OpiniónJueves, 12 de enero de 2023
No podemos rendirnos, por Alfredo Ghersi

Después de más de un mes de gobierno de Dina Boluarte, el sur del Perú continúa ardiendo. A pesar de que hubo unas semanas de tranquilidad por fiestas, las primeras semanas de enero se reanudó la violencia en el sur del país, esta vez especialmente en Puno, donde se ha podido ver la perdida de vida de 17 ciudadanos, 75 policías heridos y un policía que fue quemado vivo en su vehículo.

El contexto específico de cada una de estas muertes tiene que ser materia de rigurosas investigaciones, bajo el marco de nuestro ordenamiento jurídico. Al momento lo más sensato sería pensar que algunas de estas muertes fueron a causa de un uso desmedido de la fuerza, lo que es ilegal, y debe ser debidamente juzgado por los tribunales.

Sin embargo, lo que no podemos permitir como sociedad es el descarado aprovechamiento político por parte de la izquierda, que no es solo evidente, sino francamente repugnante.

Primero los dirigentes de izquierda, muchos de los cuales participaron activamente de la agenda golpista y corrupta de Pedro Castillo, azuzan a la población y también reclutan criminales de las filas del contrabando y narcotráfico, para así tomar violentamente infraestructura esencial, como aeropuertos y carreteras, al igual que la realización de otros actos vandálicos como el saqueo de Supermercados y la quema de Comisarías, edificios del Poder Judicial, Ministerio Público, la Sunat, Bancos, la casa de congresistas, entre otros.

Lo que buscan es desestabilizar el correcto funcionamiento del Estado y la sociedad, para así sitiar y desconectar ciertas ciudades estratégicas del sur peruano, como Juliaca, del resto del país, tomando como rehenes a toda la región sin importar si están de acuerdo con su agenda.

Estos dirigentes saben perfectamente que la violencia que promueven tendrá una respuesta fatal por parte de las fuerzas del orden. Mientras ellos vociferan desde sus radios regionales, y organizan a sus tropas desde la seguridad de la retaguardia, su propia gente termina perdiendo la vida. Esto, sin duda, es parte de su estrategia, generan violencia, la gente muere, y después usan la tragedia como un porta estandarte para intentar imponer un pliego de reclamos que es inaceptable e incompatible con la democracia, incluyendo la liberación de Castillo, la vacancia de Dina Boluarte, la instalación de una Constituyente, y la disolución del Poder Legislativo.

Lo más preocupante de todo es que ha surgido un discurso separatista, que es orquestado por el dictador Evo Morales desde Bolivia, para buscar que todo el sur peruano se independice, y quizás se termine integrando a nuestro vecino altiplánico, otorgándoles su tan ansiada salida al mar, lo que incluye la capacitación organizativa de este tipo de operaciones que el MAS ha venido replicando hace años con su fuerza de ponchos rojos. Por ejemplo, estos días hemos podido ver como arrestaron de manera arbitraria al gobernador de Santa Cruz para silenciar a la oposición de este país.

Además, un gran porcentaje de la llamada izquierda moderada, está jugando en pared con esta agenda al querer tildar al gobierno de Dina como de derecha e incluso llegando al absurdo nivel de querer santificar la violencia, toda una vez más para querer impulsar su propia agenda a puertas de los próximos comicios electorales. Ven estas circunstancias como una forma de poder sacarle el mal sabor que le dejó la izquierda castillista al electorado nacional, para así poder legitimar de nuevo sus agendas intervencionistas anticapitalistas.

Queda claro que la izquierda ha encontrado una formula muy efectiva, para desestabilizar gobiernos y incluso derrocarlos, a través de los muertos en protestas, como lo hicieron con Merino y ahora quieren replicar con Boluarte.

Incluso se puede ver como ciertas personas del bloque democrático están empezando a dudar, queriendo ceder ante la agenda de la izquierda y sus secuaces para así encontrar una falsa paz.

Si no somos capaces de pelear por la integridad de nuestro país y el cumplimiento irrestricto del Estado de Derecho, nunca vamos a poder vivir en paz, dado que la izquierda continuará robando, manipulando, y vulnerando nuestras libertades personales.

Las muertes injustificadas pueden generar indignación, pero más rabia genera ceder ante la agenda de los mismos personajes que han orquestado estos actos de violencia para intentar ganar su propio juego político.

Hoy día es más importante que nunca que los peruanos de bien que integran el bloque democrático denunciemos el descaro de la estrategia de la izquierda y que no nos rindamos en el momento crucial que tenemos que ser fuertes para salvar a nuestro país.

Vía WhatsApp dele click a este link: https://bit.ly/3QxZGr1

También puede ingresar a nuestra cuenta de Telegram: https://t.me/elreporteperu