PortadaViernes, 24 de marzo de 2023
Caso Soncco progresa

Durante la ola de violencia los insurgentes de Juliaca, Puno, protagonizaron un crudo episodio: asesinaron al suboficial de segunda PNP José Luis Soncco quemándolo vivo. Esto pasó el 9 de enero. Han pasado casi dos meses y medio y la Policía Nacional del Perú (PNP) dio un paso gigante en este caso. Este último 23 de marzo, ubicaron a dos sospechosos potenciales, Ismael Díaz Ccallata y Erusbel Apaza Uturunco, de la muerte de este agente de 29 años, oriundo de Canas (Cusco). Su deceso se produjo en la primera cuadra de la calle Bernardo Alcedo, en zonas aledañas al colegio de educación secundaria San Martín. Había ido con una patrulla, como parte de una ronda nocturna, sin imaginar que sería emboscado por casi 350 rebeldes: lo golpearon, le dispararon y lo calcinaron. Sus acompañantes, los Ronald Villasante Toque y Esteban Barrientos Chanya, quienes pudieron escapar, solo resultaron heridos.

El 9 de enero del presente año la Policía Nacional del Perú confirmó la muerte de José Luis Soncco Quispe, suboficial de segunda. Este joven suboficial realizaba su trabajo de patrullaje en las calles de Juliaca y según la versión del Ministerio del Interior vándalos secuestraron la patrulla policial que era conducida por el suboficial Ronald Villasante. Ahí se encontraba a bordo Esteban Barrientos y José Luis Soncco. Soncco fue sin duda quien se llevó la peor parte pues habría sido golpeado con palos, a la vez que recibió un disparo para finalmente ser rociado con combustible junto con la patrulla policial; causándole finalmente la muerte.

La Defensoría del Pueblo en aquel momento exigió la investigación de todos los casos de asesinatos en la ciudad de Juliaca. Finalmente sería la propia Policía Nacional del Perú la que llevaría a cabo la investigación en profundidad. Este crimen no fue de todo “bien organizado” por parte de los asesinos, sino que dejó cabos sueltos. Por ello el día de ayer la División de Homicidios de la DIRINCRI detuvo a dos hombres y una mujer y los sindicó como los presuntos asesinos del suboficial. Se trataría de Erusbel Jhonatan Apaza Uturunco, de 25 años y Franklin Díaz Ccallata, de 28 años de edad. “Las capturas “son muy importantes porque se trata de la reivindicación de la memoria de un policía asesinado”, señaló el general PNP Óscar Arriola.

Sin embargo, un punto clave de por qué sucedió este asesinato fue en buena medida por la ley vigente y reglamentaria del uso de armas de fuego por parte de la policía. De acuerdo con lo señalado también por el general Arriola y por las investigaciones, Soncco nunca llegó a utilizar su arma de fuego. Y es que el serio problema a lo largo de las protestas ha sido la constante desprotección que ha tenido la policía. En diversas ocasiones se ha podido ver cómo las fueras del orden hacían lo que podían frente a turbas de manifestantes comunistas mucho mayores en número. Asimismo, el miedo de usar las armas por las represalias mediáticas y judiciales que puedan existir es real. Las denuncias por derechos humanos que puedan realizar organismos internacionales no prescriben y la pena es larga.

Lo cierto es que mientras no se logre establecer una protección policial real y una organización efectiva que esté preparada para combatir a una minoría de subversivos, tendremos que lamentar que existan mártires que den su vida por el país.

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