El Perú posgolpe no solo debe revertir la encrucijada local que heredamos del régimen chotano. También tiene el reto de resistir la narrativa de la izquierda regional que viene moviendo los hilos a favor de Pedro Castillo. México con AMLO, Colombia con Gustavo Petro, Bolivia con Evo Morales y Luis Arce, y más. A esto se suman los polémicos informes de la CIDH, Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Para entender esta crisis tomamos nota de una voz autorizada: el excanciller Luis Gonzales Posada. No se guarda nada nunca y esta vez no fue la excepción.
¿Perú está viviendo una crisis sui generis?
Sí, yo diría que estamos implosionando. Es un proceso lento pero corrosivo, porque las instituciones, que son columnas de un Estado constitucional de derecho, están sumamente debilitadas. Y me estoy refiriendo, por supuesto, en primer lugar, al Parlamento, que ha dejado de ser el gran eje de la democracia peruana. Hoy día vemos casos lamentables, ¿no? De legisladores envueltos en escándalos, como es el caso de los niños tarifados por votar en contra de la destitución de Castillo, o de aquellos que mochan los sueldos a sus asistentes, u otros que viven en el extranjero. Toda esta situación es crítica porque va agravando la percepción colectiva de lo que es el Parlamento.
Y mientras nos centramos en esto, Evo Morales está a punto de poner a una aliada como cónsul en Puno. Hablo de Lidia Patty Mullisaca.
El gobierno y la cancillería del Perú deben rechazar de plano la designación de este personaje por ser una agitadora política vinculada a Evo Morales. Ni siquiera es diplomática. Solo fue diputada del MAS (Movimiento al Socialismo) y en 2020 demandó a la expresidenta Jeanine Añez por los cargos de sedición, terrorismo y conspiración, con lo cual la enviaron a la cárcel y después de eso también denunció a Luis Fernando Camacho, al gobernador de Santa Cruz, por los mismos hechos y fue conducido a la cárcel. Entonces no es posible que una persona de esas características pueda ser aceptada por la Cancillería. Más aún cuando todos conocemos que la base política de Evo Morales está en Puno. Ahí impulsó el proyecto Runasur, fue condecorado por la Universidad Nacional del Altiplano. Y además está denunciado ante la Segunda fiscalía provincial Penal por atentar contra nuestra integridad nacional y por traición a la patria.
Otro detalle es que se retiraron los embajadores peruanos en México, Colombia y otros países. Pero aún está el de Nicaragua.
Es sorprendente que la ministra mantenga en su cargo como embajador político en Nicaragua a un funcionario diplomático en retiro nombrado por Castillo. De acuerdo con las leyes del servicio diplomático debía renunciar con el cambio de gobierno, lo hizo, hay que dejar claro, lo hizo, pero hasta ahora la canciller no le acepta la renuncia y sigue desempeñando el cargo ante una dictadura sanguinaria como la de Daniel Ortega. Mientas Nicaragua, por su lado, no tiene embajador en el Perú. Ya lo retiró hace 5 meses. O sea, quién puede entender esta posición ambivalente de la Cancillería. Yo creo que, ante un caso de esta gravedad, sumada a la debilidad de nuestra posición, frente a regímenes como los de Venezuela y de Cuba, la señora debe ser convocada de urgencia a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
¿Debería ser censurada la canciller?
Es muy grave lo del embajador. Y también lo sería si declaran procedente el trámite de Patty Mullisaca. No creo que no puedan ver este contrabando, este enorme torpedo que quiere meter Evo Morales, que con esto se convertiría en un cónsul de facto de Bolivia en Perú.
Por otra parte, los detractores del gobierno acusan a Dina Boluarte de aislar al Perú al cortar distancias con presidentes como AMLO o Gustavo Petro. ¿Está de acuerdo?
No, eso es un disparate. Es exactamente al revés. Han sido gobiernos radicales con presidentes esquizofrénicos como López Obrador o Petro los que han hecho una campaña intensa de descrédito al Perú para respaldar a Castillo y pretender su reinstalación en el gobierno. Inclusive han llegado al extremo de bloquear la entrega de la Secretaría Pro tempore de la Alianza del Pacífico, lo cual es un sabotaje abierto al proceso de integración.
El Congreso los declaró personas no gratas, pero esto no neutralizó la injerencia. ¿Qué más puede hacer la Cancillería a través de nuestras representaciones diplomáticas? El Grupo de Puebla, por ejemplo, sigue diciendo que hay persecución contra Evo Morales.
Sí, claro, ese bloque defiende a dentelladas a Castillo porque es parte de su panaca política. Se ha dejado pasar todo este tiempo y la gente de Castillo, de la izquierda radical, ha impuesto su versión y evidentemente ha avanzado en la narrativa. Yo digo por eso: uno la OEA, dos desplazarse a algunas capitales como por ejemplo México, la misma Colombia, a destruir ahí mismo en la base, en presencia de los periodistas, con documentos, que todo lo que están diciendo es mentira.
Entonces podemos inferir que esta pasividad puede traducirse en que las amenazas de protestas van a ser nuestro estado natural.
Así es, nos tienen como una piñata, nos golpean por todos lados, hay versiones agresivas, insolentes por parte de algunos mandatarios, pero no basta simplemente con protestar, hay que accionar. Por ejemplo, el gobierno de Perú tiene su legítimo derecho de denunciar a López Obrador ante la Corte Internacional de Justicia, porque ahí se establece que cualquier controversia o tema de derecho internacional puede dilucidarse ahí. Le dirán que demora mucho tiempo, cierto, pero por lo menos usted pone las baterías, pone el expediente y lo hace público. Pero lo que no podemos hacer es seguir con los brazos cruzados ante gente que agrede sistemáticamente a nuestros países e inclusive llegó al extremo de decir que va a dejar en suspenso las relaciones comerciales y económicas con el Perú. Es el odio de un personaje siniestro y psicópata como es el caso de López Obrador, que ha perturbado como nunca en la historia las relaciones entre México y Perú.
En su momento dijo que Otárola es el mejor postor para el premierato. ¿Sigue pensando lo mismo? ¿Ha hecho bien su tarea en los eventos internacionales?
Yo pienso algo más, si Otárola no estuviera donde está, el gobierno de Dina Boluarte se desploma, porque él le da la solidez política con todos los errores y la distancia que tenemos.
Entonces teniendo al premier como imagen sustituta, ¿no está tan de acuerdo en que Dina Boluarte tenga licencia para gobernar desde el exterior? ¿o sí?
Mire yo soy un hombre que respeta escrupulosamente la Constitución. Y desde mi punto de vista la Constitución no lo permite ahora. Tendría que haber un cambio constitucional, dos legislaturas, 87 votos y hacerlo. Evidentemente hoy hay una diplomacia presidencial muy activa, la presencia de los mandatarios es muy importante para concertar política. El gran responsable de este problema es el señor Salas Arenas. Él cuando era presidente del Jurado Nacional de Elecciones permitió que se inscribiera una lista mutilada de dos personas cuando debieron ser tres.
Bueno, entonces frente a estas presuntas irregularidades, no es el momento para un adelanto de elecciones.
No, yo creo que sería peor. Nosotros estamos caminando un piso frágil y en la medida que menos nos movamos, nos va a ir mejor porque ese piso puede volverse a desplomar en cualquier momento. Recordemos nomas los sucesos que se dieron durante dos meses. Eso nunca sucedió en la historia del Perú. Fueron dinamitadas o incendiadas 19 comisarías, fueron tomados 5 aeropuertos, fueron quemados 12 locales del Ministerio Público y del Poder Judicial, la población no pudo transitar durante 50 días. Se quedaron sin puestos de trabajo. Inclusive hay dos personas que murieron porque no se podían mover las ambulancias, que fueron atacadas en 15 unidades si no me equivoco. Asaltaron predios agrícolas. Quemaron instalaciones mineras. Es un acto de salvajismo, de barbarie, que se suma también al hecho que hemos visto. Cómo agredían a palazos y pedradas a la Policía Nacional para impedir, por ejemplo, que entren al Congreso. Esto ha sido muy grave. Esto ha estado definitivamente organizado.
Aquí entran a tallar los informes de la CIDH, Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
Sí, mire, los informes de Amnistía no tienen ningún valor. Son informes absolutamente torpes y sesgados. Es una institución que ha perdido lo que es la esencia de la ponderación y el equilibrio. Claro que ha habido 60 muertos, hecho que tiene que ser investigado para ubicar a los responsables, pero estos grupos obviaron toda la otra parte de la historia. Yo lamento mucho que esas instituciones, que tienen financiamiento externo, tergiversen la verdad y solamente miren con el ojo izquierdo.
El congresista Jorge Montoya propuso denunciar a la Convención Americana de Derechos Humana. ¿Esta iniciativa es adecuada?
No, totalmente en desacuerdo porque él sostiene que hay que recordar la autonomía jurisdiccional. Si ese fuera el criterio entonces deberíamos desligarnos de la Corte Penal Internacional, del Centro de Conciliación y Arbitraje donde son terceros lo que deciden, o de los Tratados de Libre Comercio donde se busca a terceros para que resuelvan la controversia. Además, estaríamos en las listas de las dictaduras que se han salido como Nicaragua y Venezuela. Lo que hay que hacer es tener una buena defensa, buenos abogados, y alzar la voz, denunciar cuando se cometan excesos. Estamos pagando las consecuencias de tener la guardia baja, de no responder.