OpiniónViernes, 7 de julio de 2023
La guerra semántica, por Tony Tafur
Tony Tafur
Periodista

No, Hitler no fue un genocida, fue un héroe demográfico. ¿El Apartheid fue racismo? Imposible, eso fue un mantenimiento cultural. Los talibanes tampoco son misóginos, son solo sobreprotectores. Hasta aquí probablemente te está hirviendo la sangre. A mí igual. Los ejemplares humanos que profesan este tipo de pensamientos son tan repulsivos como los que aquí en mi país consideran que las organizaciones terroristas son simples movimientos altruistas, que los elementos subversivos son luchadores sociales, que los políticos antidemocráticos son grandes estrategas y más.

Hace unos días se filtró un audio donde se escucha a la remanente de Sendero Luminoso, Florabel Vargas Figueroa, alias Camarada Vilma, amplificando la esencia beligerante que guiará a la Tercera Toma de Lima.

En síntesis, pide “tomar Lima, tomar las regiones, los departamentos, las provincias, los distritos, los anexos, controlarlo hasta Lima, agua, luz, carreteras, puentes y demás”. Este es un clarísimo eco. Y entre sus exigencias están la renuncia de la presidenta Boluarte por “traidora, arribista, ramplona y asesina del pueblo peruano” y la caída de “los tres poderes del Estado”. Anarquía total.

Reproducido el material por todos los medios, la primera respuesta de ese sector subordinado, ese que le quiere dar verosimilitud a su existencia marchando bimestralmente, fue denunciar un supuesto “terruqueo” (no logran discernir entre una marcha de terroristas y una manifestación con terroristas filtrados), que hay persecución y criminalización a la protesta (ya les dijeron que pueden marchar, pero si se afectan lugares estratégicamente —otra vez— ya saben que la fuerza deberá responder), o que se está despertando a un cuco que ya no existe. Qué pasaría con Alemania si pensara lo mismo con el nazismo. El ideario cosechó herederos, la amenaza está intacta. Tampoco es que representen la antesala del Cuarto Reich, pero ahí están ¿O no? Nuestras luminarias de las redes sociales son capaces de decir que no. Ya saben que en la guerra semántica tergiversar la realidad es su principal armamento.

La misma reacción tuvieron cuando se produjo el asesinato de 16 personas en San Miguel de Ene, en Junín, el 23 de mayo del 2021. ¿Terroristas? “No, fueron los militares”, arengaron en esa matriz desinformativa, la cuna de la descontextualización. Ahora se ha capturado a Carlos Solier Zúñiga, camarada Carlos, recordado por ser uno de los “Pioneritos” de los terroristas que operan en el Vraem. Este personaje confesó el crimen y entonces ahora sí se suben al coche. Un pragmatismo que linda con el crimen colectivo. Me recuerda a un extracto de La Náusea, escrito por Jean Paul Sartre, uno de los ídolos de la izquierda. “Lo que pasa es que rara vez pienso; entonces sin darme cuenta, se acumula en mí una multitud de pequeñas metamorfosis, y un buen día se produce una verdadera revolución”. Una frase con una carga introspectiva que revela qué lo iba moldeando.

Pero bueno, volviendo a Vilma. También saltó al estrado la congresista de Perú Libre, María Agüero. “No me parece el término camarada", dijo. "(Es) presunta terrorista. Para que deje de ser presunta, quien tendría que cumplir su función, que la cumpla y cuando se pruebe que es terrorista, que termine donde debe de terminar un terrorista. Mientras sea presunta, cómo van a mancillar el nombre de quién fue”, complementó. La misma línea la siguió el perulibrista promocionado como futuro presidente de la Mesa Directiva del Congreso, Waldemar Cerrón: "Yo no tengo ningún conocimiento de que sea o no sea o deje de ser (terrorista), ese es un tema muy especulativo y hay que tener mucho cuidado", apuntó.

Para trazarles la línea a estos legisladores apelaré a la información brindada por Benedicto Jiménez, el ex jefe del Grupo Especial de Inteligencia del Perú (GEIN). "(Vilma) está muy vinculada al Camarada José (Víctor Quispe Palomino) porque es la viuda del Camarada Gabriel (Marco Antonio Quispe Palomino)", dijo a un medio local. Incluso mencionó que tiene dos hijos y que ambos habían aparecido en el reportaje de los "Pioneritos". Ahora uno de ellos, continuó, "se llama Iván" y tendría 22 años.

Ya sin con esto insisten en que no son lo que son, qué puedo hacer yo. Les recomiendo aplicar el Cogito ergo sum.

Y bueno hago un pequeño paréntesis en el caso de la conductora Lorena Álvarez, quien dijo que el parlamentario Guillermo Bermejo es “políticamente inteligente, se sabe acomodar, tiene buen olfato para saber dónde estar”. Hay que tener cuidado a quiénes convertimos en leyenda, peor si son personajes que están en contra de las “pelotudeces democráticas”. Este tipo de loas pueden ser como alicientes para sus intentonas.

En fin. Estos guerreros de la semántica vienen creando un universo paralelo con sus eufemismos y malabarismos verbales. Nos están invitando hace un buen rato a abandonar el sentido común y la claridad. La tarea es no sumergirnos como ellos en ese mar de palabras vacías ni en su apuesta por la relatividad. Lo que hay son verdades y hechos.

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