OpiniónMartes, 2 de mayo de 2023
La columna vertebral del país, por Santiago Fernández

Perú es un país con una economía en constante crecimiento y desarrollo, lo que lo convierte en un lugar atractivo para la inversión extranjera. Hemos pasado por diversos tipos de gobierno y, gracias a las sólidas bases de la Constitución de 1993, hemos podido seguir creciendo y manteniendo cierta estabilidad. Para que la economía de un país funcione correctamente, es crucial contar con una moneda estable, ya que esto permite que los agentes económicos tomen decisiones con menor incertidumbre. Sin ser defensor de los bancos centrales y con la idea que existen alternativas seguras y descentralizadas para el sistema monetario, creo que la labor que ha realizado desde que cuenta con independencia es superior al resto de la región.

En primer lugar, una moneda estable es esencial para la inversión extranjera. Los inversores internacionales buscan países que ofrezcan un ambiente económico estable y seguro para invertir su dinero. Si la moneda de un país es inestable, puede crear incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros, lo que puede disuadir a los inversores de invertir en el país. Argentina es el principal ejemplo de los problemas que conlleva emitir dinero de forma indiscriminada.

Además, una moneda estable puede mejorar la competitividad de las exportaciones de un país. Si la moneda local se devalúa constantemente, los precios de los productos exportados se vuelven más atractivos para los compradores extranjeros, lo que puede generar mayores ingresos por exportaciones. Sin embargo, la volatilidad excesiva puede dificultar la planificación a largo plazo de las empresas y los inversores, y esto puede limitar el crecimiento y el éxito a largo plazo de las exportaciones.

Una moneda inestable puede afectar negativamente la capacidad de un país para importar bienes y servicios. Si la moneda local se devalúa significativamente, los costos de importación aumentan y ello puede llevar a una inflación alta y afectar el poder adquisitivo de los consumidores. Esto puede crear una espiral descendente en la economía, ya que la inflación reduce el valor de la moneda y la moneda débil aumenta la inflación.

En Perú, la moneda se ha mantenido relativamente estable en los últimos años. Esto ha permitido que el país atraiga inversiones extranjeras significativas y fortalecer su economía. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 ha creado cierta incertidumbre en los mercados financieros, lo que ha llevado a la devaluación del Sol peruano en comparación con el dólar estadounidense. A pesar de esto, el gobierno peruano ha tomado medidas para estabilizar la economía y garantizar una moneda estable. El Banco Central de Reserva de Perú ha mantenido una política monetaria responsable y prudente, que ha ayudado a mantener una inflación controlada y sobrellevar la turbulencia política. Si es que no hemos tocado fondo es gracias a una Constitución que sentó las bases macroeconómicas del país, no perdamos lo poco que nos queda.

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