OpiniónViernes, 3 de marzo de 2023
Milena Warthon: ¿Game Changer?, por Alfonso Baella

La industria de la música en el Perú, aún emergente y abandonada en muchos aspectos por el Estado y la sociedad, sufre en la actualidad un preocupante desinterés por nuestra cultura andina. Con el pasar de los años, la música de los Andes peruanos parece ya no encajar dentro de la sociedad. Puede que esto se deba, en parte, a la falta de evolución de la misma. Los avances de la globalización en los últimos diez años han traído consigo la necesidad de modernizar los elementos que forman nuestra identidad cultural. Sin embargo, en el caso de la música andina, este problema no se ha resuelto. La falta de interés pone en peligro de extinción al género y le resta a la industria nacional la ventaja comparativa más importante dentro del mercado internacional.

La reinvención de lo tradicional, en busca de un producto moderno, no es algo nuevo en la industria de la música. A lo largo de los últimos treinta años, hemos visto cómo en distintos países se vienen trabajando estilos propios de cada cultura para implementarlos dentro de los géneros en tendencia y así no dejar que se pierdan en el tiempo, como es el caso del vallenato colombiano o las rancheras mexicanas. Un caso de éxito reciente ha sido Rosalía, cantante española de treinta años que logró fusionar el Flamenco con el Trap en su disco EL MAL QUERER (2018), convirtiéndose en un ícono de la música urbana moderna, revalorizando su cultura e incorporándola en los playlists de jóvenes Centennials y Millennials.

En el Perú la situación es complicada. Las canciones de Daniel Alomía Robles, Raúl García Zárate, Luis Abanto Morales o Jaime Guardia cada día son escuchadas por menos personas. Las bandas que intentaron seguir los pasos de Los Morochucos o Los Chamas ya no logran captar la atención de su público objetivo, mucho menos de las masas juveniles. Quizás lo único que ha prevalecido de nuestra milenaria cultura musical ha sido la música criolla, reducida hoy a un disco de “Grandes Éxitos” del Zambo Cavero que se usa como Soundtrack en la previa a los partidos de la selección o como parte de la “hora loca” en los matrimonios limeños.

En medio de este panorama tan desolador aparece Milena Warthon, una chica de 22 años que finalmente entendió el problema y encontró una solución. Un proyecto musical que busca revalorizar la música andina, sus instrumentos y sus bailes, a través de una interesante fusión con la música urbana. A diferencia de Renata Flores, el proyecto de Milena Warthon tiene un perfil más atractivo para el público nacional y se muestra como propuesta innovadora para los Major Records internacionales. Su primer sencillo ‘Agua de Mar’, publicado en 2021, llamó la atención no solo de la audiencia peruana, sino también de grandes representantes de la música internacional, posicionándose como “la canción peruana más viral” en Spotify ese año.

El triunfo de Milena en Viña del Mar la semana pasada, es un logro importante para la industria peruana. Es una luz de esperanza para todos los estudiantes de música en las universidades, conservatorios e institutos. Ha quedado demostrado el éxito de la fusión entre los elementos tradicionales de nuestra cultura y los géneros modernos. Con solo nueve canciones publicadas, Milena Warthon ya es una de las artistas nuevas mejor posicionadas de América Latina, siendo acreedora de una gaviota de plata, llenando locales en distintas regiones y vendiendo su propio merchandising. La bautizada ‘Princesa del Pop Andino’ no solo ha revolucionado la música de los Andes, también ha marcado la ruta para los futuros artistas nacionales.

Si quiere suscribirse a todo nuestro contenido Vía WhatsApp dele click a este link: https://bit.ly/3E8ntsJ

También puede ingresar a nuestra cuenta de Telegram: https://t.me/elreporteperu