EntrevistasDomingo, 18 de junio de 2023
Óscar Becerra: “La CIDH no defendió derechos, sino desechos”
Tony Tafur
Periodista de El Reporte

El gobierno todavía se encuentra en una nebulosa etapa de consolidación. Para radiografiar en cortas líneas este medio año de Dina Boluarte en el trono, El Reporte se comunicó con el ex ministro de Educación, Óscar Becerra, quien acostumbrado a usar las palabras como cuchillas que cortan el viento, nos habló también sobre cómo la política a escala local e internacional viene siendo monopolizada por el sector denominado “caviar”, grupo del que es un enemigo confeso.

¿Cómo es la vida después de pasar por un gobierno que aparentemente le dio la espalda?

No lo siento así. Yo tomé mi salida con toda humildad. Yo había hecho un comentario en otro contexto respecto a que no voy a disfrazar mis opiniones para satisfacer a pequeños grupos. Y los medios presentaron eso como una respuesta a la llamada de atención del premier. Pero la verdad yo no me sentí traicionado, es más, a todos les consta que estuve presente en la juramentación de los nuevos ministros y que la señora presidenta además tuvo la amabilidad de conversar con los ministros salientes e invitarnos a almorzar en el comedor privado de Palacio.

Pero su postura anticaviar fue un anticuerpo desde el día uno. ¿Esto qué dice la línea política del Ejecutivo?

Bueno, cuando la presidenta me entrevista el día antes de juramentar como ministro y no nos conocíamos, yo le digo dos cosas. La primera de ellas es que yo no había votado por ella en las elecciones y me parecía una cuestión de lealtad decírselo. Y segundo, yo no coincidía con el pensamiento caviar, que es algo que me molesta y me incomoda y quería que lo sepa. Y tuvimos un intercambio interesante de opiniones porque ella me decía “pero yo no soy caviar”. Y yo le respondí que yo no la consideraba caviar porque el caviar en realidad no se ha esforzado para lograr lo que tiene.

¿Y podría definir ideológicamente a la presidenta?

No me atrevería a hacer eso porque se ha notado que ella tuvo un proceso de maduración política apresurado por las circunstancias. Intentó gobernar con aquellos que la habían llevado a la presidencia, es decir, con la izquierda. Y la izquierda en un comportamiento muy típico de ellos la traicionó antes de una semana y la dejaron sola ante un país convulsionado. Yo no me consideraba un político, yo me consideraba un técnico. Además, hasta ahora no sé cómo llegó mi currículum a manos de la presidenta, pero ahí estaba e hice el mejor esfuerzo y lo que noté en la presidenta es un esfuerzo realmente sobrehumano por trabajar para el Perú y no para una u otra ideología.

Y por eso algunos juzgan al gobierno de ser ambivalente, de no querer quedar mal con nadie. ¿Lo ve así?

Bueno, cuando uno es ciudadano de pie, como suele decirse, uno es libre de opinar y de pensar lo que quiera como en mi caso hice hace más de cinco años respecto a la comunidad LGBTI. Pero una vez que fui designado y juré como ministro de Educación, soy el ministro de todos los peruanos. Es la misma situación con la presidenta Boluarte. Está haciendo el esfuerzo de entender los intereses de todos, incluso aquellos que no piensan como ella.

Entonces hay caviares en el entorno de Dina Boluarte.

Tal vez en un principio. Creo que la salida del primer ministro de Trabajo (Eduardo García Birimisa) por una notoria infidencia respecto a cuestiones confidenciales que se trataban en el Consejo de Ministros fue una muestra evidente de que había por ahí una, entre comillas, infiltración caviar. Y es probable que entre los ministros haya algunos o algunas que coincidan con ciertas ideas porque creo que debemos dejar de ser dogmáticos.

¿Y por qué la animadversión contra este grupo?

Por su incapacidad para producir resultados, por la envidia que tienen hacia aquellos que logran cosas. También el sesgo que tienen contra todo tipo de actividad privada como lo vi en el Ministerio de Educación. Es como morder la mano que te da de comer. Por otro lado, está esa tendencia a polarizar que vemos no solo en la izquierda caviar, sino también en la izquierda radical. También creo que mi oposición y mi crítica al descarado intervencionismo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Es un despropósito tratar de intervenir en asuntos totalmente internos del país y convertirse en defensores no de derechos sino de desechos.

Y cómo quedó su acusación sobre los gastos exorbitantes por las consultorías.

Bueno, lo de las consultorías es un escándalo. 728 millones de soles en 10 años. O sea, podríamos haber atendido cientos de miles de niños con una educación razonablemente buena en lugar de tirar ese dinero literalmente a la basura. Es escandaloso el dinero que gastan las diferentes entidades del gobierno, como los gobiernos regionales, los municipios, en construir expedientes técnicos para hacer obras en el sector de educación. ¿Por qué hemos puesto el Estado, especialmente el sector de educación, en las manos de gente incapaz de dar resultados?

La educación también fue golpeada en otro frente con la Fenatep.

Sí sabía que existía un Movadef que era el brazo político de Sendero Luminoso. Lo que no sabía es que Movadef se había convertido en Conare al interior del sector Educación y luego ese Conare se convirtió en Fenatep. Y era Sendero Luminoso convertido en sindicato para copar el sector y manipular las mentes de nuestros niños.

¿Tan mal están nuestros filtros que se permite la inclusión de un movimiento vinculado a Sendero Luminoso?

Tenemos los filtros, pero los usan irresponsablemente. El grave problema de nuestra sociedad es la falta de integridad. O sea, ¿quién puede, por ejemplo, criticar que algunos recursos del Estado se utilicen para financiarles educación de calidad a los más pobres? Eso es algo a lo que nadie puede oponerse.

Moviendo el foco un poco, estamos en un intervalo de desgaste ministerial. ¿Cree que el premier Alberto Otárola ya cumplió su ciclo?

Yo he sido parte del gabinete y mal haría en este momento en opinar. Cualquier crítica se la he hecho directamente. Es más, esto que he comentado respecto a la manipulación de la información que hicieron los medios, se lo dije de frente.

Fue el más directo en rechazar sus comentarios sobre el pacto de San José.

Con toda razón. La política internacional del Perú no le corresponde al sector Educación.

Pero a título personal, ¿sigue creyendo que deberíamos retirarnos de ese acuerdo y restaurar la pena capital?

Yo creo que esa corte y esa comisión no están cumpliendo los objetivos para los que fueron creados. Perú debería reclamar que se está preocupando solamente por los derechos de algunos. Y entre esos algunos están los peores de nuestra sociedad. Lo que yo espero de mi gobierno es que se preocupe por mí también, no solo por los delincuentes, no solo por los terroristas.

Y estamos a puertas de la denominada Tercera Toma de Lima.

Para empezar, yo no estoy de acuerdo con que le demos a estos personajes el rol de definir y etiquetar las cosas que pasan en Lima. Lo que se viene es un grupo de desadaptados gritando consignas de odio que tenemos que reprimir y controlar porque ese es el derecho de la gran mayoría de peruanos de bien que lo que quieren es tranquilidad y trabajar. Insulto a Lima es lo que deberíamos llamarle. Desorden. Terrorismo. Le estamos dando el injusto honor de definir qué cosa son estas marchas a unos cuantos desadaptados que nunca han llegado ni siquiera al 1% de la población.

Pero la CIDH asegura que las protestas son legítimas y que los manifestantes son víctimas de peyorativos.

Bueno, yo creo que en ese sentido quienes son responsables de nuestra política exterior han tomado el toro por las astas y están respondiendo como corresponde a estos organismos que se permiten tamaños despropósitos. Torre Tagle siempre se ha ocupado de defender al país y en esta oportunidad también lo está haciendo. Lamentablemente, es difícil enfrentarse a una organización que tiene unos tentáculos enormes a nivel internacional y financiamiento inclusive.

Imagino que habla de la izquierda regional. Su narrativa incluso es impulsada por Verónika Mendoza hasta en Europa.

Es como el cáncer. El cáncer de lo que se ocupa es de destruir al organismo en el que vive y finalmente lo mata. Y eso es lo que hace, en mi opinión, la izquierda latinoamericana. Es un cáncer que está buscando destruir el organismo en el que vive, que es América Latina. Esperemos que nuestro pueblo reaccione.

Lo han llamado el Javier Milei peruano. ¿Como el argentino usted también tiene pensado postular a la presidencia?

Yo no me hago esas preguntas antes de tiempo. La verdad es que yo aspiro a una vejez tranquila. Y lo que quiero es en la medida en que pueda hacerlo, contribuir a dejar un país mejor para mis hijos y nietos. Y creo que lamentablemente tenemos que madurar como sociedad. Tenemos que buscar, como dije, cosas que nos unan. No hagamos de las chispas incendios porque corremos el riesgo de caer en el caudillismo que tanto daño nos ha hecho. Es bueno que este gobierno culmine su periodo constitucional porque nos da tiempo a todos los peruanos de sopesar las consecuencias de nuestros actos. Algo que no estamos acostumbrados a hacer. Elegimos un Congreso y una semana después estamos despotricando contra él.

Si quiere suscribirse a todo nuestro contenido Vía WhatsApp dele click a este link: https://bit.ly/3Ke6iaV

También puede ingresar a nuestra cuenta de Telegram: https://t.me/elreporteperu