La pertinaz actitud de la izquierda radical de llevar al país hacia una nueva constitución ha tenido eco en el espectro de toda la izquierda que hoy se ha convertido en su caja de resonancia. Quienes estuvieron quietos, mansos y aun mordisqueados por las hienas senderistas que les arrancaba de sus entrañas al Sutep por medio del Fenate, hoy se han convertido en sus operadores funcionales. El alarmante, el extraño síndrome de Estocolmo del que sufren súbitamente los “moderados” ante los deseos de los herederos de Abimael Guzmán y Víctor Polay es preocupante, ¿Creen que así conseguirán tener el respeto de pueblo? Lo dudo.
Una asamblea constituyente es el “referente”, el punto de ignición, el vórtice, el centro de todo en esta etapa de furia dirigida y encaramada en las masas dolientes y engañadas. En nombre de ella (la nueva constitución) con todas las mentiras sobre su contenido o validez, personajes siniestros como Aníbal Torres, Betsy Chávez, Guillermo Bermejo, Alvitez y otros desadaptados políticos, azuzaron a la población para que enfrenten a las fuerzas del orden que lo único que hacen es defender el estado de derecho y la seguridad de todos los peruanos. Sin embargo, estos personajes, en especial Torres, tuvo el desparpajo de decir ayer en el Congreso, que él “advirtió” lo que iba a suceder, lanzando una nueva amenaza: Habrá una guerra civil. El nivel de desequilibrio espiritual, moral y sicológico es realmente impresionante.
Pero voces sensatas como la de juristas de prestigio han empezado una verdadera campaña informativa (aún insuficiente), respecto de las bondades de la actual Constitución. La ex ministra de justicia Marisol Perez Tello, en una entrevista realizada por Jaime Chincha con la participación del ex presidente del Tribunal Constitucional Oscar Urviola, dijo las siguientes frases: “a esta Constitución la voy a defender por ser la mejor de américa, y lo digo con toda claridad”; “En el Perú, los derechos reconocidos en el articulo 2, son 20 incisos de todo lo que puedes imaginar; el contenido de esos derechos, vida, libertad, integridad, y los que no están acá, están considerados con otros en la medida que sean compatibles con la dignidad humana”. La réplica del periodista fue patética: “yo sé que están enamorados de la constitución del ´93”. En fin, para la historia e histeria de Chincha.
Otra muestra de mala intención es inducir a ciudadanos con legítimas demandas, repetir incoherencias respecto de una nueva carta magna, debido a que no tienen cómo explicar lo que plantean. En síntesis, saben para qué marchan, pero no el porqué.
El deseo irrefrenable de los radicales de tomar el poder los hace caminar sigilosamente y con mucha paciencia entre la verdad y la mentira aprovechando la ignorancia generalizada sobre el tema constitucional. Por eso es necesario iniciar una contraofensiva comunicacional por todos los medios posibles, llevando las verdades, exponiéndolas y desenmascarando a quienes no revelas sus planes de miseria para el país.
Es hora de levantarte peruano, de hacer docencia, de estudiar más el fenómeno, de aprender de la Constitución, de levantar la cabeza y mirar otros ejemplos de cómo se destruye un país. Es hora de la unidad de la acción y del pensamiento, es hora de la revolución moral para combatir a quienes quieren arrebatarnos el futuro de nuestras generaciones venideras. Estemos preparados. Hay que cerrarles el paso con paz, sí, pero con energía. ¡Sí se puede!