Los artífices de la Tercera Toma de Lima quieren seguir haciendo creer a la ciudadanía que van a darle un golpe mortal al Perú. Nada más lejos de la realidad. Su plan violentista será neutralizado por una serie de acciones de la Policía Nacional del Perú (PNP). Una de las tácticas más importantes será el “Control Verde 2023”, que es parte de una estrategia de largo aliento denominada “Plan Abanico Verde 2023”. Aunque la convocatoria será mínima, como anunció el ministro del Interior, Vicente Romero, se hará un despliegue de hasta 8 mil efectivos en la capital no solo por los bloques rebeldes, autoidentificados como el Comando Nacional Unitario, sino por tres razones de fuerza mayor: detrás esta movilización estarían la camarada Vilma, la camarada Xenia y el camarada José, todos remanentes de Sendero Luminoso. La protesta iniciará el próximo miércoles 19 de julio. Nuestras autoridades no pueden parpadear.
El paso previo
Después de la experiencia de la primera ola de violencia —de diciembre de 2022 a enero de 2023— y ante el aumento meteórico de la criminalidad, la PNP decidió activar en mayo una nueva iniciativa: el “Plan Abanico Verde 2023”. El principal objetivo era aumentar el volumen policial en las calles sacando a los que hacían trabajo de oficina. Con esto se pudo pasar de 260 a 622 puestos fijos de vigilancia cubiertos. Además había una mirada largoplacista teniendo en cuenta que la amenaza de la Tercera Toma de Lima ya se venía amplificando tanto en la capital como en las regiones, sobre todo en Puno, donde distintos colectivos venían y vienen impulsando esta protesta que carga pedidos sin asidero como la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, un adelanto de elecciones, una asamblea constituyente y hasta la liberación-reposición del golpista Pedro Castillo.
Violencia desmedida
El procedimiento
Ahora, a puertas de esta protesta, la proyección del Ministerio del Interior es que llegarán a Lima un total de 13 mil manifestantes, razón por la que se puso en marcha la táctica denominada "Control Verde 2023".
Entre las acciones está la distribución de 100 efectivos policiales —con apoyo de fiscales— a las tres garitas de control de ingreso a Lima. Se priorizará el “control territorial”, dijo el ministro Romero, quien agregó que se hará énfasis en “todas las personas que entren y salgan” de la capital. “También se hará un registro a todas las unidades vehiculares para poder identificar posibles delitos, como droga y otros”, señaló.
Previamente el coronel Óscar Arriola, vocero y director nacional de investigación criminal de la PNP, habló sobre este registro. “Estas personas que protestarán no pueden llevar objetos, mochilas, pasamontañas y gorras”, apuntó. Adelantó que esto se replicará no solo en los puntos de acceso a Lima sino también a los que participen en la marcha.
PNP se prepara para cuidar al país.
Hasta el momento, se sabe que más de 100 policías resguardan la garita de control de Pucusana.
La rebeldía
En esta Tercera Toma de Lima la batuta la tendrá el grupo denominado Comando Nacional Unitario de Lucha. Los frentes que lo componen son la Confederación General de los Trabajadores del Perú (CGTP), Central Única Nacional de Rondas Campesinas del Perú, Asamblea Nacional de los Pueblos y varios más.
A esta marcha también se suman otros elementos como Iber Maraví, exministro de Trabajo, recordado por su pasado terrorista en los 80. También están mapeados Alex Chamán Portugal, fundador del Movadef en Bolivia, y César Tito Flores, presidente del Sute Puno. Asimismo, están en el radar Félix Suasaca, presidente del Frente de Defensa Unificado, y Hernán Yábar Gonzales, del canal digital ‘Yachay Wasi’. Por otra parte, están bajo la lupa Lucio Ccallo Ccallata, secretario del Sute Puno; Magno Ortega Quispe, presidente del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho; Alexander Pilco Ticona, secretario general de la Fenate Puno; y Amador Núñez Mamani, presidente del Frente de Organizaciones Populares de Puno.
Maraví, aliado del golpista con pasado terrorista.
Pero los eslabones más peligrosos no son los que conforman este choque de fuerza, sino los que serían la mente maestra de la marcha. Hablamos de la Camarada Vilma, la Camarada Xenia y el Camarada José. El general Arriola hizo hincapié en el pronunciamiento de estos tres "donde dicen que Abimael Guzmán y sus huestes son partes de las protestas y las luchas populares".
Los distractores
En medio de todo esto, distintos sectores siguen jugando al victimismo señalando que el gobierno busca criminalizar la protesta, pese a lo que representa una “Toma de Lima” y pese a las consecuencias que podría acarrear la filtración terrorista. Incluso hay organizaciones que buscan amilanar a las fuerzas del orden, otra vez. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) los ha exhortado a cubrir la marcha pensando en los derechos de las personas. Así lo dijo una representante de nombre Mar Pérez, quien incluso señaló que no se debe adjetivar a los manifestantes porque eso es como un estímulo para la violencia. Es decir, si empiezan a atacar algún punto estratégico no se les puede decir violentistas porque sería incentivarlos a que hagan algo peor. Lamentable.
Para el ministro del Interior, Vicente Romero, no hay una "convocatoria real" y para el comandante general de la PNP, Jorge Luis Angulo, nunca hubo una "toma de Lima". El vaticinio es que en el camino la asonada se desinflará. Sin embargo, es importante que las autoridades no parpadeen. Un paso en falso y el país puede estallar.