Creo que lo ocurrido en el Congreso merece una reflexión adicional, pues remueve conceptos a un nivel muy profundo. Sobre las posibles abstenciones de voto, he cambiado opiniones con personas a las que respeto, y debo ser más amplio en mi concepto.
Si considero válido, ante lo inevitable, el salvar un voto si se cree que existen dos opciones igualmente malas para quien debe decidir. El salvar su voto y dar la lucha en otros campos ante lo que ocurra. Lo considero válido en quienes lo hacen y en su criterio, pero no llego a compartirlo.
Pienso que, aunque existan incertidumbres, peligros y también la convicción de que ambas opciones son malas, siempre se puede (por supuesto, sin certeza) evaluar cada punto, cada peligro y cada posible consecuencia hasta sumar todo lo que se pueda rescatar, ya sea como estrategia o como campo de batalla para el futuro. Una vez hecho eso, espero (aunque sea difícil y quizás perdido en la correlación de fuerzas) que se puedan salvar comisiones claves, como, por ejemplo, y sobre todo, la de Constitución.
Más allá de eso, coincido totalmente en que el comunismo es una aberración y que debería, en el futuro, ser desterrado y prohibido en el Perú por un tema de seguridad nacional. En ese transcurso, también desterrar el caviarismo por razones ampliamente conocidas que ni vale la pena extenderse.
Finalmente, haremos todo lo que esté en nuestro poder para recuperar el país hacia el 2026 y, desde luego, desterrar también la indiferencia y las actitudes de solo actuar en base a chats, y pasar a la acción tanto en lo personal como en lo grupal.