Julio será un mes políticamente intenso con negociaciones turbulentas y enroques ideológicos previos a la elección de la mesa directiva del Congreso. Los radicales anuncian la "Toma de Lima" y se esperan manifestaciones violentas. Además, el próximo 28, la presidenta Boluarte deberá dar su primer mensaje a la nación en una situación de extrema vulnerabilidad de su gobierno. Para analizar estos eventos, recurrimos a la experiencia del expresidente del Congreso, ministro de Defensa y PCM, Ántero Flores-Aráoz.
¿Qué opinión le merece el matrimonio y supuesto divorcio entre Fuerza Popular y Perú Libre de cara a la elección de la nueva mesa directiva del Congreso?
A diferencia del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo es la casa de todos, ya que llegan los representantes de los partidos políticos que superaron la barrera electoral, y como nadie tiene mayoría para la toma de decisiones congresales, mediante la concertación y el diálogo hay que buscar consensos, entendiendo que todos los congresistas son iguales, aunque tengan ideologías diferentes. Por ello, no se pueden descartar las alianzas para la elección de la nueva directiva parlamentaria, siendo lo deseable que se unan quienes tienen probada raigambre democrática, un pensamiento político similar y sean lo suficientemente generosos para la búsqueda de acuerdos, aunque eso signifique postergar legítimas aspiraciones personales.
De llegarse a concretar dicho matrimonio, ¿qué riesgos habría al tener a alguien de Perú Libre como presidente o vicepresidente?
El riesgo de que fuerzas de izquierda y de izquierda radical tomen el control del Congreso es que puedan lograr vacar a la señora Boluarte de la Presidencia de la República y asuma el cargo quien sea el presidente del Congreso, quien de inmediato debe convocar a elecciones, cuyo resultado probable podría ser la repetición de lo sucedido en 2021. Aún se necesita mucho tiempo y esfuerzo para que las fuerzas democráticas entiendan los peligros y hagan alianzas con miras a las elecciones de 2026.
¿Cómo deberían organizarse las fuerzas democráticas dentro del Congreso para ganar la mesa directiva?
Como he dicho anteriormente, con generosidad, desprendimiento y, sobre todo, con patriotismo para entender lo que está en juego, que es el destino del Perú. Estas elecciones de la Mesa Directiva del Congreso son atípicas por lo que está en juego, y ojalá los parlamentarios demócratas lo entiendan así.
¿Quién cree que podría liderar estos esfuerzos? ¿A quién le gustaría ver como presidente del Congreso?
Hay varias personas muy calificadas para presidir el Congreso, aunque siempre con el inconveniente de la falta de experiencia al haberse suprimido indebidamente la reelección parlamentaria, lo cual hace que casi todos sean novatos en dichas lides, excepto unos pocos que fueron parlamentarios hace varios años. No me atrevería a dar nombres, ya que todos sabemos cuáles son los más pertinentes.
¿Qué puede hacer el Congreso para levantar su popularidad después de tantos escándalos? ¿Hay algún tipo de agenda que crea que esté ausente?
Es muy peligroso para la democracia el nivel de desprestigio en el que ha caído el Congreso, principalmente por responsabilidad del electorado que no supo votar responsablemente. Para que el Congreso comience a revertir la apreciación negativa de la población, se requieren varias cosas. Lo primero es ser severo para sancionar las malas conductas de los parlamentarios. Lo segundo es dictar leyes sustantivas que reduzcan la burocracia y las barreras absurdas, así como para facilitar la inversión, que es lo que genera empleo y bienestar general. Lo tercero es dejar de aprobar leyes vacías y meramente declarativas que no ordenan absolutamente nada. Como cuarto punto, se debe tener gastos sustancialmente austeros, dando ejemplo de un manejo prudente de la economía. Y como último punto, se debe dejar de contratar tanto personal innecesario, lo cual atenta contra la carrera pública profesional, eliminando todo intento de seguir agradeciendo ayudas y apoyos políticos con contrataciones de personal innecesario e ineficiente.
¿Qué pronóstico le da a la "Tercera Toma de Lima"?
No me gusta hacer pronósticos de esta naturaleza, pero es evidente que la plataforma de lucha para la pretendida “Toma de Lima” y luego para pretender tomar todo el Perú es inviable. Dicha plataforma tiene como objetivo el cierre del Congreso, la salida de la presidenta Boluarte, la convocatoria a nuevas elecciones y una nueva Asamblea Constituyente. Todos los ingredientes de esta plataforma chocan con nuestro Estado de Derecho, son inviables y las personas sensatas no deberían caer en tales juegos. Se dice que las marchas serán pacíficas, pero nadie lo garantiza. Esto es como la famosa "Fuente Ovejuna", todos a una, y basta que uno tire una bombarda, alguna piedra o una avellana para que se inicie la gresca con pérdida de vidas, atentados contra propiedad pública y privada e infinidad de lesionados. Estamos advertidos.
¿Cómo debe actuar Dina frente a la nueva ola de violencia que vendrá?
Haciendo que se respete la Constitución y la Ley, para que las fuerzas del orden cumplan con su misión de mantener el orden público y, en caso necesario, restablecerlo. La presidenta Boluarte debe respaldar a las Fuerzas Armadas y la Policía sin desacreditarlas.
Respecto a los organismos internacionales de derechos humanos, ¿cómo evitar que nuevamente el Estado peruano sea víctima de sus ataques por poner orden?
Hay que estudiar los estatutos y reglamentos, tanto de la Comisión como de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para proponer adecuados cambios y exigir que ellos se acuerden y de no lograrse, pues estaremos ante la posibilidad del retiro del Sistema, dejando siempre las puertas abiertas para regresar si es que en el futuro se dan los cambios. En el 2007, el Perú junto con otros países planteó modificaciones, algunas de las cuales se lograron, pero la tarea está incompleta. Algo que no se dice es el sesgo del pensamiento de los comisionados y jueces en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, y esto es de responsabilidad absoluta de los países integrante de dicho Sistema, que proponen a candidatos inconvenientes. No se puede admitir la visión errada de jueces como lo fue el brasilero Antonio Canzado Trindale que en una sentencia opinó que los terroristas tenían la mística de Juana de Arco. Los países deben proponer mejores comisionados y magistrados, que sean realmente imparciales, demócratas y defiendan los Derechos Humanos, pero no solo de los conculcados por los Estados, sino también por grupos terroristas y violentistas, entre otros.
Cambiando de tema y en términos generales, ¿cuál es su lectura del gobierno de Dina Boluarte? ¿Cumple o no?
La señora Boluarte proviene de las filas de la izquierda. No olvidemos que fue vicepresidenta de Pedro Castillo y además una de sus ministras. Cuando asumió la Presidencia de la República, se dio cuenta de que una cosa es cantar y otra es bailar, y se dio cuenta de que, con el rumbo de la izquierda, el país no se desarrollará, sino que retrocederá, lo que significa más pobreza y desesperanza, al igual que en Cuba, Nicaragua y Venezuela. La prueba de lo que afirmo es que la señora Boluarte nombró a un jefe de gabinete ministerial más que aceptable y en general, sus ministros son competentes, aunque dadas las circunstancias en las que encontraron el país, no se les puede pedir que sean milagrosos.
¿Qué le recomendaría de cara al 28 de julio? ¿Qué debería decir en su mensaje a la nación?
Debería tener muy presente que no está para administrar el país durante unos pocos meses, sino que tiene que completar el período para el que Pedro Castillo fue elegido. Esto significa gobernar y debería plantear las medidas necesarias para enfrentar el pronosticado Fenómeno del Niño, así como también las normas legales que se requieren para facilitar las inversiones y generar más empleo, lo cual es muy necesario en el país. Además, es fundamental que comprometa su apoyo a las Fuerzas Armadas y la Policía, para que puedan cumplir plenamente los roles que les impone la Constitución del Estado. Ha llegado el momento de hablar con claridad y voluntad de cambio, ya que lamentablemente los gobiernos que se han sucedido han tenido miedo de brindar su apoyo a las fuerzas del orden, las cuales tanto lo necesitan.