"La verdad te hará libre", proclama un conocido refrán judeocristiano. Y este parece ser un axioma que puede extrapolarse a una cuestión ética. Es decir, si actúas con —y en— verdad, el orden que generas es bueno. La verdad te hace libre porque pone claridad y franqueza sobre la realidad, ilumina la senda de tus pies. La mentira, por el contrario, es una recreación perniciosa de la realidad. Una simulación, un metaverso. Es ingenuo y a la vez letal. Quien miente lo hace para manipular la realidad, creyendo poseer libertad, pero al final termina poseído por ella. No es solo "que mientes", sino que te conviertes en mentiroso.
Si dices "no" a tu jefe, a tu mujer o a tu madre cuando hay que decírselo, comenta Jordan Peterson, psicólogo clínico canadiense, te transformas en alguien que puede decir "no" cuando hay que decirlo. Por el contrario, si te mientes, si te traicionas, lo que haces es debilitar tu carácter. Un carácter débil es fácilmente corruptible.
Caso práctico
Este ejemplo lo tomo del libro "12 Reglas para Vivir" de Peterson. Imagina que entra un nuevo jefe en tu trabajo. Invita al grupo del que se hará cargo y les dice que habrá nuevas reglas. A tu juicio y criterio, las encuentras innecesarias, frustrantes. Pero decides asentir y sencillamente aceptarlo. No levantas tu voz porque consideras que será inútil (te mientes). Esto reforzará tu tolerancia a soportar cosas que no quieres, te hará menos valiente y tu oponente será un poco más fuerte. El resultado final es que la organización se vuelve más corrupta, más burocrática y opresiva. Y tú has contribuido a eso por no decir la verdad. Es verdad, podrías perder tu trabajo por pronunciarte, pero también es verdad que podrías perder tu alma (ética y voluntad).
Consecuencias universales de no decir la verdad
Aleksandr Solzhenitsyn fue un escritor ruso (soviético) que fue tomado preso y puesto en cautiverio en los famosos gulags (campos de concentración) del Estado soviético durante el siglo XX. En su libro "Archipiélago Gulag", Solzhenitsyn cuenta la verdad de las atrocidades de una dictadura inhumana, dirigida por Josef Stalin. En él analizará, además, la relación causal directa entre la patología del Estado que dependía del sistema de prisioneros, donde millones de personas murieron, y la tendencia del ciudadano soviético a falsear sus experiencias personales cotidianas y negar el sufrimiento infligido por el régimen, apoyando así al sistema comunista. ¿Cuál fue la conclusión de su tesis? Que una existencia deshonesta conduce a un totalitarismo social. La mentira pervierte al ser humano, deprava tanto su alma como el Estado, puesto que una forma de corrupción alimenta a la otra.
La dura verdad
No siempre sabremos la verdad, ¿cierto? Pero puedes decidir no mentir, según tu propio juicio moral. Es decir, no decir cosas que sabes que no son verdad. Persigue la más alta virtud y te convertirás en virtuoso. Busca la verdad y proclámala. Sé libre; aprende a hacerlo. Mentir, mentirte, te disocia de la realidad. Pero aun cuando mientes, lo sabes. Sabes que estás mintiendo. Y nadie les enseña a sus hijos a ser grandes mentirosos. Nadie. Porque en el fondo sabemos que un ser humano que miente es un ser humano indeseable, poco confiable y carente de valor.