La violenta espiral en la que el país se precipitó viene siendo canalizada por frentes que tratan de materializar dos peligrosas convicciones: restituir a Pedro Castillo en la presidencia y establecer una asamblea constituyente. La primera petición, respectivamente, es representada por el radical cuadro perulibrense, tanto sus congresistas como sus ex y actuales militantes. En el segundo están los aliados: la izquierda progresista. En este marco volvió a aflorar un personaje intermitente, Verónika Mendoza, quien después de su estridente silencio sobre el régimen chotano ahora aprovecha el convulso contexto para distribuirse por el interior del país con su profético mensaje de que el cambio de la Carta Magna revertirá milagrosamente la desigualdad y eliminará la pobreza. Incluso viene implantando y engrosando el supuesto guion genocida del gobierno de Dina Boluarte para azuzar a la ciudadanía. Esto sin sopesar las mortales consecuencias —las mismas que ya se están dando— solo por izar su experimental antídoto calcado de las torcidas naciones de Venezuela y Bolivia.
Después de sus aventuras digitales en su cuenta de Twitter, donde se manifestaba con medias tintas, ahora fue vista en la ciudad de Ayabaca, en Piura, región donde este último domingo 22 de noviembre una turba de manifestantes expulsó lanzándole piedras a la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, pese a que estaba informando sobre el proyecto de agua y alcantarillado que estaba en agenda para 96 asentamientos humanos. Ese mismo día, la ex candidata presidencial estuvo en la llamada “Asamblea Popular Constituyente: Piura resiste”.
“Y la derecha y la ultraderecha también están craneando su estrategia. No vaya a ser que en su momento digan: "ya no nos sirve Dina Boluarte, que se vaya". Y (así) nos quieran dejar al señor Williams o a otro igual o peor que él en el Congreso”, dice Mendoza. Inmediatamente agrega: “Por eso nosotros, el pueblo, atento, ya se está adelantando y está diciendo: "renuncie Dina Boluarte, largo Dina Boluarte, largo Mesa Directiva del Congreso”. Y que se nombre un gobierno de transición que, en el más breve plazo, este año, convoque a elecciones generales adelantadas”.
Asimismo, hizo un paneo sobre el panorama político peruano de los últimos años a fin de lanzar una vez más su apuesta del cambio de Constitución. “Como ya se ha dicho aquí también, cambio de autoridades, hermanos, hermanas, en los últimos años hemos tenido hasta el cansancio ¿sí o no? ¿cuántos presidentes en seis años? Seis presidentes en seis años. Elecciones a cada rato. Cambio de Congreso también. Tres Congresos en seis años. ¿Y nos ha servido de algo cambiar de autoridades? ¿nos ha servido de algo cambiar de figuritas? ¿No, no es cierto? Por eso el pueblo sabiamente dice: "no queremos solo cambio de figuritas, queremos nuevas reglas de juego, una nueva Constitución". ¿Y cómo queremos que eso ocurra? Que las elecciones generales adelantadas de este año al mismo tiempo se consulte al pueblo peruano en un referéndum si queremos o no una nueva Constitución. Que el pueblo soberano decida. Que haya una ánfora para que pongamos nuestro voto, presidente, presidenta, Congreso, y una ánfora donde digamos si queremos o no una nueva Constitución. ¿Y el pueblo quiere una nueva Constitución sí o no? Votaremos entonces por una nueva Constitución”, apunta.
Volviendo al terreno donde sintoniza más con sus feligreses, el Twitter, recordó la mañana de este martes 24 de enero que por la tarde (3PM) de este mismo día la marcha se reiniciará. “Cada vez más organizaciones, ciudadanos y ciudadanas se suman al torrente de dignidad y solidaridad que se está volcando a las calles. Frente a la prepotencia, el abuso y la muerte, marchamos afirmando la vida, la solidaridad y la paz. #24E”, se lee.
El país está en un bucle. Cuando se esperaba que la transición fuera un analgésico, solo terminó siendo el botón del caos para la izquierda. Ahora, con el lamentable número de muertes, que ya supera los 50, solo vienen intensificando su papel incendiario y viendo la manera de jalar agua para su molino a como dé lugar, ¿Realmente le convendrá a la señora Mendoza el adelanto de elecciones?