Lamentamos profundamente las muertes causadas por los efectos del Ciclón Yaku, pero también, con indignación, decimos que son la ineficiencia y la corrupción del Estado los principales responsables de esta situación. La Reconstrucción con Cambios anunciada con bombos y platillos en décadas pasadas se quedó solo en el rechinar de los instrumentos, pero en los hechos, nada. Hoy, este fenómeno nos amenaza con hacer su recorrido circular del norte hacia el sur del país, llegando muy posiblemente hasta Ica. Las entidades oficiales de medición del clima y del tiempo como el Senamhi, han advertido sus posibles consecuencias. Incluso, ayer, la presidente Dina Boluarte dio un mensaje a la Nación. En este anunció las medidas para intentar enfrentar esta dramática situación, como la creación de una Autoridad Nacional de Infraestructura con oficinas descentralizadas. Ojalá que no sea más de lo mismo.
No debemos tener ninguna duda que el estado de precariedad en que se encuentran los lugares de mayor riesgo para el paso mortal de los desbordes de los ríos y las aguas embalsadas, reflejan en todo sentido que quienes tuvieron la responsabilidad de prepararse para este momento, no lo hicieron. La situación se agrava más aún si tomamos en consideración que estamos tratando de salir de las consecuencias de la COVID-19 y hoy, de los conflictos sociales. Es inaudito que en las cárceles haya presidentes regionales, alcaldes y funcionarios de todo tipo, encarcelados por corrupción, en un país que hoy más que nunca necesita de una buena gestión. La traición de las autoridades para con sus pueblos ha sido flagrante.
Salvando las distancias con el fenómeno natural, podemos decir que el otro “ciclón” que vive el país, es el político. La estrategia de la izquierda radical y sus operadores funcionales los progresistas, denota una total falta de escrúpulos para poner al país bajo el manto de la violencia. Su solo propósito es cambiar el sistema democrático por el socialista. Ni los desastres naturales los van a detener en sus propósitos, al contrario, los aprovecharán para culpar al actual gobierno o justificar sus acciones violentas. No olvidemos que incluso se disponen nuevamente a chocar con la educación de nuestros hijos, llamando a iniciar paralizaciones en este mes de marzo.
Pese al desastre natural que ya arrecia en algunas zonas, es necesario tomar en consideración un dato importante, la presencia del Anticiclón del Pacífico Sur (APS), que viene de sur a norte desde Chile, y se encarga de regular el clima en ambos países, incluso en Ecuador. En la práctica el APS, desviará el rumbo de Yaku hacia las lejanas aguas del pacífico, o, en todo caso, hacia Australia, disminuyendo así su poder destructor en las costas peruanas. Qué duda cabe que también en el lado político esperamos que el “anticiclón” de las libertades salga de su letargo y acabemos de una vez por todas con la violencia que ya está colmando la paciencia de muchos. Enfrentemos juntos a las fuerzas de la naturaleza y a los proyectos totalitarios que se oponen al desarrollo del país. De ello depende el futuro de todos los peruanos. Sí se puede.