La inseguridad ciudadana se convirtió en una plaga asfixiante. Las fuerzas del orden son masacradas y hasta asesinadas. Los ciudadanos deben convivir con la incertidumbre de perder sus cosas y la vida. Ante esto, se vienen evaluando nuevas medidas. Serenos armados, militarización en las calles y hasta la salida de Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esto último bajo la premisa de que ponen como equivalentes tanto a la víctima como al victimario. Asimismo, también está sobre la mesa el reforzamiento del trabajo fiscal para que los delincuentes no sean redimidos en el corto plazo pese a tener pruebas contundentes de su crimen. Ahí tenemos el caso del venezolano Christopher Joseph Fuentes Gonzales, ‘Maldito Cris’, quien, aún teniendo en su poder 16 celulares robados, fue liberado. Esto fue en el 2019. Lo que pasó después con este personaje es historia conocida: se le imputa los asesinatos a sangre fría del suboficial PNP técnico 2° Jhonnathan Luis Puga Macedo y del agente de Serenazgo Luis Manrique Pizarro.
Uno de los planteamientos es que los serenos empiecen a utilizar armas no letales e incluso letales. El titular de la alcaldía de Surco Carlos Bruce es uno de los que hizo este pedido al Ejecutivo. Incluso dijo: “Disolveremos el Serenazgo si el Gobierno no nos da armas no-letales”. “Esta pelea la vamos a perder si no nos dan herramientas para que los serenos tengan por lo menos un gas pimienta. Si nuestros serenos bajan del patrullero y no tienen nada en las manos con qué poder coaccionar a las personas que tienen que atrapar, ocurren estas situaciones”, también apuntó en una entrevista para Canal N.
Asimismo, el alcalde de Miraflores, Carlos Canales, también se pronunció al respecto. “Señora presidenta de la República y señores miembros del Consejo de Ministros. El pasado 30 de marzo, se aprobó en el Congreso un dictamen que autoriza a nuestros serenos el manejo de armas no letales. Hoy, un hecho lamentable ha evidenciado el constante peligro que corren los efectivos del Serenazgo de todo el país. Esperemos que en las próximas horas promulguen esta ley, porque la delincuencia se está desbordando. Está en sus manos proteger a los serenos de las diferentes municipalidades del Perú”, indicó.
Por su parte el burgomaestre de Lima, Rafael López Aliaga, señaló que es necesario que las Fuerzas Armadas salgan a las calles pues el nivel de inseguridad en Lima ha colapsado. “En tal sentido, por lo expuesto, solicito se sirva disponer las acciones legales y operativas necesarias para que las Fuerzas Armadas se integren al patrullaje con la Policía Nacional del Perú y de los serenazgos distritales, contribuyendo en la labor preventiva, disuasiva y represiva contra la delincuencia en Lima Metropolitana”, se lee en la carta que le envió al ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta.
En el Ejecutivo parece que hay opiniones que respaldan esta iniciativa. Por ejemplo, el titular del Ministerio de Educación, Óscar Becerra, mencionó que se debe restituir la pena de muerte y a la par salir de la Corte interamericana de los Derechos Humanos. “Lo que le falta a nuestra sociedad es integridad. No hay nada que nos proteja la integridad. [Por ejemplo], Singapur tiene el mejor servicio educativo del mundo, pero también tiene la pena de muerte. También traigamos y salgamos de ese adefesio que es la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), con el perdón de los adefesios”, señaló Becerra.
En esta radiografía tampoco se puede dejar de mencionar el trabajo fiscal. No es posible que se deje en libertad a los amigos de lo ajeno y a quienes asesinan a personas inocentes. Deben tomar un rol protagónico en la lucha contra el crimen.
El dilema de la inseguridad ciudadana ha llevado a apostar por tener en las calle a serenos armados y también a los militares como otro frente para vencer a la delincuencia común y a las organizaciones criminales. Por un lado, lo ven como populismo; por otro, que es una medida necesaria. Lo único cierto hasta ahora es que este mal debe ser derrotado en el corto plazo o podríamos llegar a niveles preocupantes.