El Perú lleva creciendo los últimos 30 años de una manera sostenida. Los datos del INEI y diversas organizaciones económicas internacionales así lo señalan. La pobreza se ha reducido, el poder adquisitivo de las personas es mayor a comparación de la etapa previa a la Constitución de 1993 y el número de millonarios en el Perú y empresarios de todo nivel ha aumentado. Asimismo, la moneda del sol peruano está continuamente entre las más estables de la región gracias al buen manejo de la política monetaria por parte del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Sin embargo, muchos intelectuales o pensadores de izquierda se ciegan ante la realidad con tal de sostener una narrativa cuyo fin es el de cambiarlo todo, así el futuro sea peor que el de hoy. Este es el caso de Nicolás Lynch. La semana pasada mencionamos sus argumentaciones históricas y sociológicas para justificar un proceso constituyente. En la presente columna mencionaremos sus críticas al modelo económico y las falacias en las que cae.
El sociólogo Nicolás Lynch explica en uno de los artículos que conforman su libro “La razón política” que el modelo económico actual del país está agotado. El modelo neoliberal, como lo denomina él, ya no daría para más pues está basado en una economía primario-exportadora. Asimismo, se sostiene en la corrupción y el clientelismo. Este modelo, además, habría logrado “capturar” a todos los presidentes que han gobernado el país en los últimos 20 años. Por otra parte, el autor cuestiona por ejemplo que en la Constitución de 1993 se garantice el derecho absoluto a la propiedad privada. En un capítulo más adelante cuestiona también la autonomía del BCRP y plantea que debería haber una elección democrática para escoger a los directivos de dicha institución. Estas críticas apuntan a afirmar que en el Perú hay más pobreza y menos bienestar con el paso de los años.
De este modo el autor culmina mencionando que es menester llevar a cabo un proceso constituyente en el Perú, dado que el fin debe ser cambiar la hegemonía “neoliberal” por una “democratización social”. Es decir, la salida a la supuesta crisis del modelo es una asamblea constituyente y cambiar la constitución actual y en concreto, el capítulo económico.
Lynch a lo largo de su texto deja ver el poco conocimiento que maneja en términos económicos. Su análisis está basado meramente en su ideología individual, más no en los datos que son los principales indicadores para saber si una economía está beneficiando o no a un país.
El economista Iván Alonso recoge, en un artículo publicado para El Cato Institut, las principales estadísticas de crecimiento económico que ha vivido el Perú en los últimos 30 años. En este período de tiempo se ha logrado crecer un promedio de 4.3% anualmente de forma sostenida. Ello generó que se duplique el PBI por habitante. Por otra parte, una consecuencia de ello es la reducción de la pobreza en todas las regiones del país. En el lapso del año 2009-2019, la pobreza se contrajo de 21% a 14% en la costa, de 49% a 29% en la sierra y de 47% a 26% en la selva. El Banco Mundial a su vez presentó el dato de que en el año 2001 el 20,3% de los peruanos vivían con menos de 2,15 dólares diarios, hacia el año 2022 la cifra se redujo al 5,8%. Es decir, ha habido una caída en todos los indicadores de pobreza en el país, datos que tienen respaldo a su vez de organizaciones internacionales como el Banco Mundial o Bloomberg.
Sin embargo, esta estabilidad económica no habría sido posible sin la autonomía que se le dio al Banco Central de Reserva del Perú con la Constitución de 1993. Contrariamente a lo afirmado por Lynch, lo que se debe mantener es una política monetaria responsable con el fin de que ningún gobierno pueda manipular ni aprovecharse del BCRP, generando resultados inflacionarios nefastos como los que se dieron con la constitución de 1979 en donde el BCR no era autónomo. Julio Velarde ha mantenido durante todos los años que ha sido presidente un manejo muy eficiente de nuestra política monetaria y a nivel regional el sol es actualmente una moneda estable. En comparación, países como Argentina, Venezuela o Bolivia tienen niveles de inflación muchísimo más altos que los del Perú. En tiempos prepandemia los niveles de inflación del sol peruano han oscilado entre 1% y 2%, cifras récord a nivel regional. Por su buena gestión, Julio Velarde ha sido galardonado en julio del 2022 como el Banquero Central de las Américas por la revista internacional The Banker, del grupo editorial Financial Times.
Así, es un argumento falaz que el modelo no haya generado mayor desarrollo económico en el país. La pobreza ha disminuido, la moneda es estable y, por tanto, el poder adquisitivo de la población es mayor. Ha aumentado el bienestar. Estos niveles de crecimiento no habían sido vistos en tiempos pasados, por lo que hay que ver los datos y pensar dos veces antes de afirmar que el Perú no ha crecido ni ha progresado.