OpiniónJueves, 20 de julio de 2023
El terruco susceptible, por Patricio Krateil
Patricio Krateil
Comunicador

La tercera toma de Lima ha generado un clima controversial, y las redes sociales se están llenando de tuiteros progresistas pidiendo tolerancia para evitar estigmatizaciones por parte de la derecha. Sin embargo, la prensa ha sido categórica al afirmar que esta toma está organizada y, en gran medida, financiada por el Movadef. Además, el diario Peru21 sacó una nota exponiendo a los principales promotores, todos con vinculación a Pedro Castillo.

Naturalmente, es comprensible que a nadie le agrade ser etiquetado como 'terruco'. Aun así, resulta interesante indagar en la razón detrás de la intensa aversión que algunos social confusos sienten hacia esta palabra. ¿Se debe únicamente a su connotación social negativa o radica en la creencia de que Sendero Luminoso representó una calamidad sin precedentes para la historia del país? En tal caso, surge la interrogante: ¿qué motiva a algunas personas -de aparente aversión- a respaldar las ideas o asistir a eventos promovidos por Movadef?

Quizás únicamente el rechazo es a lo que denota la palabra. En efecto, vemos que en gran medida existe una enorme similitud entre un izquierdista radical con un Senderista, no en la praxis, claro está, pero sí en muchas ideas. Hemos visto cómo estos bienaventurados socialistas suelen llamar Conflicto Armado Interno a lo que para todos fue terrorismo. Además, hoy los vemos apoyar de cerca un movimiento que pide la restitución presidencial de Pedro Castillo. Entonces, la distancia está en las formas, no necesariamente en el contenido. Ahora bien, es el contenido lo que moviliza la forma y no viceversa.

Para entender mejor el poder de las palabras es oportuno revisar la siguiente reflexión del lingüista George Lakoff: “Cada palabra está definida en relación con un marco conceptual. Si escuchamos una palabra aislada, la interpretamos a través de los marcos que ya están presentes en nuestra mente”. Para algunos izquierdistas, "terruco" solo se refiere a personas que utilizan la violencia política, sin importar si su ideología promueve la violencia para lograr sus objetivos. Es decir, la etiqueta se centra en el acto violento y no en la ideología que la respalda. Según esta visión del izquierdismo radical, el Movadef no debería ser considerado como "terruco" debido a que no porta una metralleta.

Atrás de la palabra “terruco”

Para profundizar, se podría tomar algunas ideas de Jonathan Haidt, psicólogo social de la Universidad de Nueva York. El autor argumenta que nuestras decisiones son impulsadas por intuiciones y emociones más que por la razón. Presenta la idea de que las personas tienen diferentes "intuiciones morales" que influyen en cómo percibimos el mundo y cómo tomamos decisiones en el ámbito político.

De esto último, podemos extraer tres premisas. Primero, la percepción de la palabra "terruco" difiere entre la izquierda y la derecha. Segundo, esta diferencia se fundamenta en los marcos conceptuales de cada grupo político. Tercero, estos marcos conceptuales están enraizados en fundamentos morales previos. En resumen, la confrontación que surge con la palabra "terruco" es principalmente de naturaleza moral.

La derecha, que tiene como eje central valores como la libertad y la dignidad humana, considera que el terrorismo no se limita solo al acto de violencia, sino también a la promoción de dichas ideas que le dieron rienda suelta. En contraste, la izquierda, que se enfoca más en el colectivo, no prioriza valores como la libertad personal, lo que lleva a que su rechazo al terrorismo se enfoque únicamente en el acto violento y no en las ideas detrás.

Por ende, el terruquear para la derecha no solamente va a quien posee la escopeta. También añade a quien contiene en su cabeza una idea, cuya potencialidad será el fusil.

Mientras que la izquierda, en este punto, no siente incomodidad de vincularse con personas cuyas ideas desafían la voluntad individual. Por el contrario, justifican su cercanía al ideólogo senderista únicamente porque aún no ha sembrado un coche bomba.

La pregunta que surge, entonces, es la siguiente: ¿Qué marco moral debe prevalecer para que una sociedad sea armoniosa? Pues, aquellos valores que enaltezcan la dignidad humana, en contraposición a aquellos que buscan menoscabar o restringir los derechos.

Para finalizar, recordemos a un grande:

“El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral”. - Dante Alighieri.

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