Dominación por el terror. (2) Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. (3) Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
Comisarías atacadas. Negocios destruidos. Patrimonio cultural incendiado. Aeropuertos tomados. Gente trabajadora amenazada. Bomberos apedreados e impedidos de ayudar a sus compatriotas. Animales muertos como forma de amedrentar. Vejaciones a las fuerzas del orden, ¿No encuadra esto en la definición anterior?
¿Vamos a dejar que unos miles decidan el futuro y estabilidad de 33 millones de peruanos? ¿Vamos a dejar que regrese el terrorismo que tanto nos costó erradicar en los noventa y que por políticos tibios viene resurgiendo en las últimas dos décadas.
Por más que un sector que se acomoda y cambia de aires, velas y banderas como sopla el viento (hablo de los Sifuentes, Cisneros, Palacios y fauna similar) y otros que opinan desde el extranjero con narrativas totalmente vacías y populistas con aporte cero (hablo de los Gurmendis) traten de maquillar lo que pasa en Perú y vendan que las fuerzas del orden son culpables de -precisamente-mantener el orden, los que tenemos algo de memoria de lo ocurrido en los ochentas, sabemos que esto no es un tema menor ni minimizable.
El “por favor no terruqueen” y “la represión está siendo desproporcionada” constituyen falacias y no se condicen con la realidad. Lo que vive el Perú ya dejó de ser una protesta (que incluso nunca fue pacífica ni legítima) y puede ser definido como terrorismo y vandalismo con el único propósito de seguir desestabilizando el país políticamente y ubicar en el poder a quiénes perdieron en las urnas. No hay que tener miedo a hablar ni se debe ceder ante la cultura de lo políticamente correcto y la cancelación. No hay espacio para opiniones esotéricas.
Hay que ser bastante bobo para no creer que esto tiene una agenda, ¿El pueblo pacífico en forma espontánea ha organizado tres tomas de aeropuertos en forma casi simultánea? ¿El pueblo pacíficamente se ha organizado con dinamita para generar destrozos? ¿Coincidentemente los protestantes decidieron bloquear vías principales en forma organizada? La ridícula expectativa de que el Estado debe saber diferenciar protestantes reales de terroristas es tan baladí que no la deben creer ni quiénes la exponen (salvo que vivas en Londres o Madrid). Eso, acá, ahorita, no funciona, y quién esgrima lo contrario es un teórico de carpeta.
Hablaba con un amigo la semana pasada, reformado del Partido Morado (felizmente), y me dejó una frase bastante certera: “El Estado no puede salir a las calles a empatar”. Pues sí, las fuerzas del orden no pueden salir a especular frente a grupos terroristas y que atentan contra todos los peruanos. Es como que entre un grupo de ladrones a tu casa, y les tengas que preguntar antes de defenderte: (i) qué armas tienen; y, (ii) cuántos son (para llamar un número razonable de personas y no “reprimirlos con excesivo uso de la fuerza”). El Perú es la casa de todos. Cuando mil desadaptados toman un aeropuerto, no toman el aeropuerto de Dina o del Congreso, toman el aeropuerto de 33 millones de peruanos y atentan contra los derechos de todos nosotros. Ningún peruano vale más que otro, y menos con una imposición de fuerza y terror.
He escuchado más quejas sobre la toma de San Marcos (en la que no hubo herido alguno) que sobre el hecho que torturaron y calcinaron a un policía en Juliaca, o que atacaron un camión de bomberos que iba por la Vía Expresa a auxiliar a otros peruanos y a defender los bienes de todos nosotros, ¿Eso no es terrorismo?, ¿Vamos a esperar unos coches bomba como en Tarata para despertar? La PNP y las FFAA deben y tienen que cortar este tipo de actos de raíz con el uso de la fuerza que sea necesario. Por más que las Sigrids, Veros, Cisneros, Gurmendis y prensa de izquierda con depas ocean-view en Miami traten de convencernos de lo contrario, el Estado no puede salir a empatar.