La llegada de las redes sociales con el nuevo milenio no solo potenció la sintonía de los políticos con sus seguidores. También marcó la exposición de inverosímiles radicalismos como el de elogiar a organizaciones terroristas. En el caso de Perú: Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Estas alabanzas, en las que se resaltan mensajes divisionistas y genocidas, acompañado con instrumentales de falso heroísmo, está penado en nuestro país, razón por la que este último miércoles 18 de enero nuestras autoridades judiciales materializaron un hecho sin precedentes. Un usuario que responde al nombre de Rodrigo Benjamín Benites Silva fue condenado a 8 años de prisión por haber usado Facebook para enaltecer al extinto cabecilla de SL, Abimael Guzmán. Este caso, sin embargo, no es el único. Tik Tok, por ejemplo, se convirtió en un lugar de culto para la subversión, lo cual representa un peligroso adoctrinamiento en estos tiempos violentos.
Perú actualmente experimenta una encrucijada político-social que se viene traduciendo en el levantamiento de un grueso de manifestantes, entre estos varios violentistas. Como anillo al dedo, esta convulsión viene siendo exacerbada no solo por políticos de corte izquierdista como Guillermo Bermejo y Sigrid Bazán. También viene siendo instrumentalizado tanto por remanentes de viejos grupos subversivos como seguidores de estos. Esta vez no solo lo hacen en puntos estratégicos como la Plaza San Martín. Ahora las redes sociales se convirtieron en esas narcotizantes plataformas de desinformación que enarbolan a criminales de este calibre como figuras encomiables.
En un video en Tik Tok, donde aparecen elementos del MRTA y que tiene más de mil 'me gusta', se lee: "Dina Boluarte, renuncia por las buenas. Gobierno con su maldita frase diálogo. Hace tiempo solo quieren vender este país a las empresas americanas". Y también: "Lucharon contra las dictaduras de Fujimori. Viva el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru". Y como resultado: una galería de usuarios dando venias a este discurso amenazante. "No se puede privar al pueblo de lo que es legítimo" o "Ahora entendemos todo". Asimismo, se compartió una grabación de la emerretista Lori Berenson, quien posteriormente fue sentenciada a 20 años de prisión y que tras ser liberada -de forma condicional- ahora es activista de izquierda en Estados Unidos. En el contenido despotrica contra el Estado peruano. "Tenía mucha razón. Una pregunta: ¿dónde está? Esta mujer merece ser presidenta", responde una usuaria.
De igual forma, hay ditirambos hacia los senderistas, que provocaron miles de muertes en el país. Por encima de un video de Abimael Guzmán, cuando había tomado la palabra antes de ratificar su cadena perpetua, el usuario escribe: "Ahora recién voy entendiendo que ellos lucharon por sus ideales y derechos justos, como los pueblos que luchan hoy en día en las calles". Y como sello califica al terrorista como un "luchador social".
De ser identificados los artífices de esta apología al terrorismo, seguirían la misma suerte de Rodrigo Benites Silva, quien se convirtió en el primer condenado a prisión por este delito en redes sociales el pasado 18 de enero. Después que detectaran que venía exaltando y justificando la figura de Guzmán, el Ministerio Público y la Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Terrorismo lograron probar el crimen. Por este motivo, el Cuarto Juzgado Penal Colegiado Nacional de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada ordenó que lo encerraran en un penal por un plazo de 8 años.
Esto se produjo en correspondencia al artículo 316-A del Código Penal, que se incorporó con la Ley N° 30610 publicada el 19 de julio del 2017.
En su último párrafo dice: "Si la exaltación, justificación o enaltecimiento se propaga mediante objetos, libros, escritos, imágenes visuales o audios, o se realiza a través de imprenta, radiodifusión u otros medios de comunicación social o mediante el uso de tecnologías de la información o de la comunicación, del delito de terrorismo o de la persona que haya sido condenada por sentencia firme como autor o partícipe de actos de terrorismo, la pena será no menor de ocho años ni mayor de quince años e inhabilitación”.
El monitoreo debe ser por todos los frentes. Una mínima vulnerabilidad y los círculos subversivos pueden aprovechar para restaurar el terror.