PortadaJueves, 18 de mayo de 2023
Una indefendible elección

La Defensoría del Pueblo va de mal a peor. Después de estar administrada interinamente por Eliana Revollar, enemiga sutil de las Fuerzas del Orden, ahora cayó en manos de Josué Gutiérrez Cóndor, un personaje sin credenciales y con un pasado siniestro. Con la ventaja de tener un Congreso disperso, este elemento vinculado a Ollanta Humala y recientemente a Vladimir Cerrón obtuvo 88 votos. Aunque asegura ante las tribunas televisivas que su victoria fue provocada por la mano de Dios, lo cierto es que su acercamiento con Fuerza Popular a través del vocero fujimorista Miguel Torres fue un puntapié determinante. Sin contar con el apoyo en bloque de Acción Popular y Podemos Perú. Y lo que más escozor provoca su elección es que su historial académico es el de un neonato en el terreno político. Dos legisladores ya han puesto sobre la mesa dos reconsideraciones, pero si no avanzan, el futuro inmediato de esta entidad podría jugarnos en contra.

¿Nuevos incondicionales?

Tras más de un año de trabas, el Legislativo eligió al nuevo defensor este último miércoles 17 de mayo. Josué Gutiérrez se impuso a Jorge Rioja y de forma contundente: con 88 votos. Este resultado llamó la atención no solo porque alcanzó un consenso que fue una quimera en los dos primeros fallidos intentos de vacar a Pedro Castillo, sino también porque expuso una coalición inesperada y que fue denominada como el “Fujicerronismo”. El cuadro de Keiko Fujimori le dio 24 de 24 votos. Pasaron de antípodas a aliados. Y de esto dio fe Américo Gonza, legislador del partido del lápiz. En una entrevista aseguró que ya venían coordinando proyectos como la selección del Tribunal Constitucional, el caído proyecto del adelanto de elecciones, la bicameralidad y más, y que esto solo se reforzó al haber una buena relación entre el vocero fujimorista Miguel Torres y el nuevo defensor.

Los pasos perdidos

Gutiérrez no es nuevo en la palestra política. En el periodo 2011-2016 fue congresista con la camiseta de Gana Perú, movimiento liderado por Ollanta Humala, quien en su momento quiso convertir al Perú en un chavismo duro.

De esta parte de su carrera se recuerda su viaje a Moscú, Rusia, con Alexis Humala, el hermano menor de esta beligerante familia. Los trascendidos fueron que intentó negociar con las autoridades del Kremlin para ser un nexo en la región latinoamericana. No haber sido tomado en cuenta fue quizá la antesala para que se anime luego a tratar de estrenar una escuela de detectives en Perú. Esta voluntad para las extravagancias también fue expuesta por un detalle en el despacho que tenía entonces. En una pared larga y de color hueso estaba estacionado un cuadro gigante de una fotografía donde aparecía muy contento con Nadine Heredia, la esposa del entonces mandamás nacionalista a quien defendía a capa y espada. De esta religiosa veneración no se vuelve. Este cariño, sin embargo, habría muerto en septiembre del 2021 cuando decidió ponerle fin a su militancia.

El gran salto

Luego, el abogado decidió migrar a una tribuna de la izquierda radical: Perú Libre. Incluso ejerció su profesión representando al secretario general de este movimiento político, Vladimir Cerrón, investigado por el delito de lavado de activos. Por ejemplo, en el allanamiento del 2021 a inmuebles vinculados a este personaje, Gutiérrez dijo: “Las personas cometen delitos, las instituciones o las asociaciones jurídicas como los partidos políticos no”.

Este respaldo hizo metástasis cuando también le dio su respaldo al golpista. “Yo he apoyado abiertamente al maestro Castillo (...) No es un salto al vacío, es el fortalecimiento de la democracia, por primera vez en el Perú se pretende instaurar un régimen que reconoce la presencia de los pueblos más olvidados”, dijo. Finalmente renunció a la escuadra perulibrense en marzo de este año.

Sin perfil

En síntesis, el nuevo defensor tiene un nulo historial académico: no ha realizado ninguna investigación en materia jurídica y quedó entroncado en el bachillerato en derecho por la Universidad de Huánuco. Por otra parte, en una entrevista de este proceso le preguntaron por la Comisión Interamericana de Derechos Humanas (CIDH), la cual viene avalando a los violentistas, y dijo que “no estamos preparados” para divorciarnos de esta organización.

La llegada de Gutiérrez represente un retroceso de largo aliento. Elegirlo es no haber aprendido la lección con Pedro Castillo y que Fuerza Popular le haya dado su venia es casi una traición. Aún hay momento para reconsiderar. Y también para analizar la brújula de cada tienda política.

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