EntrevistasLunes, 29 de mayo de 2023
“El mismo aire que le queda a Dina Boluarte para gobernar, le queda a la derecha para reinventarse”
José Luis Gil, exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia del Perú (GEIN).
Tony Tafur
Periodista de El Reporte

Para aterrizar en la actual encrucijada político-social en Perú tuvieron que hilarse determinados episodios en nuestro historial que hoy no solo le subieron el volumen al escepticismo del electorado sino que nos han dejado al margen de grupos extremistas que llegaron al poder, lo perdieron y ahora como sea buscan recuperarlo. Para conocer más sobre esta crisis conversamos con elexmiembro del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), José Luis Gil, quien aseguró que esta es una oportunidad para que la derecha política pueda renovarse.

P: En su última columna usted responsabiliza a todos los espectros políticos de la fractura del Perú, ¿es así?

R: Si bien es cierto, existen hechos históricos que han llevado a la debacle económica. Se supone que se inició una reconstrucción política en los últimos 20 años. El desastre que hemos tenido con Pedro Castillo obviamente tiene responsables. Primero, una derecha anquilosada, pusilánime, que no ha querido asumir su responsabilidad histórica después de la captura de Abimael Guzmán en 2012, donde la exigencia era crear una política de Estado contra el terrorismo y reactivar la economía del Perú. Simplemente, la derecha se dedicó a hacer festín como si nada hubiera pasado. Y lo otro es que la aparición en el escenario del grupo de los progresistas, mintiéndole a la gente sobre sus verdaderos propósitos, es lo que finalmente logró llevar al país a un gobierno de extrema izquierda. Los progresistas voltearon de manera instintiva a lo más protervo y absurdo que tiene el país. Pero cuando uno habla de crisis, se tiene que hablar de números. Y, por supuesto, el INEI nos ha dicho que la pobreza ha crecido aproximadamente un 2.5%, donde sumamos 9.8 millones de personas en pobreza, cuando antes estábamos en franco retroceso. Ese es el desastre que ha vivido el Perú, tanto por la derecha pusilánime como por la izquierda de todos sus colores.

P: ¿Cuáles crees que sean los principales estragos a los que nos puede llevar la polarización? ¿Habrá una hipotética quinta toma de Lima?

R: La izquierda radical de Sendero Luminoso y el MRTA, que tiene 66 bases a nivel nacional después de que el Jurado Nacional de Elecciones no les aceptó que se inscribieran como partido político; esa izquierda radical ha creado una especie de exoesqueleto a nivel nacional que es funcional a la forma en que la progresía manipula a la masa. No tenemos grandes operadores políticos dentro de la progresía, pero sí tienen buenos operadores en redes sociales y psicológicos que lo que hacen es mover a la masa. La ciudadanía se resiste a una revolución, ya sea soft o cavernaria como la de la izquierda radical. Sin embargo, este exoesqueleto, junto con la masa que inducen los progresistas, crea una situación de violencia peligrosa. La población se resiste, por ejemplo, en Colombia cuando las FARC impusieron la violencia, y en el Perú no lo hemos querido, lo hemos rechazado en Chile y esperemos que también se dé en Argentina. Este no es un problema del Perú. Este es un problema de una conspiración internacional social-comunista progre que lamentablemente está moviendo a la población, queriendo orientarla hacia el lado izquierdo, pero esta se resiste de manera mayoritaria y clara.

P: Podríamos inferir que, por las constantes amenazas en Puno, ¿esta región está perdiendo su resistencia?

R: Yo creo que lo que sucede es que la persistencia del grupo radical de Sendero Luminoso y el MRTA están manipulando con niveles de violencia. Pero esta resistencia de un grupo de ciudadanos trabajadores, que son los menos, hace que haya fracasado la intentona de separatismo. Esa es, en el fondo, la intención, recubierta de indigenismo y "plurinacionalidad".

P: Ahí entra a tallar el proyecto de la RUNASUR también.

R: Eso es parte de una estrategia internacional. La estructura de esta conspiración se articula desde el Foro de Sao Paulo, que reunió partidos de izquierda e incluso grupos alzados en armas. Después, el Foro de Puebla que reúne a los progresistas. Los primeros mueven el exoesqueleto a nivel sudamericano y los segundos mueven las masas, pero además tenemos la RUNASUR, que es el tercer foro que reúne a los movimientos étnicos, campesinos y sociales. Entonces aquí tenemos tres foros y estos representan la conspiración a nivel internacional. Cada uno transmite un mensaje distinto, pero todos confluyen en el socialismo, ya sea el socialismo materialista o del siglo XXI. Cualquiera de los dos son dictaduras de izquierda y hacia eso apunta esta estrategia internacional.

P: ¿Y qué tanto influye la ambivalencia del Ejecutivo, el autosaboteo del Congreso?

R: Lo que yo creo es que tenemos que mirar de manera objetiva qué está pasando. Tenemos una sucesión constitucional con una presidenta que ha tenido que asumir el cargo luego de tener a un presidente corrupto y golpista. No ha habido otra opción. Los peruanos estamos claros de que esta sucesión es legítima y legal. En segundo lugar, el gobierno está tomando medidas que no son compatibles, entre comillas, para una mujer de izquierda. Declarar persona non grata o poner en paro diplomático a Petro, Boric, presidentes que se han dedicado a maltratar al Perú. Es una circunstancia que nadie espera. Y, por ejemplo, asistir a eventos de policías, militares o decir públicamente que hay grupos terroristas, acusándolos de estar saboteando al país. Son acciones que alejan a la presidenta del sector de la izquierda. Es muy difícil para muchos ciudadanos aceptar que perteneció a un grupo de izquierda. Son unas circunstancias sui generis que los peruanos no terminamos de procesar. Además, hay que entender que la estrategia que se utiliza en el Congreso, y que a muchos nos parece un error, no significa que no haya una estrategia. Los 23 votos del fujimorismo para el defensor del pueblo son un voto monolítico. Quiere decir que hay una consigna y detrás de ello hay una estrategia. Puede ser buena o mala, pero la estrategia, y eso es lo que ha entendido el fujimorismo, es que se debe frenar el avance de la progresía en el Perú y con esta votación, poniendo a un impresentable en la defensoría, lo primero que se ha hecho es impedir el avance de la progresía en la Defensoría del Pueblo, representada por la señora Revollar.

P: Ha trascendido que Fuerza Popular busca la Mesa Directiva

R: Probablemente una estrategia como esta esconda varias tácticas. Yo no creo que el fujimorismo o la derecha estén dispuestos a entregar la mesa directiva. Y si deben hacer negociaciones que a la gente no le guste, las van a hacer. No está en riesgo la estabilidad de Fuerza Popular, está en riesgo la estabilidad del país y para estos grupos de derecha está claramente definido quién es el enemigo principal. El adversario principal es el mundo caviar, es el enemigo principal y hay que meterle la saboteada democrática que corresponda. Todo está dentro del marco constitucional. En estos tiempos, no estamos en la disyuntiva de mayor o menor calidad de funcionarios. La disyuntiva es democracia o dictadura.

P: ¿Cuál es su opinión sobre los informes de la CIDH, Human Rights Watch y AmnistíaInternacional?

R: Hay que tener claro que el Sistema Interamericano creado desde la década del 60 era para defender los derechos humanos de todos los ciudadanos. Había una buena intención. Pero cuando los derechos solo defienden a un sector y rechazan defender a otros como la Policía y las Fuerzas Armadas, entonces se deslegitima la intención de estos organismos porque demuestra una dirección ideológica y no se está defendiendo los derechos de los humanos. Solamente se apoya a un sector y, por lo tanto, ya perdió legitimidad, hay sesgo ideológico y, por lo tanto, su validez se reduce. Yo repito que debemos salirnos de la corte y crear nuevos organismos internacionales que garanticen independencia en su accionar porque sino vamos a seguir haciéndole el juego a la progresía internacional. Son un grupo pernicioso para la justicia y las libertades en Latinoamérica.

P: A nivel local, ¿qué papel estaría teniendo el embajador castrista conocido como "El Gallo"?

R: Para los hombres de inteligencia, no es extraño que ante una estrategia social-comunista progre hayan enviado sus esbirros. Es altamente probable. Al Estado peruano le falta evidencia para poder tener los motivos suficientes para expulsarlo. Ya hemos visto que hay una presidenta que no tiene tapujos para defender el Estado peruano en el plano internacional. Hay una canciller que ha puesto el pare en Naciones Unidas, en la OEA. La salida del Gallo Zamora no es por falta de voluntad, sino por falta de evidencia para que el cuestionamiento internacional no genere un cargamontón. Esa es una opinión desde el punto de vista de inteligencia y debe incluirse dentro del análisis también.

P: ¿Cómo cree que ha quedado la percepción de la ciudadanía respecto de las fuerzas del orden luego de la escalada de violencia?

R: La "narrativa" de la izquierda y los caviares de esta confluencia perversa entre terroristas disfrazados de demócratas y progresistas ha creado una atmósfera negativa respecto de lo que la ciudadanía opina de las fuerzas del orden. Pero hemos visto la prudencia y el profesionalismo de los últimos meses para evitar caer en esta provocación cuya intención no era la protesta. La intención era generar más muertos y tener el material para poder derribar a este gobierno que no está siendo de izquierda, al Congreso y además mover a la masa para crear estos actos y generar muertos y derribar al gobierno. Esto es una estrategia para ir hacia el socialismo marxista-leninista o el socialismo progre. Estos enemigos íntimos que hay en la izquierda han aprendido una lección. Todos se han vuelto funcionales entre sí, aunque se odien. Eso es lo que el público a veces no entiende. ¿Qué es lo que está pasando? Están concentrados en lo que los une. Los une la toma del gobierno y concentrar el poder. Han aprendido a ser funcionales entre sí. Tienen claro que su camino es el socialismo marxista-leninista o el marxismo del siglo XXI, y van hacia allá.

P: ¿Llegamos al 2026 con Dina Boluarte? ¿Cuál es su proyección?

R: Yo creo que la presidenta tiene la oportunidad en estos meses, pese a que le están minando el suelo, a la arremetida internacional, pese a todo ello se está manteniendo en el poder y está conduciendo un gobierno. No hay cambio de ministros todos los días. Está apegada al orden, a la seguridad, a las Fuerzas Armadas. Pese a sus pequeños deslices, tenemos que entender que no es una persona de derecha. Todo eso le da la oportunidad de tener unos triunfos rápidos en materia económica, de seguridad, en materia política y poder tener aire y llegar al 2026 y que se termine el mandato ahí. Y este aire de la señora es un aire que también debería compartir la derecha. Es una oportunidad para ella y también para la derecha peruana.El mismo aire que le queda a Dina Boluarte para gobernar, le queda a la derecha para reinventarse.

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