PortadaMartes, 18 de julio de 2023
La toma de la economía

La anunciada "Tercera Toma de Lima" para el próximo 19 de julio ha sembrado una profunda preocupación en la gran mayoría de la población peruana. Los gremios empresariales se han pronunciado enérgicamente en contra de esta manifestación, dejando en evidencia que su único propósito es generar caos y paralización económica. El impacto negativo que podría tener este evento preocupa, especialmente, a la clase trabajadora y a diversos sectores económicos en diferentes regiones del país.

La Unión de Gremios Empresariales emitió un comunicado expresando su total rechazo a la anunciada marcha. La entidad afirma que esta movilización solo busca "generar caos y paralización de actividades económicas", tal como ocurrió durante las protestas pasadas en diciembre y enero. El comunicado destaca que el país no puede permitirse detenerse debido a protestas violentas, sobre todo en un momento en el que se necesita la unión para reactivar la economía y hacer frente a los embates del Fenómeno del Niño, que traerá intensas lluvias al norte y graves sequías al sur. El llamado es a respetar la libertad de reunión y manifestación, siempre y cuando no se afecten los derechos de aquellos peruanos que desean trabajar, vender y circular libremente.

El llamado de los gremios

Contrario a lo que se pueda pensar inicialmente, la preocupación no sólo se encuentra en Lima. Los gremios del sector turismo de Cusco también han expresado su rechazo a la tercera toma de Lima. Durante una reunión para abordar el tema de las próximas movilizaciones, solicitaron detener las protestas contra el Gobierno. Jhon González, presidente de la Cámara de Comercio de Cusco, advierte que el sector económico se vería afectado y comenta que la mala gestión del Ejecutivo y el Legislativo ha generado una baja aprobación de las autoridades. Destaca que las reservas hoteleras en Cusco han sido canceladas en más del 95% durante el primer trimestre y en más del 50% durante el segundo. Además, preocupa que muchas agencias internacionales no consideren a Perú como un destino seguro para visitar. Es un indicador que no debe de pasar desapercibido.

Diversos gremios mostraron su preocupación

En una entrevista con el diario Perú21, Francisco Aquise, presidente del Directorio de la Cámara de Comercio de Puno, hace un llamado al Ejecutivo para incentivar el diálogo en la región de Puno. Explica que la crisis sanitaria, económica y la amenaza del Fenómeno del Niño Global afectan a la región. Destaca además que más del 90% de la quinua y el 80% de los tubérculos no se han cosechado, lo cual afecta a la producción y a los sectores vulnerables. Señala la necesidad de establecer una comunicación efectiva con las autoridades elegidas para resolver los problemas vitales de la región, siendo empáticos con la realidad económica del país.

Sin embargo, el grupo extremista Ágora Popular ha hecho declaraciones falsas respecto a la participación de los comerciantes de Gamarra en las protestas. Diógenes Alva, presidente de la Coordinadora de Empresarios de Gamarra, desmiente estas declaraciones y enfatiza que Gamarra está enfocada en el trabajo y rechaza cualquier forma de violencia. Resaltó que los trabajadores quieren seguir enfocados en sus labores y no desean que la violencia se imponga.

Perspectivas económicas

La pregunta que todos debemos hacernos es si la economía peruana está preparada para enfrentar las consecuencias de una nueva ola de protestas. La respuesta es clara: no lo está. Durante las protestas pasadas, se registraron pérdidas millonarias en diferentes sectores. Según un informe de la consultora Options Lab, se estima que el transporte de personal y carga sufriría pérdidas de hasta S/50 millones diarios, con un impacto en los salarios de 40 mil trabajadores. En el sector agrícola, se proyectan pérdidas de S/70 millones, además de más de S/150 millones en exportaciones. En el sector minero, se prevén pérdidas de S/161 millones y la paralización de 30 mil puestos de trabajo.

Aún no se supera el impacto de las primeras protestas

La incertidumbre generada por estas movilizaciones también afecta al sector turismo. Durante las protestas anteriores, se registraron cancelaciones masivas de reservas hoteleras en Cusco, y existe la preocupación de que el país sea percibido como un destino inseguro. Las medidas de seguridad adoptadas en el Centro Histórico de Lima, como la colocación de rejas, han generado inquietud entre los comerciantes y dueños de restaurantes, quienes temen una disminución en la afluencia de turistas y clientes. Muchos de ellos ya han sido bastante golpeados por la paralización económica generada por la crisis del Covid-19.

Los efectos devastadores de las protestas pasadas aún se sienten en el país, y una nueva ola de violencia podría agravar aún más la situación. Es aquí donde queda clara que la principal intención de los grupos violentistas y subversivos, lejos de querer mayor justicia y desarrollo para los sectores menos favorecidos, es generar caos y golpear la economía. Siempre ha sido su consigna, pero siempre la maquillan para darle algo de legitimidad a sus causas. Sin embargo, por lo que se ha visto hasta el momento, cada vez menos gente les cree.

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