Desmoralizados por encarrilar sin éxito una asonada nacional, distintos bloques insurgentes usan sus tribunas —o, específicamente, sus regiones— para no desfallecer. Así como los movimientos rebeldes de Puno, también está el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa). Tras quedar descabezados por la captura de la senderista Rocío Leandro Melgar, conocida como Camarada Cusi, se reestructuraron armando un Comité de Lucha Transitorio, en el que pusieron como mando principal a Magno Ortega Quispe. Este personaje no es nuevo en el tablero. Estuvo en la plancha presidencial de Marco Arana en las elecciones del 2021. Asimismo, es sindicado por la Policía por ser otro nexo con Sendero Luminoso. Y por último se viene jactando, a través de los medios de su localidad, de haber promovido los ataques violentos contra el viceministro de Salud, Henry Rebaza, y el congresista de izquierda, Germán Tacuri. Sus exigencias —como el cierre del Congreso— son el testimonio de su línea ideológica y sus acciones, una muestra de que la región mencionada corre peligro de ser dominada una vez más por esas células subversivas que provocaron el terror en el Perú de los ochenta-noventa.
La antesala
Para los remanentes de Sendero Luminoso fue como un anillo al dedo el golpe de Estado de Pedro Castillo del pasado 7 de diciembre. La posterior escalada de violencia que pusieron en marcha fue dando cuenta progresivamente de la presencia de sus operadores en distintas regiones, principalmente en Ayacucho. En esta localidad se identificó la promoción de la insurgencia por parte del Fredepa. En ese entonces, la cabecilla era Rocío Leandro Melgar, conocida como Camarada Cusi y quien cargaba con un historial senderista. Desmantelada esta estructura por la Policía —fue capturada con su séquito y traídos a Lima; todo esto el 12 de enero—, el movimiento ayacuchano se reestructuró. El 14 de enero crearon al Comité de Lucha Transitorio del Fredepa. Esta vez pusieron como presidente a un viejo conocido Magno Ortega Quispe.
La misma radicalidad
La brújula de Ortega Quispe es un eco del de la camarada Cusi. Desde su asunción ha venido realizando varias manifestaciones —en la que incluyen negligentemente a niños— en Ayacucho, todas movilizadas por consignas inconstitucionales como el cierre del Congreso, la renuncia de la presidente Dina Boluarte y la liberación inmediata de Leandro Melgar y otros seis detenidos como Estefany Alanya, Alex Gómez, Alejandro Manay, Piero Files y Fernando Quinto por el presunto delito de filiación terroristas. Estos mencionados vienen cumpliendo una prisión preventiva de 18 meses.
Hasta el momento, la Policía Nacional del Perú ha venido neutralizando como han podido —ya que están desarmados por decisión del gobierno pese a tener su integridad en constante peligro—. Pero ese ha sido su techo. No pudieron evitar, por ejemplo, lo que Ortega Quispe enarbola como hazañas: el ataque violento contra el ahora exviceministro de Salud, Henry Rebaza, en un restaurante y contra el congresista —curiosamente de su misma línea ideológica: es del Bloque Magisterial— Germán Tacuri.
Los otros legisladores en la mira por este grupo son Margot Palacios y Alex Flores, ambos de Perú Libre.
En un comunicado compartido este mismo 16 de marzo señalan lo siguiente: "Aclaramos que no renunciamos a nuestra lucha, seguimos principalmente en las calles por la Asamblea Constituyente (Referéndum), renuncia de Dina Boluarte, cierre del Congreso, adelanto inmediato de elecciones generales y libertad de Pedro Castillo Terrones y de los dirigentes del Fredepa".
No es nuevo en el ruedo
El presidente del Comité de Lucha Transitorio del Fredepa, Magno Ortega, tiene un largo historial. En el 2004, ya en las filas del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, fue acusado por el delito contra la tranquilidad pública. En nombre de algunas demandas del magisterio participó en la toma del Local de la Municipalidad Provincial de Huamanga, Dirección Regional de Educación- DREA y de la Unidad de Gestión Educativa Local de Huamanga-UGEL. Esto provocó un Paro Regional de Emergencia y hubo hasta incendios en los locales de la Municipalidad Provincial de Huamanga, Gobierno Regional y Poder Judicial. Finalmente fue absuelto y festejado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
Hace poco también, en el 2021, participó en las elecciones generales con la camiseta del Frente Amplio. Estuvo en la plancha presidencial de Marco Arana como segundo vicepresidente. Sin embargo, solo alcanzaron un 0.453% en los comicios.
El peso de los años de este personaje y del Fredepa solo ha reforzado su idea de que viven asediados por un gobierno opresor. Ahora, usan medios de Ayacucho, como Estación Wari, para distribuir el falso mensaje de que estamos en una dictadura cívico-militar. El gobierno de Boluarte no debe olvidar el papel de la desinformación cuando se desató la ola de terrorismo en las últimas décadas del siglo XX. No puede caer en la irresponsabilidad de caer en la indiferencia. Aunque venida a menos, es momento de que le ponga fin a esta insurgencia.