OpiniónMartes, 16 de mayo de 2023
Demasiados cocineros: En defensa de Luís Carranza, por Alvaro Díaz Bedregal
Álvaro Díaz Bedregal
Consultor en Comercio e Infraestructura

A finales de 2010, el ex Ministro de Economía y Finanzas peruano Luís Carranza hizo una presentación sobre lo que Perú necesitaba para seguir creciendo como lo hacía en esos años (1). Los diarios recogieron una frase suya: “Necesitamos un país de ingenieros, no solo de cocineros”. Se refería por supuesto a que un país que crece necesita trabajadores cada vez mejor capacitados, capaces de desarrollar muchos proyectos y soluciones.

Como en 2010 se relanzaba la comida peruana, algunos comentaristas hicieron ver la frase de Carranza como un agravio a los cocineros peruanos, y no como lo que era: un llamado a potenciar la formación de nuestros profesionales y sus capacidades, para hacer frente a lo que vendría después. La mayoría se quedó en la anécdota y no recogió lo importante: ya en 2010 era urgente prepararnos formando trabajadores muy capacitados. Pero todo siguió igual o peor.

Carranza remarcó en aquella presentación que, para ser más productivo, Perú debía tener más eficiencia del sector público. Confirmó que ya entonces faltaba infraestructura vital para seguir creciendo (carreteras, puertos, telecomunicaciones, etc.), y que debíamos acelerar.

La infraestructura es indispensable para que un país funcione y avance. Carreteras, transporte, telecomunicaciones, energía (gas, centrales hidroeléctricas), agua potable, e instalaciones para servicios públicos (comisarías, escuelas, hospitales, etc.) son esenciales para que la educación y preparación de una persona no dependa de su patrimonio, y haya las mismas oportunidades en todo el país. Sin eso no podemos trabajar ni producir todo lo que podríamos. Tampoco comerciar ni progresar. La infraestructura permite a todos ganar más por su trabajo y comercio. Y para hacerla se necesita ingenieros. A esto se refería Carranza.

Los ingenieros diseñan soluciones confiables y seguras para problemas serios (cómo evitar que las casas o cosechas se las lleve un río, cómo construir edificios que no se caigan con terremotos, etc.). Su trabajo permite anticipar y mitigar desastres naturales como los recientes, y asegurar el crecimiento.

Las encargadas de hacer obras públicas por todo el Perú son principalmente las Municipalidades de distritos y provincias, en total 1890. Cada una tiene una oficina para esos proyectos, donde necesita ingenieros de varias especialidades. También hacen obras varios de los 19 Ministerios y las 20 principales entidades públicas. Consideremos 10 de entre ellas, y sumemos los 26 Gobiernos Regionales. Tenemos al menos 1926 oficinas de obras pública que necesitan ingenieros.

A febrero de 2023 en Perú hubo activos 77,312 ingenieros civiles, 7,681 ingenieros eléctricos y 15,589 ingenieros entre sanitarios y ambientales (2). En las tres especialidades, al menos un tercio está registrado en Lima. Asumamos, muy optimistas, que: i) todos ellos son competentes y honestos, ii) hoy están dedicados y actualizados en su especialidad, y iii) solo 6 de cada 10 trabajan en empresas privadas. Tendríamos disponibles para cada oficina de obra pública a 16 ingenieros civiles, pero solo a 2 ingenieros eléctricos y a 3 ingenieros, entre sanitarios y ambientales. Si un tercio vive en Lima y no quiere trabajar en otro lugar, sencillamente no tenemos suficientes ingenieros. Tampoco los especialistas necesarios para trabajar infraestructura donde hace falta. Si además hay límites al sueldo de profesionales del sector público, y riesgo de juicios no razonables y eternos, nunca los tendremos. Tampoco las escuelas, hospitales y servicios urgentes. Y si no hay reformas, seguirá el uso político de esto por los demagogos que rentan de la pobreza y el atraso en Perú.

Aquella preocupación por los ingenieros de Luís Carranza en 2010, que para algunos pudiera parecer “tecnocrática” y enfocada en industrias lejanas de los niños pobres del Perú, estaba precisamente enfocada en ellos y su futuro, como varias de sus opiniones posteriores (3). Y es que para llegar a tiempo donde ellos con buenos servicios públicos hacen falta, más que cocineros, ingenieros. Y antes, hace falta valor.

https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/piel-gallina-luis-carranza-305988-noticia/

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