OpiniónDomingo, 18 de junio de 2023
La República de Alberto Vergara (Parte 2), por Álvaro Díaz
Álvaro Díaz Bedregal
Consultor en Comercio e Infraestructura

En una entrevista en 2019, el politólogo peruano Alberto Vergara se confesaba así:

Entrevistador: ¿Te avergüenzas de algún voto que hayas ejercido conscientemente?

Vergara: No. Supongo que, como todos, estamos condenados muchas veces a votar por el mal menor. Y, en general, no votas por lo que los políticos hicieron en su vida pasada sino por quién supone menos peligro para el futuro (1).

Es cierto. En un país hay opciones entre las que debemos elegir, pero con ninguna de ellas se mejorará absolutamente todo. Elegimos una porque creemos que sostiene o mejora eso que consideramos más importante. Allá por 2019, Vergara creía que en Perú aún existía la ilusión de un "proyecto republicano" (2). Pero el tiempo se volvería más agitado.

En 2021, Perú debió elegir entre un programa marxista-leninista (como es el ideario de Sendero Luminoso) (3) y otro calificado por el socialismo peruano como autoritario, aunque sin control real del Congreso ni de la justicia electoral. En la elección ganó el primero. Como en todo resultado ajustado, hubo angustia, argumentos encontrados y una decisión final. Pero a los simples actos de criticar, investigar y argumentar un presunto fraude (derecho de cualquiera), Vergara los llamó un "voticidio", "un intento de golpe de Estado" y "desaparecer los votos de más de 200 mil peruanos del sur del Perú", que según su argumento, pasaron todos luego a estar resentidos por eso y a exigir un cambio de presidente, de constitución, etc.

Para Vergara parecía imposible que en un país que él mismo llama altamente informal y dominado por intereses particulares, alguien intentara adulterar el resultado de una elección. Al menos, era imposible que se adulterara para favorecer a quien él prefiere. Porque, de haber sido su favorito el que cuestionara el resultado, de seguro para él no habría sido ningún "voticidio". ¿Vergara llamaría voticidio a la anulación de actas en distritos de alto ingreso en Lima? Probablemente no. Ellos quizás no son considerados ciudadanos en su república.

La administración de Castillo, que siguió, estaba, como era previsible desde abril de 2021, no solo movida por un ideario marxista-leninista, sino conducida por intereses de personas, grupos e industrias ilegales que hoy están siendo investigados por delitos graves. Mientras todo esto sucedía, Vergara era un cauto comentarista. Castillo causó un total descalabro en la administración e instituciones públicas del Perú, que terminó en un golpe de Estado y un ataque a todas luces muy planificado, bien financiado y violento contra la infraestructura pública y la actividad de los peruanos. Que simultáneamente hubiera manifestaciones sin violencia por algún objetivo noble, no hace que esa violencia sea en lo más mínimo aceptable. Pero en la república de Vergara, es diferente.

En una videoconferencia (4) sobre la llamada crisis en Perú, Vergara dice:

"…hemos visto cómo se ha incendiado la casa de un congresista, a un policía muerto al parecer incendiado, hemos visto cómo las fuerzas armadas disparaban a diestra y siniestra en las ciudades de la sierra del Perú. (…)"

Para referirse a los delitos cometidos por personas con nombre y apellido, Vergara usa el sujeto impersonal: "se ha incendiado" la casa. Para un asesinato, "un policía muerto". ¿Quién incendió la casa? ¿Quién incendió al policía? Vergara sabe que fue alguien, pero no quiere nombrarlo. Y no quiere hacerlo porque en su república, la violencia política es una herramienta aceptable si está en línea con sus objetivos personales, que luego serán los del supremo gobierno.

Para referirse a la respuesta de las fuerzas del orden frente al ataque a aeropuertos, vías, comisarías e incendio de locales de la justicia y fiscales (destruyendo expedientes sobre narcotráfico, minería ilegal y otros delitos), sí nombra a quienes él quiere presentarnos como responsables: "las fuerzas armadas disparaban a diestra y siniestra". No importa que estuvieran legalmente protegiendo a quienes no hacían violencia, a su propiedad y a su derecho a vivir en orden y paz. Son todos villanos en su república. ¿Se podrá vivir en paz en esa república?

En su república, algunos delitos (como los que ocurrieron entre diciembre de 2022 y marzo de 2023 en el sur de Perú) pueden ser solo "vandalismo" y "violencia inaceptable", pero no más que eso, y quienes los sufren deben aceptarlo y asumir los daños. Así es la república de Alberto Vergara, al parecer. Antes de elegir y al escuchar sus sabios consejos sobre política (con frecuencia aderezados con citas muy profundas, canciones y bastantes vaguedades), habrá que pensar si, dependiendo de quiénes seamos, seremos ciudadanos o simples súbditos en su república.

Fuentes:

(1) https://youtu.be/ODPr4L8fnSY

(2) https://youtu.be/F8DDbffcGNU

(3) https://perulibre.pe/wp-content/uploads/2020/03/ideario-peru-libre.pdf

(4) https://www.youtube.com/live/XTGdqqESB8k?feature=share