El 17 de junio del 2021, en Canadá, se realizó la segunda conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos, donde también colaboraron el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) y las Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En dicho evento estuvieron representantes de la Unión Europea y algunos funcionarios públicos de países del continente americano, entre ellos el presidente de nuestro país en ese momento, Francisco Sagasti.
Dicha reunión tenía como objetivo la presentación de los procesos realizados y la identificación de las acciones a futuro que se tomaría en conjunto, incluyendo financiamiento de países europeos y asiáticos hacia los países americanos que enfrentan la crisis migratoria. Es así como Sagasti pide la suma de $946.943.550 para financiar proyectos que, según él, buscaba brindar ayuda humanitaria a venezolanos que piden refugio en países como Perú, Ecuador, Colombia y Argentina.
Poco se sabe de estos acuerdos y financiamientos, de hecho, Perú habría presentado dos proyectos, que nadie conoce, en la conferencia. Sin embargo, estos habrían justificado el requerimiento económico de Sagasti. Es más, en la primera convocatoria de esta conferencia, realizada un año antes, el Regional Refugee and Migrant response plan (RMRP), pidió la suma de $ 1.410 millones de dólares para que países como el Perú puedan enfrentar la crisis migratoria efectuando procesos de regulación y solventando refugios, supuestamente.
Entre los países donantes se encuentra Estados Unidos como el país que más dinero ha desembolsado, alrededor de 400 millones de dólares. Además, que, cabe resaltar, el Banco Mundial habría prestado cerca de 600 millones de dólares.
Por eso, surgen preguntas genuinas: ¿la migración se ha convertido en un negocio? ¿con qué finalidad estos países desembolsan tanto dinero? ¿por caridad? ¿por qué hay tan poca información sobre la administración de este dinero? ¿vamos a seguir recibiendo migrantes y seguir pidiendo financiamiento (donaciones y préstamos) de fuera? ¿por qué nunca se discute sobre el origen de este problema: la dictadura venezolana?
No estamos hablando de financiamiento privado, todo el dinero donado o prestado, la mayor parte, es financiamiento público de países que, a través del impuesto cobrado a sus ciudadanos, terminan en países que no pueden regular y fiscalizar sus fronteras. En el peor de los casos, no regularizan, ni fiscalizan para seguir pidiendo dinero, ¿bajo qué acuerdos? No lo sabemos.