PortadaMartes, 1 de agosto de 2023
¿Orden y seguridad?

Conforme a lo anunciado durante el extenso discurso de 28 de Julio de Dina Boluarte, el gobierno presentó un proyecto de Ley para integrar a la Policía Nacional del Perú el cuerpo de “Policía de Orden y Seguridad”. Esta medida pretende incorporar una categoría policial dedicada a la prevención del delito y la proximidad con la comunidad, basándose en la normatividad vigente y el principio de exclusividad. Al ser una medida sumamente controversial, desató una gran variedad de respuestas. Por ello, El Reporte contactó a los exministros del Interior Fernando Rospigliosi y Gastón Rodríguez para analizar esta propuesta como expertos en el área.

Un paso atrás

El exministro Fernando Rospigliosi se muestra inflexible ante la idea de establecer la "Policía de Orden y Seguridad", argumentando que esta medida podría dar lugar a una fuerza policial de segunda categoría, compuesta por personal poco calificado. Sus temores se centran en los posibles abusos, intervenciones equivocadas y corrupción que podrían surgir de una institución policial con una formación deficiente. Además, señala que el proceso de reclutamiento en algunas de las actuales escuelas policiales es defectuoso, lo que resulta en la entrada de individuos poco aptos para cumplir con la delicada tarea de proteger a la comunidad.

Rospigliosi también critica el plan de incorporar licenciados de las fuerzas armadas a la policía, señalando que su preparación se enfoca en el manejo de fusiles y no en el uso de armas de mano, como revólveres y pistolas. Añade que esto podría politizar la institución, como ya sucede con algunos de ellos, quienes están vinculados con Antauro Humala, desviando el objetivo principal de la seguridad ciudadana e incluso dejando la posibilidad de ser un arma de doble filo.

No obstante, el exministro resalta un aspecto crucial en la discusión: la preparación de la policía. “El problema más importante que tenemos ahora respecto a la policía es la calidad, que se ha ido degradando en los últimos años, precisamente por estas muchas escuelas que dan una formación pésima”, comenta.

Las fuerzas de seguridad modernas demandan capacitación sólida y el uso de tecnología para abordar eficazmente la delincuencia. En este sentido, cuestiona la falta de inversión en infraestructura y tecnología, lo que dificultaría la operatividad de una nueva categoría policial.

Una problemática digna de resaltar también es la falta de motivación de estos efectivos para ascender, ya que estos ganarían menos que los suboficiales, lo cual haría que estas personas no tengan reparos en ser partícipes en actos de corrupción. “Ya que esta policía del orden no tendrá la oportunidad de ascender, en el tiempo que está en ese trabajo, va a tratar de sacar todo otro de hecho posible. Entonces, uno de los problemas que tiene la policía, que es la corrupción, va a aumentar, obviamente”.

Rospigliosi apuesta por la modernización y fortalecimiento de la PNP

Lucha frontal

Por otro lado, el general (r) Gastón Rodríguez Limo, en su postura favorable hacia la "Policía de Orden y Seguridad", destaca que la medida permitiría aprovechar el potencial de aquellos que han aprobado las evaluaciones, pero no han ingresado a la Policía Nacional del Perú (PNP) debido al orden de mérito. Rodríguez Limo insiste en que este capital humano puede ser valioso para fortalecer la seguridad ciudadana y mejorar el patrullaje en las calles, donde la incidencia delictiva es más acuciante.

Para respaldar su postura, Rodríguez Limo subraya el contexto de seguridad actual, con la presencia de grupos delincuenciales internacionales, organizados y violentos, como lo es el temible “Tren de Aragua". En este escenario, considera necesario tomar medidas más audaces para combatir la delincuencia y proteger a la sociedad.

“¿De los tres mil efectivos que egresarían por promoción, te imaginas colocar mil en San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores y Los Olivos? La situación de prevención aumenta y va a disminuir la vorágine en el delito. El delincuente es cobarde. Cuando vea la figura de un policía se irá a otro sitio. Sofocaremos el mapa del delito que cada vez es más rojo y podremos darle la oportunidad a nuestra población de que nuevamente la policía”, comenta Rodríguez.

En cuanto a la formación de los nuevos efectivos, sostiene que un año de instrucción sería más adecuado que los seis meses propuestos inicialmente en el proyecto presentado por el gobierno. Asegura que, en tiempos de terrorismo, se capacitaba a policías en plazos similares o incluso más cortos. Además, argumenta que, con la implementación de filtros y una instrucción adecuada, se podría contar con tres mil policías nuevos cada año en lugar de cada tres años, optimizando los recursos y mejorando la calidad del personal.

Rodríguez confía en que este cuerpo policial para combatir la delincuencia

Uno de los puntos más relevantes en su argumentación es la responsabilidad del comando de la policía en la formación de los nuevos efectivos. Si se seleccionan los mejores instructores policiales y civiles, la calidad y el compromiso de estos se verán enaltecidos, lo que repercutirá positivamente en su labor operativa y cultural.

Ambos exministros difieren en su enfoque respecto a la eficacia de la "Policía de Orden y Seguridad" en la prevención del delito. Rospigliosi sostiene que el incremento de efectivos en las calles no es suficiente si no se cuenta con una infraestructura adecuada y patrulleros correctamente equipados. En contraste, Rodríguez Limo destaca que una mayor presencia policial en áreas de alta demanda, como San Juan de Lurigancho, aumentaría la prevención y reduciría la incidencia delictiva.

El futuro de la seguridad ciudadana en el Perú está en juego. La creación de la "Policía de Orden y Seguridad" es un paso crucial, pero las posturas de los expertos difieren diametralmente. Mientras Fernando Rospigliosi advierte sobre los peligros de una institución poco preparada, Gastón Rodríguez Limo insiste en la importancia de aprovechar el talento disponible y enfrentar con audacia la criminalidad.

En esta encrucijada, las autoridades deben considerar todas las perspectivas y encontrar el equilibrio entre la eficacia operativa y la calidad de formación policial. La sociedad exige respuestas y soluciones, y solo mediante un debate serio y fundamentado se podrá garantizar la protección y tranquilidad que los ciudadanos tanto anhelan.

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