Un inusual Daniel Urresti, abstemio en sonrisas como si tuviera un presagio, entró y salió del Poder Judicial. Había llegado la tarde de este último miércoles 12 de abril con la consigna de ser absuelto, otra vez, como en el 2019, por el caso Hugo Bustíos, periodista de Caretas a quien, según la tesis fiscal, había asesinado a sangre fría en Huanta (Ayacucho) en 1988: lo acribilló y lo remató con dinamita. Pero esta vez no fue igual. Tras una maratónica audiencia de casi 8 horas, el eterno aspirante a tronos importantes como el presidencial y el de la alcaldía de Lima fue condenado, la madrugada del jueves 13 de abril, a 12 años de prisión, 13 años menos de los que había pedido originalmente el Ministerio Público. Con esto se declaró fundada su coautoría en el homicidio y también en el grado de tentativa en el caso del otro hombre de prensa agraviado: Eduardo Rojas. Con esto también, 34 años después, Sharmelí Bustíos, la hija del fallecido reportero y fotógrafo, puede dejar atrás la turbulenta atmósfera de la espera.
La antesala
Daniel Urresti había sido absuelto en octubre del 2018, pero en abril del 2019 la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia decidió abrir nuevamente el caso. Esto porque el despacho que había estado a cargo del caso, el Colegiado B de la Sala Penal Nacional, no había analizado adecuadamente las pruebas que tenían en su poder como los testimonios de Amador Vidal Sambento y Edgardo Montoya Contreras.
El primero, respectivamente, había confesado el 13 de marzo del 2009 que el entonces llamado 'Capitán Arturo' estaba implicado en la muerte del periodista de Caretas. Luego, el 24 de julio, el segundo aseguró que lo había visto saliendo del cuartel el mismo día que se dio el homicidio.
A esto se sumaron pruebas documentales, correos electrónicos y hasta fotografías, razones suficientes para que se vuelva a activar el proceso.
El sustento
Tras casi cinco años de investigación, la Tercera Sala Penal Nacional Transitoria Liquidadora de la Corte Superior de Justicia Penal Especializada llegó a nuevas conclusiones.
Una de estas es que era falsa la versión de Urresti respecto a que Bustíos había sido asesinado por grupos terroristas. Comprobaron que en realidad los autores de este crimen fueron agentes militares del destacamento del Ejército de la Base Contrasubversiva de Castropampa, donde Urresti era jefe de la Sección de Inteligencia y Contrainteligencia.
La secuencia que reconstruyó la Fiscalía era la siguiente: este grupo estaba yendo para atender la muerte de la pobladora Primitiva Jorge Ayala en Huanta por parte de Sendero Luminoso; luego se toparon con Bustíos y su colega Eduardo Rojas, ambos estaban en una moto; pese a que avisaron que eran periodistas les dispararon y al elemento de Caretas lo remataron con material explosivo. Todo esto fue el 24 de noviembre de 1988.
Otro frente que expuso la sala penal fue la inverosimilitud de Urresti al señalar que no recordaba los nombres ni los sobrenombres del personal con el que trabajó en esa época. Lo consideraron como “omisión de información”.
Por estos y otros elementos de convicción, decidieron condenarlo a 12 años de prisión. Lo hallaron culpable del delito de tentativa de homicidio en agravio de Eduardo Rojas y también como como coautor del delito de asesinato, bajo la circunstancia agravada de alevosía por el caso Bustíos.
El abogado de Urresti, Alexander Leiva, indicó que la sentencia es "injusta" y además aseguró que en una segunda instancia "se va a revertir": es decir, apelarán. Su patrocinado, mientras tanto, sigue en la sede de la Dirección Nacional de Investigación Criminal de la Policía Nacional (Dirincri) a la espera de que el Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) determine en cuál cárcel será recluido.
De esta forma, el recordado premier de Ollanta Humala y aliado de la izquierdista Susana Villarán habría llegado al final de su carrera en la política. Tal vez ya no volvamos a ver un largo tiempo, hasta el 2033, sus irónicos tuits.