La renovación de los parques vehiculares es fundamental porque permite un mejor funcionamiento del parque automotor y genera efectos positivos al ambiente pues los vehículos nuevos incorporan tecnologías que permiten lograr menores emisiones de carbono y son sistemas de carburación menos contaminantes. En muchos países, los gobiernos vienen adoptando algunas medidas para promover incentivos que generen que la población renueve sus vehículos y en la medida de lo posible que opten por autos con sistema híbrido o totalmente eléctricos. Desde países como México hasta España, se puede ver este tipo de políticas públicas, sin embargo, en el Perú la realidad es sumamente distinta.
De acuerdo con cifras señaladas en el diario gestión el año 2019 por el ex presidente de la Asociación Automotriz del Perú, Edwin Derteano, la renovación del parque automotor es solo del 6% cuando debería ser mínimo del 10%. En cierta medida este problema surge a raíz de los desincentivos que el gobierno crea para que los consumidores decidan optar por comprar un auto nuevo antes que un vehículo de segunda mano. De hecho, hay otros países en donde por el contrario hay políticas que tienen como fin incentivar la adquisición de vehículos nuevos.
En el contexto mexicano, por ejemplo, hay un programa de renovación vehicular. Este surgió a raíz de la crisis generada por la pandemia y el pedido de ayuda de la industria automotriz que se vio golpeada ante la crisis económica. ¿En qué consiste este programa? El gobierno otorga una subvención económica a los compradores de vehículos nuevos a contra entrega de un vehículo usado. Es decir, es un incentivo directo para renovar el parque automotor y a la vez reactivar la economía.
Otro ejemplo a nivel internacional es el “Plan Moves III” el cual se lleva a cabo en España. Este es un poco más complejo pues el fin es subvencionar esencialmente vehículos eléctricos. A través de este plan se otorga un descuento de hasta 7000 euros para la compra de vehículos eléctricos en España. El Plan Moves inició en febrero de 2019 con un presupuesto de 35 millones de euros y un total de 5.686 solicitudes a fines de dicho año. El plan ha sido tan exitoso que para el año 2022 el presupuesto fue de 400 millones de euros, inclusive el presidente de España, Pedro Sánchez, se comprometió a duplicar dicho monto con miras al año 2023.
Lo cierto es que mientras en el mundo se vienen llevando a cabo este tipo de políticas que incentivan la modernización vial y le facilitan la vida al consumidor, en el Perú aún nos quedamos en el siglo XX. Para adquirir un auto nuevo en el Perú no solo no hay ninguna subvención o incentivo que favorezca la adquisición de estos, sino que los desincentivos del Estado y las barreras burocráticas son gigantes. Aparte de pagar el I.G.V a la hora de comprar el auto, también se debe pagar un “impuesto vehicular”. Este puede variar, pero nunca es menos de 1.5% de una UIT, es decir además va aumentando anualmente, conforme aumenta el valor de la UIT. Por ejemplo, si una persona adquiere un vehículo por 20 mil dólares tendrá que pagar un poco más de 800 soles anuales por 3 años consecutivos. Y vale recalcar que este impuesto solo grava a los autos nuevos. Aparte de ello se debe pagar el impuesto selectivo al consumo a la hora de comprar un nuevo vehículo el cual es del 10%, sin embargo, lo curioso es que este impuesto no aplica para autos usados. Es el mundo al revés. El único fin es grabar a quienes buscan modernizar el parque automotor.
Estas legislaciones definitivamente deben ser eliminadas y reformadas con el fin de incentivar una renovación urgente de nuestro parque automotor. Miremos ejemplos de países que lo han logrado, modernización vehicular y menos emisiones de carbono se traducen en mejor calidad de vida.