El colectivo LGTB, el cual abarca más personas de las que comparten dichas orientaciones sexuales, realizó una marcha multitudinaria, lo que me parece increíble. Un grupo discriminado históricamente tiene, al igual que cualquier ciudadano, todo el derecho de manifestar su orgullo o felicidad por lo que fuese. Así como apoyo esto, también creo que uno puede ser libre de criticar o no compartir dichas posturas sin ser censurado. Estas manifestaciones, por un lado, y las críticas por otro tienen que ser puestas en un marco de respeto por los derechos fundamentales de los demás. En mi opinión, ¿qué es lo que no debe pasar?
Politizar una causa me parece un oportunismo de la izquierda. El modelo económico no tiene nada que ver con las causas que buscan defender, pero igual lo incluyen. No sé si no me doy cuenta, pero que alguien me explique qué tiene que ver el libre mercado con luchar por ser iguales ante la ley. Creo que la única igualdad que debe importar es ante nuestro sistema judicial. Cualquier otro deseo ya involucra una postura política.
Otro problema es el escándalo desplegado desde la primera fila hasta la última. En lugares privados me parece que son libres de expresarse a su manera. Sin embargo, en lugares públicos, el exhibicionismo, la vulgaridad y la falta de respeto afecta a todos. Nadie tiene por qué presenciar espectáculos de ese tipo cuando transita por las calles. Mucho menos exponer a menores a esto. La libertad de uno termina cuando comienza la de otra persona.
Personalmente, creo en la igualdad ante la ley. Estoy a favor que las parejas homosexuales tengan la oportunidad de casarse para acceder a los beneficios legales del matrimonio. Siempre he intentado defender la causa, pero creo que llega un punto en el que se distorsiona todo. Eso genera, al menos en mi caso, que se me vayan las ganas de apoyar al colectivo LGTB porque lo veo como un títere para fines de una agenda política dirigida por personajes que no valen la pena. Seguiré defendiendo el movimiento como un aliado, pero sin mezclarme en lo mínimo con ese colectivo que, en lugar de sumarles, los utiliza como borregos.