OpiniónMiércoles, 12 de abril de 2023
Acción Popular y el pragmatismo como bandera, por José Antonio Torres Iriarte
José Antonio Torres Iriarte
Abogado y analista político

Acción Popular nunca fue un partido de masas, ni su fundador Fernando Belaúnde tuvo interés en definir ideológica o filosóficamente la línea política de un partido que llegó por primera vez al gobierno en alianza con la Democracia Cristiana en 1963. Acción Popular se inserta en la política nacional como la expresión de las nuevas clases medias que en las décadas de los cincuenta y sesenta surgen en un contexto de incipiente industrialización, mayor urbanización y crecimiento económico luego del fin de la dictadura de Manuel Odria.

Fernando Belaúnde fue electo diputado por Lima en 1945 como integrante de la lista del Frente Democrático Nacional en momentos en los que el APRA y Haya de la Torre lograban que se ponga fin a una larga persecución política. Víctor Raúl Haya de la Torre no pudo ser candidato en 1945, participando así el aprismo en el proceso electoral bajo el nombre de Partido del Pueblo presentando candidatos congresales. En 1956 el APRA aún era un partido proscrito y en las elecciones de ese año un joven Fernando Belaúnde logra la segunda votación nacional. En las elecciones generales de 1962 postula por segunda vez Haya de la Torre obteniendo la primera votación nacional superando a Fernando Belaúnde de A.P., a Manuel Odria de la UNO, a Héctor Cornejo Chávez de la Democracia Cristiana en particular. Acción Popular no reconoció los resultados y no tuvo reparo en respaldar el golpe de Estado perpetrado el 18 de julio de 1962, precisamente el día que debían instalarse las Juntas Preparatorias tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.

Las Fuerzas Armadas no reconocían la victoria del fundador del aprismo, pero sí estaban dispuestas a aceptar la elección de diputados y senadores apristas según transcendió. Haya de la Torre el 4 de Julio de 1962 anuncia ante una Convención de su partido que el propio presidente Manuel Prado le habia transmitido la voluntad de las Fuerzas Armadas. El candidato del aprismo anuncia su decisión de deponer su candidatura con la convicción de que el aprismo no sería una vez más proscrito y declarado fuera de la ley como había sucedido a lo largo de varias décadas.

Fernando Belaúnde y Acción Popular respondieron políticamente poniendo de manifiesto acusaciones de fraude y la exigencia de un nuevo proceso electoral. Consumado el golpe militar, fueron anuladas las elecciones con el beneplácito de Acción Popular y Fernando Belaúnde. En las elecciones de 1963 fue determinante la Alianza gestada entre A.P. y la Democracia Cristiana por un lado y el apoyo explícito del Partido Comunista vinculado al Kremlin. En las elecciones Haya de la Torre y el APRA obtienen más votos que en 1962 (alrededor de treinta mil) y sus listas parlamentarias fueron las más votadas, lo que garantizó que el APRA tuviera la primera mayoría en ambas Cámaras.

No hubo fraude en 1962 y lo cierto es que quedó demostrado que los militares mantenían el llamado veto a Víctor Raúl Haya de la Torre y que el comunismo adscrito a la Tercera Internacional fue un aliado determinante de Acción Popular en los comicios realizados en junio de 1963. El gobierno de Fernando Belaúnde tendría una posición ambigua frente al movimiento guerrillero.

En 1967 ante los evidentes desequilibrios presupuestales, el gobierno decide devaluar la moneda nacional en un 50%, semanas después perdería ampliamente las elecciones complementarias realizadas en Lima y La Libertad y durante 1968 no pudo superar crisis sucesivas producidas al interior de su partido, que terminaron con la escisión y surgimiento del partido Acción Popular Socialista. Actos de corrupción tales como el "contrabando" y el escándalo derivado de la perdida de la "página once" en el contrato suscrito por la Empresa Petrolera Fiscal y la I.P.C. marcaron el escenario político previo al golpe de estado liderado por el General Juan Velasco Alvarado.

El APRA en 1968 se preparaba para los comicios generales del siguiente año, en los que era previsible que Haya de la Torre sería elegido presidente de la República. Acción Popular nunca tuvo mayor presencia en el movimiento universitario o sindical, estando siempre ausente en los debates de caracter ideológico propios de los años sesenta en los que la Revolución Cubana, los movimientos guerrileros o la llamada "Revolución Cultural" maoísta se convertían en referentes para las nuevas generaciones. El comunismo no pudo avanzar en sus objetivos políticos porque partidos como el APRA lo impidieron.

Fernando Belaúnde, depuesto en 1968, retorna al Perú en 1977. Se niega a participar en las Elecciones a la Asamblea Constituyente en 1978, siendo elegido presidente por segunda vez en 1980. Acción Popular nunca deslindó con el comunismo: ni en el plano ideológico ni políticamente. Por el contrario supo con habilidad recoger el voto antiaprista de la izquierda más radical tanto en 1963 como en 1980.

En las elecciones generales de 1980 fue evidente que Fernando Belaúnde obtiene más del 45% de los votos para presidente, mientras que sus listas parlamentarias obtienen alrededor del 40% a escala nacional. Si revisamos las cifras de esos comicios, es claro que un sector importante de la izquierda comunista optó por votar por Fernando Belaúnde para presidente y votar de manera "cruzada" por sus listas parlamentarias. El gobierno de Velasco contó con el apoyo del Partido Comunista Peruano y la CGTP durante la llamada "primera fase" y la izquierda marxista en todas sus vertientes había logrado crecer durante los años setenta.

La victoria de Fernando Belaúnde y de Acción Popular resultó funcional para los intereses de la izquierda marxista que se preparaba para imponer las acciones terroristas en todo el país. Sendero Luminoso le declaró la guerra al Perú, cuando nuestro país retornaba a la democracia y durante los primeros años del segundo gobierno de Acción Popular quedó demostrada la inacción de un gobierno liderado por un presidente complaciente y confundido frente el accionar terrorista.

Acción Popular a lo largo de su historia fue un partido carente de ideario, funcional con los militares, progolpista en 1962, pragmático en su relación con el comunismo antiaprista tanto en las elecciones generales de 1963 y 1980. Casos como "VillaCoca" y la compra dolosa de los barcos "Mantaro y Pachitea" marcaron el quinquenio 80-85. La sombría candidatura de Javier Alva Orlandini en 1985, la participación de Acción Popular como parte del FREDEMO en apoyo de la candidatura de Mario Vargas Llosa en 1990, la presencia de Hurtado Miller como Primer Ministro durante el primer gobierno de Alberto Fujimori muestran el pragmatismo de un partido sin un norte político definido. La elección de Valentín Paniagua como presidente del Congreso y la subsecuente presidencia de la República ejercida, marcó el inicio de la presencia cada vez mayor en el Estado de una izquierda "caviar" adscrita a la cooperación internacional y a un globalismo en ciernes.

El gobierno de Paniagua representó un punto de quiebre en la política y gestión pública. En las elecciones generales 2001, Acción Popular asegura la presencia de Raúl Diez Canseco como candidato a la primera vicepresidencia en la plancha presidencial de Alejandro Toledo. Fernando Belaúnde (fallecido el 2002) apoyó explícitamente esa alianza. Valentín Paniagua tuvo una escasa votación en las elecciones generales del 2006. En los comicios generales del 2011, la alianza entre Acción Popular y Perú Posible se materializó, siendo elegidos tanto Víctor Andrés García Belaúnde como Yhony Lescano como también candidatos de las listas de Perú Posible.

En los últimos años Acción Popular trató de recuperar su identidad. La deslealtad de Acción Popular hacía Manuel Merino fue evidente, la complicidad del alcalde Muñoz que virtualmente se negó a colaborar con las investigaciones relacionadas a los acontecimientos ocurridos el 14 de noviembre del 2020. El pretexto de que las cámaras de seguridad estaban malogradas forman parte de una trama política en la que fue evidente que existía la intención de minar al gobierno presidido por Merino. El liderazgo de Lescano, la existencia de los llamados "niños" al interior de la bancada de Acción Popular en el actual Congreso son la muestra más cabal de que el partido fundado por Fernando Belaúnde no tiene norte político, carece de identidad ideológica, sus militantes no están unidos por ideales, por un ideario o ideología.

Lescano que recibió palabras de agradecimiento por parte de Abimael Guzmán en su momento, según versiones de Víctor Andres García Belaúnde, ha solicitado licencia al partido. Los llamados "niños" fueron cómplices del gobierno corrupto de Pedro Castillo. Cuando Martín Vizcarra perpetró la disolución inconstitucional del Congreso el 30 de setiembre del 2019, el señor Mesías Guevara estuvo en Palacio de Gobierno. Hoy ante la acción golpista de Pedro Castillo; los señores Mesías Guevara y Lescano esbozan el concepto de que Pedro Castillo cometió un "error".

Acción Popular está lejos de ser un partido político con ideario y a lo largo del tiempo ha demostrado ser una "federación de independientes" como lo llamara alguna vez Andrés Towsend Ezcurra. Acción Popular ha estado siempre más cerca al pragmatismo y alejada de cualquier sacrificio en aras de un ideal superior. Sendero Luminoso nunca confrontó con Acción Popular ni decidió poner fin a la vida de sus militantes. Acción Popular sin mártires, lejos de las ideologías, ausente en los grandes debates ideológicos desde su fundación, ha tenido al pragmatismo como bandera.

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