cual, pese a ser un ingrediente se separó viéndola como algo explotable para sus propios fines y no como algo para cuidar y compartir con la humanidad.
Alienación fujimorista.Mario Vargas Llosa, los caviares y la gran prensa crearon el antifujimorismo para desprestigiar a Alberto Fujimori e impedir que otro Fujimori fuera electo presidente. Desde su renuncia por fax, tanto Alberto Fujimori como el fujimorismo, estuvieron sujetos a una campaña de demolición. A los pocos días del autogolpe de 1992, Mario Vargas Llosa aún dolido por su derrota electoral, trató de aislar al Perú acusando a Fujimori y su gobierno de ser antidemocráticos y usando su prestigio para apelar a instancias internacionales pidiendo el aislamiento internacional del Perú.Luego, Alberto Fujimori fue acusado de ladrón y de violador de derechos humanos permaneciendo aún en prisión al ser acusado de responsable mediato de los sucesos de la Cantuta y Barrios Altos, algo absolutamente disparatado y totalmente político, ergo, una invención de la caviarada. Keiko fue despersonalizada, cosificada y reificada como algo (no- alguien) indeseable, insensible, impresentable y peligroso. Evidentemente, los caviares aprovecharon la coyuntura para continuar desinformando contra los Fujimori y manejando la información a su antojo. Sin embargo, durante la última campaña electoral, Vargas Llosa y otros connotados antifujimoristas endosaron a Keiko asustados por un posible triunfo comunista. A pesar que se desgañitaron y exhortaron a votar por ella, los votantes les hicieron caso omiso. El antifujimorismo, había ya cobrado vida propia y no cedió ante sus exhortos. Se convirtió en una alienación más, como el dinero y la religión.
El antifujimorismo puso en el poder a Humala, PPK, Vizcarra, Sagasti y Castillo.Como se recuerda, Humala se impuso a Keiko por el 0.50% de los votos, PPK la ganó por el 0.24% y Castillo por el 0.25% de los mismos. El voto antifujimorista es bastante mayor que esos minúsculos porcentajes.
Lamentablemente para el Perú y los peruanos, la alienación antifujimorista ha dejado de ser meramente el antídoto para evitar que los Fujimori regresen al poder. Se ha convertido en el borrador de las reformas económicas realizadas por Alberto Fujimori para erradicar el socialismo cultivado por Velasco-Morales-Belaunde II -y-García I, y establecer el modelo económico neoliberal que produjo el desarrollo del país durante tantos años. Fue ingenuo pensar que el antifujimorismo solamente impediría el acceso de los Fujimori al poder. Ha destruido el mayor logro de Alberto Fujimori: devolver la confianza para invertir en el Perú. El círculo virtuoso de la economía creado por Alberto Fujimori, que produjo el milagro peruano; se ha convertido en un círculo vicioso: un espiral invertido que nos dirige al fondo de los fondos. Como se sabe la desconfianza espanta a la inversión privada, ergo, se van el desarrollo, el empleo y el gasto. Se incrementan la pobreza, la desnutrición y la delincuencia.
¿Hay salida de las alienaciones? No hay datos concluyentes al respecto. En cuanto a la religión en los Estados Unidos actualmente el 81% de la población es creyente y el 74.5% es cristiana. Sin embargo, modelos matemáticos pronostican que en 50 años solamente el 50% de la población será creyente y un mero tercio de la población será cristiana (según Paw research). Las religiones más antiguas se iniciaron aproximadamente 2000 años antes de Cristo. Es decir, ha tomado más de 4000 años para que los habitantes de un país empiecen a desalienarse de la religión organizada. Empero, los estudios no son concluyentes en el resto del mundo. Por otro lado, los chinos están recluyendo en centros de reeducación a los musulmanes uigures para que dejen el islamismo y su cultura.Y la India hostiga y expele a los musulmanes que puede de su territorio.
Sin embargo, el dinero está para quedarse. La crisis económica del 2009 demostró palmariamente que la concentración de la riqueza es de tal magnitud, que el 1% de la población posee la mayoría de esta. La alienación del dinero produjo que la riqueza genere más riqueza para sus poseedores.
Respecto al antifujimorismo solo cabe esperar y ver.