OpiniónMartes, 16 de mayo de 2023
El dólar como reserva mundial: ¿Se acabó el predominio?, por Bruno Schaaf
Bruno Schaaf
Analista político

Durante varias semanas se viene hablando del riesgo que corre el dólar de perder su estatus como moneda de reserva global. Las sanciones impuestas contra Rusia por su intervención en Ucrania, como la expulsión del SWIFT y de las redes de pago Visa y Mastercard, han llevado a varias economías a reconsiderar su exposición al dólar por temor a que también puedan ser sancionadas por no estar alineadas con la Casa Blanca.

Como consecuencia de ello, en 2022 los bancos centrales adquirieron más de 70.000 millones de dólares en oro, la mayor cantidad desde 1950, buscando diversificar y alejarse de activos como los bonos del Tesoro de Estados Unidos y el dólar. Además, en los últimos meses se han visto esfuerzos significativos por desdolarizar el comercio. De hecho, en marzo de este año el yuan superó al dólar como moneda predominante en las transacciones transfronterizas en China.

Sin embargo, mentes brillantes como Warren Buffett creen que el dólar seguirá siendo la moneda de reserva, ya que no ven otra alternativa. Y esto es absolutamente cierto, sobre todo a corto plazo. A pesar de los esfuerzos de China y Rusia por convencer al mundo de acabar con el dominio del dólar, esto no funcionará a corto plazo porque, como dice Nouriel Roubini, "no se puede sustituir algo por nada". Por ejemplo, puede que el yuan chino se utilice cada vez más en las transacciones comerciales, pero los indicadores macroeconómicos chinos no tienen ninguna credibilidad, ni siquiera su PBI. Teniendo esto en cuenta, ¿por qué un banco central arriesgaría la mayor parte de sus reservas de divisas en yuanes?

Por lo tanto, si se quiere mantener el estatus de reserva mundial del dólar, la atención no debería centrarse tanto en lo que hagan o dejen de hacer los BRICS, sino en el excesivo gasto público y la inflación, como señala Buffett. Generar credibilidad es la mejor forma de asegurar la hegemonía del dólar.

Cabe recordar que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha advertido de que Estados Unidos corre el riesgo de entrar en default en junio de este año si el Congreso no aprueba un aumento del límite de deuda del Departamento del Tesoro. Es crucial que los republicanos aprovechen la negociación del techo de deuda para presionar a Biden para que reduzca el déficit anual y el crecimiento de la deuda. Porque si algo nos aseguraría la desdolarización tarde o temprano sería que Estados Unidos entrara en default en junio del 2023 o que se permitiera a Biden seguir alimentando la deuda sin tocar el gasto público.

PD. Se repite que si Estados Unidos incumple sus pagos en junio, sería la primera vez que esto ocurre. ¿Y qué ocurrió en 1971? ¿Acaso el fin de la convertibilidad no fue un impago?

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