Hace días escribe Augusto Townsend un artículo (1) donde intenta explicar diferencias entre los grupos que forman lo que él llama “derecha”. Sugiere usar el gráfico de Nolan, que agrupa las ideas sobre política entre progresistas, liberales, conservadoras o totalitarias (2).
Los progresistas creen que debe haber mucha libertad en asuntos personales, pero apoyan que el Gobierno controle el trabajo, los negocios y la economía en general. Los totalitarios creen que el gobierno debe poder controlar todo: nuestro trabajo, negocios, dinero, y también nuestra vida personal. Aquí están los Nacional Socialistas de Alemania (Nazi), los fascistas italianos, y los comunistas desde Marx y Lenin, hasta sus sucesores de hoy.
Los conservadores apoyan la libertad económica, pero también que el Estado restrinja comportamientos personales que ven como contrarios a sus valores y tradiciones. Los liberales buscan la máxima libertad posible en la vida personal y la económica. No quieren impuestos altos, y buscan un gobierno eficaz pero limitado en su poder, que nos proteja de la violencia, y haga respetar nuestra propiedad y el comercio libre.
Al centro están las demás combinaciones de ideas, de quienes no defienden continuamente ni la libertad económica ni la libertad personal. Esto, porque, según cada caso, eligen darle poder al gobierno para controlar nuestra economía o vida personal.
Townsend habla del cuadro, pero vuelve al esquema izquierda-derecha para colocar a conservadores y liberales en un solo grupo que llama “derechas”. Dice que ambos: “tienden a valorar la libertad sobre la igualdad”, y nos da su concepto de igualdad que, o significa igualdad de resultados para todos, o algo distinto que no explica. Conservadores y liberales tienen diferencias, pero ninguno se opone a que las personas sean libres e iguales ante la ley. Ambos se oponen a que el Estado intervenga para compensar supuestas diferencias insalvables entre ciudadanos (3). Ambos creen que la persona puede desarrollarse por sí misma.
Dice que son distintos porque los liberales ven al Estado “como un riesgo permanente a los derechos individuales en tanto ejerza de manera abusiva su monopolio legal de la fuerza”, y que los conservadores creen que “ciertos niveles de represión se justifican aun cuando afecten derechos individuales, si disuaden la perturbación del orden o logran restaurar el principio de autoridad”. Falso. Los liberales creen que el Estado debe tener poderes limitados y bien definidos, pero jamás descartan el uso de la fuerza para restaurar el orden o la autoridad, y en eso coinciden con los conservadores, que no apoyan la “represión”, sino el uso de la fuerza por el Estado para proteger derechos de ciudadanos que alguien ataca, como la vida o la propiedad.
Townsend presenta a los conservadores como totalitarios y a los liberales como grupos que no apoyarán el uso de la fuerza para restaurar el orden en el país, si es que hay un uso “abusivo” de ella. Pero ambos, conservadores y liberales, están en contra de la violencia y en contra de un Estado que excede sus funciones. Ambos respetan lo que deciden los jueces, por ejemplo, si hubo abuso al usar la fuerza. Quien apoya la violencia en manifestaciones tiene motivos para denunciar abusos del Estado al responder, aunque no existan. No son estas opiniones las que deban indicarnos cuándo hay abuso o no, cuándo hay democracia o no.
Para Townsend, los conservadores prefieren controlar las fronteras, y los liberales prefieren la libre movilidad de personas. Pero ni conservadores ni liberales se oponen a la inmigración cuando potencie la economía del país. Y ambos se oponen a la inmigración ilegal.
Dice que el mayor riesgo a la democracia está en las manifestaciones más autoritarias de “derecha conservadora”, y quizá entre los votantes liberales hoy, unos prefieren unirse a lo que llama “extremo” (es decir, los conservadores), y otros, para preservar la democracia, creen que es más “sensato” buscar “converger hacia el centro que hacia el extremo”. Como si el centro no tuviera riesgos. Se equivoca Townsend. Cuando un gobierno violenta derechos esenciales en democracia, no es conservador ni liberal, es totalitario. Y lo que asegura que cualquier gobierno no se vuelva totalitario es respetar las instituciones, no lo que diga o el nombre que use.
Townsend parece querer desanimar a los liberales de unirse a los conservadores, planteando que, si lo hacen, podría unirse a ideas totalitarias, riesgosas para la democracia. Parece la táctica del “plano inclinado”, en que alguien demoniza al rival diciendo que es “extremo” (que no es una opción válida), y luego le dice a los demás con quién es democrático unirse y con quién no. Lo sensato es decidir por quienes mejor pueden hacer realidad las ideas en que uno cree, no guiarse por la propaganda que sus rivales hagan contra ellos.
(3) https://www.youtube.com/watch?v=9wdd_8SqbO4