PortadaJueves, 12 de enero de 2023
Paramilitares de Evo en Perú

La confidencia del golpista Pedro Castillo sobre cederle parte de nuestro mar a Evo Morales no fue una casualidad. El ex presidente de Bolivia sí tiene una fijación sobre el Perú. Esto ha quedado evidenciado con el descubrimiento de los ‘Ponchos Rojos’, su milicia aymara y escolta radical, introduciendo munición a Puno y Juliaca, algunas de las localidades donde se viene desarrollando una escalada de violencia —hasta el momento, se contabilizaron 18 muertes, incluido un policía calcinado— y los principales puntos que visitó el político izquierdista boliviano para extender mensajes insurrectos y hasta secesionistas —como botón de esto último: la petición, aún de baja intensidad, de crearse una República del Sur—. De esta forma se desdibuja la versión de la izquierda local respecto a la espontaneidad de las protestas. Hay una brújula: el líder del país vecino del Movimiento al Socialismo (MAS). Migraciones ya impidió su reingreso a nuestro territorio, pero al parecer fue demasiado tarde.

“Gente del MAS, llamados los ‘Ponchos Rojos’, han sido descubiertos pasando la frontera con munición debajo de su ropa, munición tipo dum dum que ha sido empleada en las asonadas de violencia que ha habido en Puno y Juliaca”, reveló el congresista de Renovación Popular, Jorge Montoya, quien denunció penalmente el pasado 5 de enero al expresidente de Bolivia, Evo Morales; al secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, y al ex gobernador regional de Puno, Germán Alejo. A los tres por los presuntos delitos contra la seguridad nacional y traición a la patria.

Quien también dio detalles sobre el ingreso de la milicia aymara boliviana en el Perú fue el diputado de ese país, Erwin Bazán Gutiérrez.

“Se ha encontrado a los ponchos rojos transportando balas. Esas balas son para armar a los partidarios de Pedro Castillo en Perú. Son para armar revueltas violentas. Son para disparar contra ciudadanos en Perú. Son para matar ciudadanos peruanos. Son para llenar de luto y dolor a las familias peruanas. Los ponchos rojos, los mismos que están cercando el penal de Chonchocoro (ubicado en La Paz, Bolivia) con una zanja criminal (...) son parte de un plan para eliminar, para acabar, con la vida del gobernador de Santa Cruz (Luis Fernando Camacho)”, contó el opositor del actual gobierno del presidente boliviano Luis Arce.

Bazán continuó detallando esta incursión de aires paramilitares en nuestro país. “Estos mismos ponchos rojos que hoy se los descubre mandando bala a Perú. Muchas cosas podríamos decir como que el tema de la intromisión, pero claro qué podemos esperar si Evo Morales y el señor Pedro Castillo son operadores del socialismo del siglo XXI. Por tanto, los ponchos rojos, porque seguramente siguen órdenes del MAS y de Evo Morales, ya no son más ponchos rojos en Bolivia. Son paramilitares. No otra cosa se puede decir de aquellos que están transportando balas al país de Perú. Bueno a las ciudades limítrofes con Bolivia. Ya no son ponchos rojos, hoy son paramilitares masistas. Qué flaco favor les hacen a los pueblos del occidente del país que entiendo no se deben sentir representados por estos ponchos paramilitares y funcionales al Movimiento al Socialismo”, agregó.

Asimismo, precisó cuánta munición se intentó meter clandestinamente a nuestro territorio. “126 mil balas estaban transportando al país vecino de Perú para generar muerte, luto, dolor y violencia en Perú; para generar desestabilización y separatismo porque eso es lo que están buscando los grupos”, finalizó.

El aludido Evo Morales se pronunció vía Twitter: “La oligarquía peruana miente para tratar de justificar la masacre de nuestros hermanos. Pretende estigmatizar la Wiphala, pero ignora que es un símbolo milenario de unidad, dignidad y libertad. En vez de inventar supuestas "invasiones", paren los asesinatos y las represiones”. Su versión, sin embargo, se desdice con las pruebas, con sus discursos y con su férreo respaldo a Pedro Castillo, el promotor del fallido golpe de Estado del pasado 7 de diciembre.

Si el Congreso, las fuerzas del orden y las autoridades judiciales no hubieran reaccionado a tiempo, hoy el profesor chotano hubiera materializado todos sus antojos primigenios: una dictadura, la asamblea constituyente, desarmar las instituciones públicas y por qué no darle mar y tierra a Evo Morales. El destape de los ponchos rojos debe ser un llamado de atención para los defensores del Estado de Derecho y otro insumo para la vergüenza que debe estar experimentando la izquierda local.

Al gobierno de Dina Boluarte se le está acabando el tiempo. Se debe poner Estado de Sitio en Puno en el acto.

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